lunes, 3 de enero de 2011

ATALÍA

 A T A L Í A


“... una hija de Acab era su mujer; e hizo lo malo ante los ojos de Yahveh”. 2 Reyes 8:18b.

Una continuidad en la enseñanza
Oración: Querido Padre celestial, en el precioso nombre del Señor Jesús, hemos venido a adorarte; te rogamos que nuestro espíritu se alegre en Ti, Señor, porque Tú nos has abierto la puerta de Tu gracia, para estar en Tu preciosa presencia, en Tu preciosa gracia, Señor, por Tu preciosa sangre. Gracias por acogernos a todos, en los méritos únicos y exclusivos de Tu Hijo Amado. Señor, te rogamos que Tú nos ayudes en esta mañana a todos los que estamos aquí; que podamos considerar Tu Palabra en Tu misma presencia, Señor, y que Tú nos puedas hablar y con Tu Palabra darnos discernimiento y darnos directrices y guardarnos para Ti en Tu amor. En el nombre de Jesús Tu Hijo nos entregamos a Ti, y pedimos la bendición de Tu Espíritu. Amén.

Cuando los hermanos que estuvieron compartiendo durante estos días vinieron aquí, ninguno se había puesto de acuerdo con otro para compartir la palabra que cada uno compartió, sino que, según el Señor le concedió a cada uno en su corazón, habló. Y yo creo que todos nos hemos dado cuenta de que ha habido una continuidad, un entrelazamiento, entre las cosas que se han compartido. Alejandro Pacheco nos presentaba la centralidad del mismo Señor, cómo es necesario estar centrados en el Hijo. Nuestro hermano Arcadio Sierra nos habló de la importancia de considerar no solamente la salvación, la cual es eterna y es un don de Dios, pero además de ella se nos concede también, no para ser salvos, sino por ser salvos, seguir al Señor, lo cual Él galardonará con algo adicional a la misma salvación; ese galardón es una posición en el reino. O sea, el Señor nos convida a servirle como Él es digno, no vivir solamente para ser salvos, sino agradecer que somos salvos por gracia, y vivir para servirle como es digno de Dios; Él merece que le sirvamos; no solamente que Él nos salve, sino que después de que nos salve, le sirvamos. Después nuestro hermano Hernando Chamorro también nos compartió, y también nuestro hermano Pablo Moyano, la importancia de un servicio que sea verdadero, que sea legítimo,  que sea puro, que sea espiritual, que no sea meramente natural, y que no sea mezclado con el mal que hay en nosotros, sino, ese servicio para el reino del que nos hablaba Arcadio, que se haga en el espíritu, que se haga con motivos puros, que se haga para la gloria de Dios.


A Atalía llegamos por Jezabel
Lo que tengo en mi corazón para compartir, sin habernos puesto de acuerdo, tiene también una continuidad sobre eso, y quiero, con la ayuda del Señor, hablarles esta mañana de “Atalía”. No se si ustedes se acuerden de Atalía; en el Antiguo Testamento aparece una figura que se llama Atalía. Y yo pienso que Atalía representa algo. Hay personajes históricos que Dios los utiliza para que figuren alguna cosa; por ejemplo: Adán, se nos dice en Romanos 5 que “es figura del que había de venir”; o sea, no que Adán sea solo una figura, Adán fue un personaje histórico, por eso nosotros existimos; si él no hubiera existido como personaje histórico, ninguno de nosotros existiría; necesariamente hubo un primer hombre, y ese fue Adán, pero Dios utiliza la historia de Adán, su muerte, en el sentido de su sueño profundo, en donde fue herido en su costado, para que le sacaran a Eva, como una figura. Adán es figura del que había de venir; por lo tanto una figura se extiende a la otra, una llama a la otra, una llama a la siguiente, la primera llama a la segunda; si Adán es una figura, ¿cómo no lo va a ser Eva?; entonces en la segunda carta de Pablo a los Corintios, en el capitulo 11, allí aparece también Eva como una figura. Pablo no quiere que la Iglesia sea engañada como Eva fue engañada por la serpiente; o sea que si Adán es figura de Cristo, Eva es figura de la Iglesia. Vemos la historia de Abraham, la historia de Sara y de Agar, y de Ismael y de Isaac; todas estas fueron historias patriarcales que acontecieron realmente, pero detrás de esas historias estaba la mano de Dios proyectando a través de ellas; haciendo de esa historia una alegoría, para proyectarnos una enseñanza espiritual y una tipología; la tipología siempre la ha usado Dios junto con la profecía. Vemos la edificación de la casa, una casa verdadera, el Templo de Dios, luego vemos en el Nuevo Testamento la Iglesia. Pero también vemos una infidelidad del pueblo, una llevada del pueblo cautivo a Babilonia; y en el Nuevo Testamento también vemos una misteriosa Babilonia, y una llamada de Dios a Su pueblo que está en Babilonia, a salir de Babilonia, así como un remanente salió de la Babilonia antigua y volvió a Jerusalén a reedificar la casa de Dios; en el Nuevo Testamento tenemos una Jezabel, por lo tanto, la historia de la Jezabel antigua nos ayuda a entender la Jezabel nueva; entonces para llegar a lo de Atalía, vamos a empezar por Jezabel.

Entonces vamos abrir el libro de Apocalipsis 2:18 y siguientes; mensaje a Tiatira. Allí el Señor está profetizando a la iglesia de la localidad de Tiatira, que existía en aquella época; hoy ya no existe, fue destruida, no ha sido restaurada; pero en aquella época era una iglesia que tenía las condiciones que aparecen aquí; pero desde el principio el Señor le hizo claro a Juan que estas profecías eran eso: Profecía. De manera que así como el caso de Abraham, Agar, Sara, Ismael, Isaac, fue algo histórico, sin embargo eso histórico fue usado por Dios, como alegoría y presentar una lección espiritual para el futuro, y no solamente para la época histórica de ellos; así también Dios ha utilizado estos mensajes a estas siete iglesias históricas de aquella época; los ha usado como profecía, porque todo el Apocalipsis es una profecía, y debemos por lo tanto interpretarlo proféticamente también. Apocalipsis además de histórico, es profético. Entonces aquí en estas siete iglesias, Dios le está hablando a toda la Iglesia de todas las épocas, y varios hermanos han visto ya por el Espíritu Santo, cómo la historia de la Iglesia, en sus diferentes períodos, está perfectamente tipificada, profetizada, en estas siete iglesias; y la iglesia primitiva, está representada en Efeso cuando los apóstoles murieron, y comenzaron a caer de su nivel original; la iglesia en Esmirna representando el período de las persecuciones; la iglesia de Pérgamo representando el período llamado de la Iglesia Católica Antigua a partir de Constantino, hasta llegar al absolutismo papal; y la iglesia romana cesaropapista de las edades medias avanzadas está representada en Tiatira; luego la época de la Reforma es la de Sardis; la época de los hermanos saliendo del denominacionalismo para ver el Cuerpo de Cristo, representado en Filadelfia; y la época final y contemporánea, donde los que no son vencedores viven una vida tibia, pensando en las riquezas, hablando de riquezas, hablando de prosperidad, pero totalmente alejados del Señor, como está representado en Laodicea. De manera que Tiatira nos representa a la iglesia en el período más oscuro; los historiadores le han dado en llamar: La Edad del Oscurantismo, cuando la política y la Iglesia y todo lo que ha sido denunciado en estos días, llegó a su colmo; el colmo, hasta las profundidades de Satanás, de lo que se llamó la Cristiandad, aconteció en ese período, donde lo que se ha denunciado se vivió con fiesta, y está aquí en Tiatira; y ahí aparece Jezabel.


El juicio purificador de Dios
Entonces vamos a leerlo allí, desde el verso 18 del capítulo 2 de Apocalipsis: “18Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios...”; lógicamente que aquí aparece el Hijo de Dios, con esa expresión; siempre en todos los saludos era el mismo Hijo de Dios, pero nunca se había llamado “El Hijo de Dios” de una manera tan rotunda, como lo hace aquí; es porque en otras partes, sin presentarse mucho, era conocido, pero en cambio aquí tenía que presentase con claridad, porque estaba bien desdibujado; la gente ya no estaba centrada en el Hijo de Dios, sino en muchas otras cosas; entonces: “el  Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego...”, o sea que penetra hasta lo íntimo de nuestro corazón, de nuestros motivos, de nuestras intenciones, “y pies semejantes a bronce bruñido...”, o sea, el que pasa y nos pasa por el juicio purificador de Dios; mientras no sea el juicio final, es un juicio purificador. Al final, ya es el castigador; mientras tanto es el purificador. Siempre necesitamos vivir bajo el juicio de Dios, para poder ser purificados; “dice esto: 19Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, (aun en esos períodos oscuros, Dios tuvo sus fieles) y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras”. Las obras no habían sido olvidadas en esa época; al contrario, algunos hasta pensaban que se salvaban por las obras. “20Pero tengo contra ti...”; ese “unas pocas cosas”, no está en el texto original; es agregado de un escriba posterior; “tengo contra ti: (porque realmente esto que dice no es poco) que toleras, que esa (y algunos manuscritos dicen: “Tu”) mujer Jezabel, que se dice profetiza, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos”.

Jezabel identificada con Baal
Entonces démonos cuenta de que aquí Dios utiliza la figura de Jezabel, usa el nombre de Jezabel; quizás esta mujer, esa profetiza allá de Tiatira, en esa época, se llamaba también Jezabel, o quizás el Señor utiliza el nombre para profetizar y asociarla con aquella antigua Jezabel, la antigua Jezabel que aparece en Reyes, en el libro de los Reyes que escribió Jeremías con Baruc. Jezabel era una mujer pagana, una mujer fenicia, adoradora de Baal; si usted va a contraer la palabra Baal, como suele suceder, cuando se cambia de idioma, por ejemplo del arameo al acadio o viceversa, Baal  se dice: Bel. Baal, que era el dios de Ecrón, es Belcebú, un mismo diablo, príncipe satánico; y esta mujer Jezabel era la esposa del rey de Israel, del rey Acab, y era la patrocinadora del paganismo en medio del pueblo de Dios; era la que, como nos recordaba nuestro hermano Hernando, quería matar a Elías, porque Elías había aplicado el juicio de Dios al culto de Baal, cuando degolló a los profetas de Baal, los falsos profetas; entonces Jezabel, que estaba identificada con Baal, o con Belcebú, quiso matar a Elías. Siempre, durante la época de los reyes, hay una lucha constante entre lo que el Señor había dicho al principio a Adán y a Eva y a la serpiente, que habría y que Él mismo pondría, una enemistad entre la simiente de la mujer, que es Cristo, que es el cuerpo de Cristo, y la simiente de la serpiente; hay dos simientes, dos corrientes en la tierra en enemistad.

En aquel tiempo, Jezabel era la patrocinadora de la línea de la serpiente, de la línea de Baal, de Belcebú, mezclando el culto pagano con la religión del pueblo de Israel, y los Israelitas vivían una época de terrible mezcla, de terrible impureza, donde lo de Dios estaba completamente oculto, distorsionado por lo de Baal. Entonces nos damos cuenta de que esta Jezabel es la patrocinadora del paganismo dentro del pueblo de Dios; o sea, la patrocinadora de la impureza, del negocio y de cualquier cosa que usted quiera colocar allí, simonía, exaltación propia; cualquier cosa está representado allí en Jezabel. De ella se dice: “que enseñe...”; primero que se dice profetiza, dice hablar en nombre de Dios, pretende ser portadora de la Palabra de Dios, pero sus palabras son paganismo, sus palabras son mentira; y dice: “enseñe...”.


Jezabel es la gran ramera
En la Edad Media muchos cristianos (incluso Francisco de Asís) fueron a postrarse a los pies del Papa romano; Francisco fue donde Julio II para pedirle permiso para obedecer el Evangelio. Claro que fue como una ironía de San Francisco a Julio II, ir a pedirle permiso al Papa para obedecer el Evangelio y ser pobre; pero lo hizo con mucha astucia, porque los anteriores pre-reformadores, como Pierre de Bruys y Pedro Valdo un poquito después, ellos no toleraron a Jezabel, pero Francisco la toleró; y muchos pre-reformadores anteriores a Lutero, en la época del oscurantismo, siguieron aceptando el sistema romano; y aquí el Señor dice: “que toleras a Jezabel, que enseñe...”, que se dice profetiza, se autonombra la portadora de la palabra de Dios y enseña.

Pero ¿qué enseña? Enseña idolatría; “enseñe a mis siervos a fornicar...”, o sea, la mezcla, la impureza, a fornicar; y dice aquí que Jezabel enseña y seduce. La seducción es de una manera muy sutil; el diablo te va conquistando de a poquito; la seducción siempre es ofreciendo algo agradable, hasta que te atrapa, y ya quedas en fornicación; “y seduce a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos.”; o sea, la idolatría. Cómo el Señor, con pocas palabras, con esta imagen, nos retrata tan vivamente especialmente esta época de las edades oscuras de la pornocracia papal, de la Iglesia Católica del tipo medieval, como del papa Alejandro VI, que fue del renacimiento, y otros papas como Inocencio III,  Julio II, Bonifacio VIII, y los escándalos, que cualquier persona que haya leído la historia del Catolicismo, va entender perfectamente a qué se está refiriendo, y cómo el Señor aquí está retratando perfectamente a Jezabel.


O sea que Jezabel, es como decir, la Gran Ramera. En Apocalipsis 17:1 al 19:4 se nos habla de la gran ramera y del juicio de Dios sobre ella, y la describe vestida de púrpura y escarlata, con un cáliz de oro en su mano, fornicando con los reyes de la tierra, glorificándose a sí misma, etc., y es llamada la gran ramera;  o sea, esta gran ramera es esta misma Jezabel. Jezabel es la religión falsa, la gran ramera es la religión falsa, es el uso de la religión, del nombre y de las cosas de Dios para (lo que los hermanos han denunciado aquí) los intereses errados; cualquiera de nosotros que se deje vencer, pasa a formar filas de esa Babilonia, de esa Jezabel. ¡Dios nos guarde! Dios dice tener pueblo en Babilonia y le dice a Su pueblo que salga de ella.


Pero no estamos aquí hoy para hablar de Jezabel, sino de Atalía; pero para poder entender lo de Atalía, teníamos que entender lo de Jezabel. Vamos a darnos cuenta de que Jezabel tuvo hijos, y que la gran ramera es madre de otras rameras. En estos días se ha estado denunciando el servicio impuro; hoy estaremos mirando en qué terminará ese servicio impuro; qué tipo de edificación final producirá, y también cuál será el juicio sobre él.


Una cama de postración para Jezabel
Entonces miremos aquí todavía en Apocalipsis 2:21: “21Y le he dado tiempo...”; ninguna de las eras de la iglesia duró tanto tiempo como la era medieval. La era de Efeso, de los Apóstoles, duró apenas siglo y medio; luego Esmirna, que fue la época de las persecuciones, duró también unos tres siglos; porque en el cuarto siglo ya vino el Edicto de Tolerancia, y comenzó la época de Pérgamo, la mixtura, la mezcla entre el Estado y la Iglesia, los intereses económicos y políticos con los religiosos; Pérgamo quiere decir completamente mezclado, muy casado. Pérgamo, muy casado, mucha mezcolanza; por eso en la carta a Pérgamo el Señor se presenta como el que tiene la espada para separar lo puro de lo impuro, lo santo de lo profano, lo espiritual de lo carnal, de lo meramente almático etc.; pero, digamos, eso duró también unos pocos siglos; pero Tiratira duró casi mil años, casi diez siglos; digamos que desde el siglo VI hasta el siglo XVI (la era de la Reforma); entonces duró mucho tiempo la cristiandad corrompida; y dice Dios: “le he dado tiempo...”; a ninguno le dio tanto tiempo como a estos para auto-reformarse y no lo hicieron; “le he dado tiempo para que se arrepienta, (gracias a Dios que Él es así) pero no quiere arrepentirse de su fornicación. 22He aquí, Yo la arrojo en cama”. Esta palabra “cama” en el griego es klinen (κλίνην), de donde viene la palabra clínica; o sea, es cama de postración, de enfermedad; “y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella”. Ellos se tienen que arrepentir de las obras de ella; ellos no deben tolerarla a ella, deben arrepentirse, no sólo de las obras de ellos, sino de las de ella, por haberla tolerado a ella. “23Y (miren esa “y”) a sus hijos heriré de muerte”. Aquí aparecen los hijos de Jezabel; no nos habla la Palabra del Señor solamente de Jezabel, que podríamos decir, es el sistema de religión falsa mezclando las cosas de Dios con las cosas falsas, con las cosas paganas, mezclando la palabra de Dios con la idolatría, como lo ha hecho Roma, porque claramente dice Juan, que esa mujer ramera que se sienta sobre muchos pueblos, es la ciudad que reina sobre los reyes de la Tierra; y no había otra ciudad en el tiempo del apóstol Juan que reinara sobre los reyes de la tierra sino Roma.

Atalía es hija de Jezabel
Así es que perfectamente el sistema Católico Romano está representado en la gran ramera; pero como nos lo dice allí, leámoslo ahora con nuestros propios ojos, en Apocalipsis 17:5: “y en su frente un nombre escrito, un misterio: Babilonia la grande...”; cuando dice: “la grande”, es porque hay otras más pequeñas, que también pertenecen al sistema de Babilonia, pero que no son la grande; aquí está haciendo una distinción entre la grande y las otras, pero está implicando a las otras; dice: “en su frente un nombre escrito, un misterio: Babilonia la grande, la madre...”; “la madre”; ella no es la única; ella es la principal, ella es la que está arriba, pero no es la única; es: “la madre de las rameras, y de las abominaciones de la tierra”. Es importante saber que la parte “b” del versículo, es la que tiene que ver con Atalía; la parte “a” del verso 5 de Apocalipsis 17 tiene que ver con Jezabel. Jezabel tipifica a Roma, el sistema Católico Romano de mixtura, que mezcla la palabra de Dios con paganismo y con otras abominaciones; pero el Espíritu Santo no sólo denuncia a la madre, denuncia a sus hijos, que forman estas hijas; Jezabel tiene hijos que también serán heridos de muerte. La mezcla, la infidelidad, no solamente se encuentra en el sistema Católico Romano, puede encontrarse incluso entre nosotros que salimos de Roma, salimos del romanismo, y si no le pedimos al Señor que nos guarde, nosotros también entraremos en juicio. Entonces dice aquí: “la madre de las rameras , y de las abominaciones de la tierra”; la ramera grande tuvo hijas, y las hijas no son la madre, porque salieron de la madre; la grande es Babilonia, es Roma, el sistema Católico Romano de mezcla de la palabra de Dios con la mentira, con el sistema humano, con intereses humanos; pero de ella han nacido otras hijas, que también el Espíritu Santo les llama rameras, y que ya no son precisamente Roma; porque son hijas, son rameras, pero no son la gran ramera; la gran ramera es Babilonia la grande, que es la ciudad que reina sobre los reyes de la tierra, que es Roma, el sistema religioso impuro Católico Romano, que ahora por medio del ecumenismo está abarcando todas las demás cosas y corrientes.

Las hijas de la gran ramera
Pero de Roma salieron algunas que también se constituyeron como “Iglesias”, porque una iglesia debería ser la Esposa del Cordero, porque la Iglesia es la Esposa, pero si está fornicando con los reyes de la tierra, entonces no es la esposa, es una ramera; pero no solamente Roma fornica; los que hemos salido de Roma también ahí tenemos el peligro de fornicar, y a eso es a lo que quiero llamar la atención hoy de los hermanos. Hoy, hasta aquí, hablé de Jezabel solamente para poder enmarcar y colocar en su contexto a Atalía y entender a Atalía; pero de la gran ramera salieron varias rameras más pequeñas, pero que también el Espíritu Santo llama rameras; por lo tanto también juzga; no solamente el Señor juzgará la impureza en el romanismo; la juzgará donde sea que esté, y comenzará por Su propia casa, porque Él es un Padre, que antes de corregir a los hijos de “otro”, corregirá a los propios; entonces el Señor nos corrige primero a nosotros, y después vienen los demás. Entonces aparecen unas hijas de la gran ramera, y unos hijos de Jezabel; entonces ya nos estamos dando cuenta de que el Espíritu Santo está usando la historia de Jezabel como una proyección profética; no era solamente una historia; era una historia que servía de alegoría; entonces ahora sí vamos a ir al libro de Reyes, y vamos a ver un poco quién era Atalía, qué hizo Atalía, y qué le aconteció, para que esto nos sirva de alegoría ilustrativa para nuestros días hoy, porque ya sabemos que, además de la grande, existen las hijas rameras, que Jezabel también tiene hijos, y que también sus hijos serán heridos de muerte; no sólo la injusticia, la incredulidad, la mezcla, liberalismo, corrupciones, etc., se encuentra en Roma; se encuentra también en los hijos de Jezabel, se encuentra también en las hijas fornicarias de la gran ramera.

Trasfondo histórico de Atalía
Voy a llamarles la atención al libro de Reyes; primeramente al capitulo 8 del segundo libro de los Reyes; aquí a primera vista aparece Atalía como hija de Omri; Omri fue el padre de Acab; el rey Acab fue el esposo de Jezabel; pero por el capitulo 8 nos damos cuenta de que la aplicación del nombre: “Hija de Omri”, es una aplicación amplia. La palabra “hijo” no siempre se refiere al inmediato; por ejemplo: Jesús es Hijo de David, pero eso no quiere decir que entre David y Jesús no haya habido unos intermediarios, ¿verdad? David tuvo a Salomón, tuvo a Natán; y Salomón tuvo a Roboam, y Roboam tuvo a otro, y ese a otro, a Asa, a Josafat, etc., hasta llegar a Jesús; entonces la palabra: “Hijo de David” se aplica a Jesús, pero no quiere decir que sea un hijo directo, sino un hijo intermediado por generaciones intermedias; y no es el único caso; en muchos otros pasajes de la Biblia se usa esa expresión “hijo”; por ejemplo, dice que “Zorobabel es hijo de Salatiel”; y aparece en las genealogías y aparece en la historia de Zorobabel como hijo de Salatiel; mas cuando tú investigas cuidadosamente, te das cuenta de que entre Salatiel y Zorobabel existe Pedaías. Pedaías fue el hijo directo de Salatiel y a través de Pedaías, Salatiel engendró a Zorobabel; o sea, Zorobabel es hijo de Salatiel, pero mediado a través de Pedaías. Cuando tú vas a las genealogías en Mateo y las comparas con las genealogías de Lucas, y si pones a cada generación en un renglón, una al lado de la otra, te das cuenta de que la lista de Lucas es larguísima y la lista de Mateo es más corta, porque Mateo los memorizó en tres grupos de 14 generaciones; entonces Mateo, adrede, se saltó a aquellos reyes malos, aquellos reyes perversos; ni siquiera Mateo juzgó digno de mencionarlos en la genealogía de Cristo; entonces dice: fulano engendró a zutano, y se salta a dos de los perversos. Entonces la palabra “hijo” no siempre se refiere exclusivamente al inmediato, sino al descendiente. La Biblia usa esa palabra “hijo” de una manera amplia; por ejemplo, ustedes ven la tabla de los descendientes de Sem en Génesis, y luego ustedes ven en Lucas que Lucas coloca, entre Arfaxad y Sala a Cainán II. Cuando tú ves la genealogía en Lucas y la comparas con Génesis, te das cuenta de que Génesis se saltó una, pero la Septuaginta no se la saltó; y como Lucas se basó en la Septuaginta, Lucas colocó a Cainán II como hijo de Arfaxad.

Entonces lo mismo sucede en el caso de Atalía; Atalía aparece como hija de Omri, porque fue su descendiente, y porque Omri fue considerado en el tiempo aquél, no en la Biblia, pero en el tiempo secular, como un gran rey; incluso Jehú, que fue el que derrotó a Acab, era llamado hijo de Omri, como si fuera el sucesor en el trono, pero no era ni pariente; y en los documentos seculares se refieren a Jehú como hijo de Omri sin serlo; y aquí aparece Atalía como hija de Omri, pero por lo que vamos a leer aquí en el capitulo 8, nos vamos a dar cuenta de que Atalía era hija de Omri pero a través de Acab y Jezabel; Atalía era la hija de Acab y Jezabel; por eso se le podía llamar también hija de Omri.


Leamos, pues, 2 Reyes 8:16: “En el quinto año de Joram hijo de Acab...”; Joram hijo de Acab. Hay Joram de Judá y Joram de Israel; hay Ocozías de Judá y Ocozías de Israel; no se vayan a confundir, porque hay dos Joram y dos Ocozías; y justo aquí en este período de confusión, aparecen los dos con el mismo nombre; esto es muy significativo; note que cuando es época de confusión, una cosa parece la otra, pero no es la misma. Existe Joram de Israel y Joram de Judá; en el mismo tiempo existe Ocozías de Israel y Ocozías de Judá, y Atalía, que era del reino de Israel, resultó reinando en Judá; hay una mezcolanza.


Santuarios idolátricos
Judá y Benjamín fueron las tribus que el Señor se reservó como remanente para continuar adelante Su plan; Israel fue formado por las otras diez tribus que se separaron de la Casa de Dios cuando Jeroboam, a la muerte de Salomón, se quedó con diez tribus y les dijo: “Estos son tus dioses que te sacaron de Egipto, no vayan más a Jerusalén a adorar a Dios; tus dioses son estos becerros”. E hizo allá en Dan y en Bethel sendos centros de adoración, para que las gentes fueran a adorar esos becerros como si esos fueran los dioses que libraron  a Israel de Egipto; y ellos iban a adorar en Dan, pero Dios había dicho que la tribu, familia o persona que adorara ídolos, su nombre sería borrado debajo del cielo; y justo Jeroboam colocó en la tribu de Dan esos ídolos y allá fueron las gentes de Dan a adorar en Dan; y por eso la tribu de Dan no aparece en los ciento cuarenta y cuatro mil sellados; usted ve que en los ciento cuarenta y cuatro mil no aparece Dan, porque la tribu de Dan fue borrada, y fue borrada porque se dedicó a la idolatría; entonces este Jeroboam fue el que separó las diez tribus que hoy se llaman las diez tribus perdidas, y hoy no se sabe donde están. Entonces, dos tribus, la de Judá y la de Benjamín, fueron reservadas para el reino de Judá, y por eso se les llama el Reino de Judá y el Reino de Israel. O sea que Judá representaba ese remanente reservado por gracia, por Dios, para continuar Su plan en la tierra, porque el resto de Su pueblo se mezcló con las naciones, se hizo pagano, se hizo idólatra, y se perdió; y hasta hoy se habla de las tribus perdidas. Dios traerá después un remanente de entre ellos, hacia el final.

En ese tiempo de confusión, cuando tú lees de un Joram, si no lo lees con cuidado, lo puedes confundir con el otro Joram; si lees de un Ocozías, si no lo lees con cuidado, lo puedes confundir con el otro Ocozías; es decir, si tú hablas descuidadamente de Joram, puedes estarte refiriendo a uno, y los otros están entendiendo al otro; si hablas descuidadamente de Ocozías, puedes referirte al otro, y los otros pueden estar pensando en el uno; o sea, es un tiempo de confusión. Satanás sabía, parece que adivinó que un gran profeta de Dios se iba a llamar Enoc, entonces inspiró a Caín para que le pusiera precisamente Enoc a su hijo; y si tú hablas simplemente de Enoc, y no te das cuenta de que hay dos Enoc, el Enoc de Caín y el Enoc de la línea de Set, que fue el profeta de Dios, entonces puedes ser engañado. Satanás pone los nombres de las cosas de Dios, a otras cosas, porque él se quiere hacer pasar por Dios, y él quiere meternos gato por liebre; las cosas de Satanás nos llegan con los nombres de Dios; esa es la astucia de Satanás. Entonces vemos cómo Satanás utiliza esas ambigüedades; y los tiempos de ambigüedades son los tiempos de mayor peligro, son los tiempos de impureza, donde una cosa impura se llama santa, donde lo malo se llama bueno y lo bueno se llama malo; eso nos enseña esta situación de nombres confusos acá (que son claros) pero que hay que seguirlos con cuidado para no dejarse confundir por la ambigüedad.


Atalía, la infiltración satánica al remanente
Entonces dice acá: “16En el quinto año de Joram hijo de Acab, rey de Israel, y siendo Josafat rey de Judá, comenzó a reinar Joram hijo de Josafat rey de Judá”; es otro Joram; ¿te das cuenta? Si no le pones cuidado confundes a los dos. “17De treinta y dos años era cuando comenzó a reinar”; note que dice que comenzó a reinar antes de morir Josafat, siendo Josafat rey; por eso es que a veces los críticos se confunden en los años, porque no entienden los años a partir de la muerte y los años de corregencia antes de la muerte del anterior; “ y ocho años reinó en Jerusalén”; noten, está hablando de Joram de Judá, hijo de Josafat, no Joram de Israel; y dice: “18Y anduvo en el camino de los reyes de Israel, como hizo la casa de Acab”. Nótese, Dios había separado ese remanente para que hiciera las cosas bien, para reservarse un grupo de elegidos con los cuales pudiera realizar Su plan; entonces Satanás viene a invadir al grupo de los elegidos, a invadir al remanente; eso es lo que significa la usurpación de Atalía; Atalía es el ataque de Satanás contra el remanente; a eso es a lo que debemos ponerle atención. Ya hemos identificado a Jezabel, hemos identificado a los de afuera, a los que están mezclados con paganismo, pero Satanás quiere infiltrar y usurpar los derechos del Señor en el remanente, y de eso es de lo que nos llama la atención esta consideración de Atalía.

Entonces venía hablando de Joram de Judá, pero dice que Joram de Judá siguió en los caminos de la casa de Acab; Acab era de Israel, y dice en el verso 18: “Y anduvo en el camino de los reyes de Israel, como hizo la casa de Acab, porque una hija de Acab fue su mujer; e hizo lo malo ante los ojos de Yahveh”. Esa hija de Acab es Atalía; se le llama hija de Omri porque Acab era hijo de Omri, pero ella, que es la esposa de Joram, rey de Judá, es Atalía. Acab y Jezabel tuvieron una hija y esa hija se llamó Atalía, y eso lo vamos a ver más adelante, que fue Atalía. ¿Y qué hizo el rey de Israel? como hacen hoy en día los reyes de ahora: La hija del rey de España se casa con el hijo del rey de Suecia, y el hijo del rey de Suecia se casa con la hija del rey de Holanda, y las familias de la nobleza Güelfa Negra europea se casan entre sí, para quedarse con las propiedades, con las riquezas.


¡Cuidado con el ecumenismo!
Entonces note la astucia; la astucia fue casar a la hija de Jezabel y de Acab de Israel, con el rey Joram de Judá. En esos casamientos hay peligros; en esas mezclas descuidadas del pueblo de Israel. Recordar la noche de San Bartolomé y la traición a los hugonotes. Como hizo Josafat. Josafat también se asoció con Acab para ir a pelear una guerra  de Acab. Acab invitó a Josafat para que Josafat peleara la guerra de Acab, y Josafat le dijo: “Sí, nosotros somos hermanos, nosotros también somos de las tribus de Israel”, y se fue a pelear Josafat la guerra de Acab. ¡Cuidado con el ecumenismo! Si el Señor nos muestra la verdad sobre la Iglesia, el hecho de ser inclusivos no quiere decir que seamos tontos e ingenuos; no vamos a acudir al banquete de Baal-peor, a la invitación de Acab, a pelear la guerra de Acab. Josafat tiene que pelear las guerras de Dios, como David peleaba las guerras de Dios, no las de Acab, no los intereses de otros. Hoy muchos protestantes están siendo invitados al Vaticano, pero no para la causa de Cristo, sino la del propio Vaticano, la del propio Papado; entonces cuando vemos la unidad de la Iglesia, no tenemos que caer en la trampa de los casamientos ilegítimos. ¿Qué hizo Dios con Josafat? Le quebró las naves; las naves las había preparado Josafat para apoyar a Israel, a quien consideró que era su hermano, pero Israel no estaba siguiendo los intereses de Dios, y por eso Dios tuvo que juzgar al propio Josafat, y le destruyó las naves en Ezión-geber, allá en el golfo de Acaba, en ese puerto cerca de Eliat, y dice la razón de ello: “Porque se asoció con Acab”; porque consideró inocentes las infidelidades de su “¿hermano?”.

En estos tiempos de “visión de Iglesia”, necesitamos tener una inclusividad sabia, una inclusividad que no sea ingenua; no podemos abrir las puertas de una forma indiscriminada. Las puertas del templo de Dios eran puertas un poco complejas; las puertas tenían dos alas grandes; no era una sola ala, eran dos alas, y cada ala tenía a su vez dos sub-alas; o sea que la puerta era un poco compleja, no se podía abrir la puerta de un momento a otro a cualquier persona sin haber sido examinada. A veces se abría sólo el lado izquierdo, o a veces se abría sólo el lado derecho; a veces se abría sólo lo de abajo. Si alguien se humillaba podía pasar por debajo, si no se humillaba se quedaba por fuera. ¿Por qué las puertas de la Casa de Dios son tan complejas? ¿Y por qué existen porteros en la Casa de Dios? Porque la Iglesia necesita ejercer el discernimiento, porque Satanás quiere infiltrar el remanente a través de una quinta columna, para usurpar los derechos del Hijo de Dios, y sutilmente trasladarlos a otros intereses. Debemos velar para que Satanás no nos use a nosotros mismos para hacer eso, sino saber discernir lo que es de Dios, lo que es puro, lo que es verdadero, de lo que es meramente humano. ¿Cuál es la intención de Satanás? Satanás quiere quitar los derechos del Hijo de Dios, que es el único que tiene derechos absolutos sobre la Iglesia, y enajenar las cosas de Dios y llevárselas para él, que es lo que él siempre ha querido: “Me sentaré en el templo de Dios, a los lados del norte, en el monte del testimonio y seré semejante al Altísimo”. Siempre Satanás ha sido un usurpador de las cosas de Dios; él quiere ser Dios; y ese peligro lo tenemos todos nosotros; entonces, esta lección de Atalía nos abre los ojos.


Sigamos, pues, aquí considerando el asunto en 2 Reyes 8:18. ¿Por qué fue que Joram de Judá siguió en los caminos de Acab rey de Israel? “porque una hija de Acab fue su mujer”. Hubo una alianza inapropiada; esta alianza inapropiada abrió las puertas para una influencia sutil, negativa. Nuestras alianzas no deben ser ingenuas; no podemos hacer alianzas, basados en la inclusividad de la Iglesia, con Satanás, ni con la carne, ni con el alma, ni con nuestro ego; nuestra alianza sólo puede ser con Dios y para Dios. Entonces sigue diciendo así: “e hizo lo malo ante los ojos de Yahveh. 19Con todo eso, (mira la longanimidad de Dios) Yahveh no quiso destruir a Judá, por amor a David su siervo”; porque el inicio había sido puro y verdadero; entonces Dios estaba tolerando un poquito más. Pero mire lo que llegó a pasar: “porque había prometido darle lámpara a él y a sus hijos perpetuamente.”  A veces Dios usó de longanimidad por los intereses de Su Hijo, que es la lámpara de David que Dios le daría; por los intereses de Jesús Dios fue longanimidad, pero cuando tuvo que actuar, actuó; y dice así:“20En el tiempo de él (mire cómo comienza la corrección de Dios) se rebeló Edom contra el dominio de Judá”. Edom había estado incorporado al reino de Dios por medio de David, y David quería hacer la voluntad de Dios en Judá y en Edom, pero tan pronto Judá se empezó a aliar con Israel, Dios empezó a permitir la rebelión de Edom para purificar a Judá; “se rebeló Edom del dominio de Judá, y pusieron rey sobre ellos”; o sea, ahora nosotros haremos las cosas a nuestra manera, no como dice Dios allá a través de la descendencia de David. “21Joram, por tanto, pasó a Zair, y todos sus carros con él; y levantándose de noche atacó a los de Edom, los cuales le habían sitiado, y a los capitanes de sus carros; y el pueblo huyó a sus tiendas”. Desbandada.“22No obstante, Edom se libertó del dominio de Judá, hasta hoy. También se rebeló Libna en el mismo tiempo. 23Los demás hechos de Joram, y todo lo que hizo, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?”

Según el cronista, esas fueron las fuentes de Jeremías, pues cada rey tenía su cronista ocular, y esos cronistas escribieron lo que vieron, y Jeremías los usó para su libro; hechos selectos, los que tenían que ver con la economía divina, seleccionó Jeremías. “24Y durmió Joram con sus padres, y fue sepultado con ellos en la ciudad de David; y reinó en lugar suyo Ocozías, su hijo”- Ocozías de Judá, no Ocozías de Israel, hijo de Joram de Judá. ¿Quién es la madre de Ocozías de Judá? La hija de Acab y Jezabel; esa, la madre de Ocozías de Judá, la esposa de Joram de Judá, es la hija de Acab y Jezabel, o sea, Atalía.


Sistemas que salieron del romanismo
Sigue relatando la Palabra: “25En el año doce de Joram hijo de Acab rey de Israel,  comenzó a reinar Ocozías hijo de Joram, rey  de Judá. 26De veintidós años (era muy joven, muy inmaduro) era Ocozías cuando comenzó a reinar, y reinó un año (sólo un añito) en Jerusalén. El nombre de su madre fue Atalía hija de Omri rey de Israel”. Pero nos damos cuenta de que esta Atalía, que aquí es llamada hija de Omri, era también la hija de Acab; o sea, la nieta de Omri es también llamada la hija de Omri, pero era hija de Omri a través de Acab y Jezabel. Atalía es la hija de Jezabel; así como Jezabel tuvo hijos, como la gran ramera tuvo hijas, esos hijos de Jezabel, esas rameras hijas de la gran ramera, son representados por Atalía, y es un sistema que ya no está dentro del romanismo, sino dentro de los que salieron del romanismo, como el mismo protestantismo, que también tiene su Concilio Mundial de Iglesias, y otros embelecos; una farsa de unidad que no es la unidad legitima; un ecumenismo dentro del propio protestantismo, para usurpar los derechos del Hijo de Dios. ¡Ojo, ojo con el ecumenismo! La unidad de la Iglesia no es ingenua, la unidad de la Iglesia no es ecumenismo simple. No, la Iglesia le sigue a Jesucristo en el Espíritu de la Palabra, y no a la usurpación que hacen del nombre de Cristo, de títulos de Cristo, de los temas de Cristo, pero que no son para Dios, sino para servir a la causa del gobierno mundial del anticristo, para poner la religión al servicio de la política globalista. Hoy en día teólogos están trabajando en  una ética mundial, una ética de todas las religiones, para llevar al mundo al gobierno de un hombre, al anticristo; globalizar al mundo para eso; y están utilizando muchos programas de convivencia. Hay dinero que circula para invitar a pastores al Vaticano, o a otras ciudades, a dialogar con imanes y con rabinos, para ponerse de acuerdo, e ir preparando el ambiente para una religión mundial. ¡Ojo con Atalía! ¡Ojo con Atalía!. Atalía está en Judá, pero es hija de Jezabel, ella es una usurpadora y está engañando al remanente de Dios. ¡Ojo con Atalía!.

Sigue diciendo: “El nombre de su madre fue Atalía hija de Omri, rey de Israel. 27Anduvo en el camino de la casa de Acab, (note, Ocozías de Judá, ese añito, lo empleó mal; el poco tiempo que tuvo de oportunidad lo usó mal, se dejó engañar de su madre) e hizo lo malo ante los ojos de Yahveh, como la casa de Acab; porque era yerno de la casa de Acab”. Atalía era la hija de Acab y de Omri a través de Acab. “28Y fue a la guerra con Joram hijo de Acab”; o sea, Joram hijo de Acab es Joram de Israel; entonces Ocozías fue a la guerra, hizo lo mismo; el mismo error que había cometido Josafat de Judá, lo cometió Ocozías de Judá. “28Y fue a la guerra con Joram hijo de Acab a Ramot de Galaad, contra Hazael rey de Siria; y los sirios hirieron a Joram”. Noten, el Vaticano puede tener sus intereses, y quiere utilizar a los protestantes para los intereses de ellos; nosotros no debemos caer en ese juego; nosotros tenemos nuestro juego, que es el propósito perfecto de Dios; no podemos ir al banquete de Baal-peor a fornicar, porque así fue que cayó Israel. Entonces dice: “29Y el rey Joram se volvió a Jezreel, para curarse las heridas que los sirios le hicieron frente a Ramot, cuando peleó contra Hazael rey de Siria”. Era porque él no estaba peleando las batallas de Dios, sino las batallas de otros que lo estaban utilizando para sus intereses.


Atalía, coronación de todas las infidelidades
Hermanos, existe una política eclesiástica sutil, para utilizar a los pequeños remanentes que Dios está formando, y englobarlos para servir a la política global del anticristo, de la religión global. ¡Ojo, ojo, esa es la carga del mensaje del día de hoy! Atalía es la coronación de todas las infidelidades que han sido denunciadas en estos días. Y dice aquí: “Y descendió Ocozías hijo de Joram rey de Judá, a visitar a Joram hijo de  Acab en Jezreel, porque estaba enfermo”. Ahí fue cuando Dios levantó a Jehú, y Jehú juzgó a todos estos; Jehú juzgó la casa de Acab, juzgó a Jezabel; a Jezabel se la comieron los perros, así como había profetizado Elías; y el juicio de Jehú sobre Israel usado por Dios, está en el capítulo 9; luego mató también a Joram, y mató a Ocozías de Judá; en el verso 27 del capitulo 9, describe la muerte de Ocozías de Judá. ¿Por qué? Porque se había mezclado. Dios levantó a Jehú para juzgar la infidelidad, ya no sólo de Israel, sino del propio remanente que era Judá; entonces en el verso 30 aparece el juicio sobre Jezabel; en el capitulo 10 Jehú extermina la casa de Acab. Hubo un mover, de parte del Espíritu de Dios, juzgando a todos los que se mezclaron con la idolatría, con las impurezas; a la casa de Israel, a Acab, a Jezabel, y al propio Ocozías de Judá, hijo de Atalía, que también estaba en los caminos de Israel. Dios juzgó, y hubo un mover del Espíritu para juzgar ese pecado y esa mezcla. Pero justamente ahí, viene la política; note, cuando el pueblo de Dios está moviéndose por el Espíritu de Dios para poner los puntos en las íes, para llamar a las cosas como son, inmediatamente entonces Atalía prepara la usurpación; cuando el pueblo de Dios se está dando cuenta de que hay cosas impuras, meramente religiosas, y está juzgándolo como Dios juzgó a través de Jehú, ahí mismo Atalía está preparando también su política, el concilio Mundial de Iglesias y otros embelecos, aunque Roma no esté ahí; prepara su política de ecumenismo también, aprovechándose de que los hermanos son ingenuos, y si los pequeños remanentes no se dan cuenta, entran en el juego de ellos.

El Señor se reserva un remanente
Ahora veamos la historia final de Atalía; capitulo 11: “1Cuando Atalía madre de Ocozías vio que su hijo era muerto, se levantó y destruyó toda la descendencia real”; es decir, incluso a los otros descendientes, los que eran hermanos, los que eran sus propios hijos, sus propios sobrinos, sus parientes. ¿Por qué? Porque ella quiso reinar; entonces destruyó a todos los que quedaban. Dios tenía que llevar adelante la obra Suya, porque había prometido que era el Hijo de David el que le levantaría casa a Dios, y note que Satanás quería destruir la descendencia de David; y entonces dice que Atalía “se levantó y destruyó toda la descendencia real. 2Pero Josaba (o Josabet) hija del rey Joram, hermana de Ocozías (de Judá), tomó a Joás hijo de Ocozías y lo sacó furtivamente”. Joás era un niñito; este Joás era por el cual continuaría la descendencia del rey David para que naciera el Mesías. Dios salvó a un niñito, porque ese niñito era el que portaba la promesa de Dios para que el Mesías viniera. Atalía quería acabar con toda la descendencia de David, pero Dios se reservó un niñito.

Hermanos, me llama la atención que la providencia de Dios a través de una tía, sabia, fue a cuidar ese remanentito, este Joás; ese bebecito nos representa ese remanente. A veces Dios se reserva un remanente pequeñito, que lo mantiene escondido durante unos años, para continuar el propósito que Él tiene en la tierra; entonces dice aquí: “Josaba (o Josabet, dice en  segundo de Crónicas) hija del rey Joram, hermana de Ocozías, tomó a Joás hijo de Ocozías, (este es Ocozías de Judá) y lo sacó furtivamente de entre los hijos del rey”. A veces hay que actuar medio clandestinamente; en tiempos de persecución hay que saber salir furtivamente y esconderse, no ir al banquete de Baal-peor a hacer guerra a favor de otros intereses. ¡No! Mejor hay que salir furtivamente, y huir y esconderse. Ojalá que el Señor nos dé entendimiento de lo que estamos leyendo aquí.


Y dice:“tomó a Joás, hijo de Ocozías, y lo sacó furtivamente de entre los hijos del rey a quienes estaban matando, y lo ocultó de Atalía, a él y a su ama, en la cámara de dormir, y en esta forma no lo mataron”. Por ejemplo, cuando los chinos comenzaron a perseguir a los hermanos en la China, Dios, a través del hermano Watchman Nee providenció para que algunos hermanos salieran, se fueran para Taipei; el hermano Stephen Kaung se vino para Estados Unidos, el hermano Witness Lee se fue para Taipei, para que lo que habían recibido ellos, no se perdiera; hicieron provisión furtiva y secreta, porque había  persecución movida por el sistema. Aquí mismo en Colombia, si usted pone cuidado a los grandes jerarcas, ellos están moviendo la política para usar la política contra los grupos pequeños; son los políticos “cristianos” los que están queriendo promover una ley del mínimo para las congregaciones, para que ya no pueda haber congregaciones pequeñas independientes, que las congregaciones tengan que tener un alto mínimo, y los más pequeños tengan que unirse al sistema de los grandes, al sistema que está manipulado por el Estado.


El remanente debe salir de Babilonia
Pongan atención a esto: Atalía utiliza el poder estatal, y ella después pensaba que ella era la traicionada, pero la traicionadora, la traidora era ella. Ella llamó traidores al remanente, pero la traidora es ella; al sistema religioso no le gustan los remanentes pequeños independientes, pero Dios trabaja con los remanentes pequeños. En estos días recordábamos el caso de Lucas capitulo 3, que la Palabra de Dios no viene a Tiberio, ni a Pilatos, ni a Lisanias, ni a los Felipes, los tetrarcas, ni a los sumos sacerdotes Anás y Caifás, sino a Juan en el desierto. Entonces a veces Dios tiene que reservar en el desierto lugar para la mujer, porque el dragón echó contra la mujer un río de su boca, para arrastrar la mujer; la mujer tiene que saber huir furtivamente al desierto y esconderse, como vemos aquí: “3Y estuvo con ella escondido en la casa de Yahveh seis años; y Atalía fue reina sobre el país”. Seis años escondido; si él tenia apenas un año, a los siete años salió, a los ocho años comenzó a reinar.

Atalía, el sistema, el concilio eclesiástico reinaba, pero Dios no estaba ahí; los intereses de Dios no estaban ahí, los intereses de Dios estaban en aquel niñito escondido, en aquel remanentito que se escapó furtivamente, por donde realmente venía la simiente de David, para el nacimiento del Mesías. No nos dejemos engañar por los sistemas; el Señor nos dé discernimiento. “Estuvo con ella escondido en la casa de Yahveh”; miren cuál era el lugar del escondite: “La Casa de Yahveh”; porque Babilonia es una guarida de demonios, de toda clase de aves inmundas y aborrecibles; Babilonia no es la casa del remanente; el remanente tiene que salir de Babilonia; no pienses que vas a convertir a Babilonia. Dios no dice que te quedes en Babilonia, para convertir a Babilonia; Dios dice que salgan de Babilonia.

¿Entonces a dónde? A la Casa de Yahveh ¿En dónde se escondió? En la casa de Dios, en la comunión legítima con Cristo, en el Espíritu de Su cuerpo, con los que le siguen a Él, según Su Espíritu y Palabra. “4Mas al séptimo año envió Joiada (Joiada era un sacerdote fiel y valiente, que representa el ministerio que es fiel al propósito de Dios para con este remanente; el que cuidó del remanente fue Joiada) y tomó jefes de centenas, capitanes, y gentes de la guardia, y los metió consigo en la casa de Yahveh”. Por un tiempo es cuestión de esconderse, pero se esconden para prepararse para la guerra contra el sistema falso. El Señor dijo que habría guerra; Él no dijo: “miren, quédense callados”, ¡No! “Dadle a ella el doble, como ella os ha dado, dice de Babilonia; en el cáliz donde ella os preparó bebida, vosotros, el pueblo fiel, preparadle a ella el doble”. Hermanos, a veces el diablo dice: “sean  prudentes, no digan la verdad, mas bien quédense callados”; pero hay que esconderse, pero para prepararse para la guerra. El Señor le dice a Su pueblo que le dé en el mismo cáliz en que Babilonia emborrachó a la gente; hay que darle el doble a Babilonia, y hay que pagarle el doble, según sus obras.


Preparación para la guerra
Aquí se prepararon para la guerra. “Y los metió consigo en la casa de Yahveh, e hizo con ellos alianza, juramentándolos en la casa de Yahveh; y les mostró el hijo del rey” (el niñito). O sea, Jesucristo estaba ahí dentro, porque a través de David vendría el Mesías. “5Y les mandó diciendo: Esto es lo que habéis de hacer: (noten que estas instrucciones son muy importantes; distribuyó a ese grupo de guerreros de Dios en tres secciones; unos tenían que ocuparse de una cosa, el otro tercio de otra cosa, y el otro tercio de otra cosa; y miren cuáles son las cosas que ese tercio y cada otro tenía que hacer) “la tercera parte de vosotros, tendrá la guardia de la casa del rey el día de reposo”; el día de reposo, el sábado, que nos habla de Cristo, que nos habla del descanso ¿En el día del descanso hay que guardar qué? “la casa del rey”; es decir, ser fiel al que verdaderamente tiene el derecho, cuando los otros están usurpando el derecho; Atalía lo usurpó, ella pretendía tener autoridad sobre el pueblo de Dios. La verdadera autoridad la tenía el hijo del rey, y los guerreros guardaban la casa del rey, es decir, mantenían la autoridad del Señor, la legitima autoridad sobre toda otra autoridad de usurpación; existen autoridades de usurpación. Por eso el Padre le dijo al Hijo. “Hijo, siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies” (He. 1:13); y es necesario, dice Pablo por el Espíritu, que sea destruido todo dominio, toda autoridad y potencia, que pretenda tener autoridad en rivalidad con la del Hijo de Dios. La Iglesia es el Cuerpo de Cristo, el cuerpo de aquella Cabeza, que es Cabeza sobre todas las cosas dado a la Iglesia; la autoridad de Cristo es sobre todo, y quien tiene a Cristo, y quien representa esa autoridad aquí en la tierra, es la Iglesia; la Iglesia no puede jugar ni vender la autoridad de Cristo; la Iglesia tiene que aprender incluso a poner la vida por la autoridad de Cristo. ¿Pero que hará el mundo? ¿Cómo adorará el mundo al dragón? diciendo: Pero ¿quién como la bestia?¿quién podrá luchar contra la bestia? Entonces la gente dirá: Pero ¿quién podrá osar oponerse a este sistema tan grande? Y así adorarán al dragón, y a la bestia diciendo: ¿Quién como la bestia?¿Quién podrá luchar contra ella? Pero nosotros no decimos eso; nosotros decimos: ¿Quién como Yahveh?¿Quién como el Señor? ¡Guardias de la casa del Rey!

“6Otra tercera parte estará a la puerta de Shur, y la otra tercera parte a la puerta del postigo de la guardia; así guardaréis la casa, para que no sea allanada”. Porque a Atalía le gusta allanar, y hay que cuidarse de los allanamientos. Dios tiene guardas para proteger las cosas escondidamente. Yo espero que estemos entendiendo; no sabemos lo que se viene encima. ¿Por qué el Señor nos hace ver esta palabra? ¡Que la Casa no sea allanada!


Rodeando al verdadero Rey
“7Mas las dos partes de vosotros que salen el día de reposo tendréis la guardia de la casa de Yahveh junto al rey. 8Y estaréis alrededor del rey por todos lados”; oigan esto: “alrededor del rey por todos lados, (aunque el rey era pequeñito, aunque el reino de Dios está en minoría, ahí es donde se debe estar) teniendo cada uno sus armas en las manos; y cualquiera que entrare en las filas, sea muerto”. Es una guardia que no tiene que dejar pasar nada; tan pronto se va a pasar algo del enemigo, tiene que aplicársele el juicio; nadie puede atravesar ese círculo de guardia; “y cualquiera que entrare en las filas, sea muerto. Y estaréis con el rey cuando salga, y cuando entre”.

Por eso Salomón habla en el Cantar de los Cantares de que la litera del rey sea rodeada por valientes que tienen la espada ceñida a su muslo; es decir, ceñidos a la Palabra. “9Los jefes de centenas, pues, hicieron todo como el sacerdote Joiada les mandó; (aquí Joiada representa el ministerio al remanente) y tomando cada uno a los suyos, esto es, los que entraban el día de reposo y los que salían el día de reposo, vinieron al sacerdote Joiada. 10Y el sacerdote dio a los jefes de centenas las lanzas y los escudos (porque hay armas ofensivas y defensivas) que habían sido del rey David”. Miren cuáles eran las armas: las del rey David, que es figura de Cristo. “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas” (2 Co. 10:4). Las lanzas y los escudos que habían sido del rey David, no peleando según el hombre natural, “que estaban (¿dónde era que estaban estas lanzas y escudos?) en la casa de Yahveh”. Los otros tenían otras cosas, pero las lanzas y los escudos del rey David, estaban en la casa de Dios. “11Y los de la guardia se pusieron en fila, teniendo cada uno sus armas en sus manos, desde el lado derecho de la casa hasta el lado izquierdo, (no había que descuidar ningún flanco, ni por la derecha, ni por la izquierda) junto al altar (esto nos habla de la consagración) y el templo, (consagración en la comunión legitima y bíblica y espiritual del cuerpo de Cristo) en derredor del rey. 12Sacando luego Joiada al hijo del rey, (como quien dice: éste es el verdadero rey, todo ese otro sistema es una usurpación, eso es falso, éste es el verdadero hijo del rey) le puso la corona y el testimonio”, es decir, aquí es donde está la autoridad, el testimonio es éste. Eran poquitos, era una minoría, pero esa era la verdad; ahí estaba la autoridad de Dios, ahí estaba la autoridad del rey, ahí estaba el testimonio de Dios; lo demás era el robo, la usurpación, que siempre Satanás ha querido hacer de las cosas de Dios, para hacerse él Dios, y reinar sobre la herencia de Dios; pero este remanente reconoció lo que era legitimo y lo diferenció de lo que era falso.


Los embelecos de Atalía
“Y le hicieron rey ungiéndole; y batiendo las manos dijeron: ¡Viva el rey! 13Oyendo Atalía el estruendo del pueblo que corría, entró al pueblo en el templo de Yahveh”. Ella pretendió, y como la gran ramera también hace lo mismo, dijo: Yo soy reina, no soy viuda, soy reina; yo soy quién tengo la autoridad, ¿Cómo es que ustedes están ordenando? Tiene que ser a través del Papa, del Cardenal, del Obispo, del embeleco del sistema ¿Cómo, cómo usted Alejandro está predicando aquí en Guayabetal? Si usted no es el cura, el cura soy yo, a mí me mandó el obispo ¿Usted quién es? ¿No es eso? Siempre ellos, el sistema, pretende tener la autoridad basada en el sistema de ellos, y no en la autoridad del Espíritu y de la Palabra. “13Oyendo Atalía el estruendo del pueblo que corría, entró al pueblo en el templo de Yahveh. 14Y cuando miró, he aquí que el rey estaba junto a la columna”; porque había la columna del rey y la columna del sacerdocio, las dos columnas, aquí Joás y allí Joiada, en la casa de Dios. En una columna se paraba el sacerdote, aquí fue Joiada; en la otra se paraba el rey, aquí fue Joás; como en el tiempo de la restauración: En una se paraba Zorobabel, en la columna del rey, y Josué hijo de Josadac, el otro ungido, en la columna del sacerdote. Las dos columnas: El reino y El sacerdocio.

Entonces el rey se paró junto a la columna del rey, donde se para el rey, donde se representaba la autoridad real. “14Y cuando miró, he aquí que el rey estaba junto a la columna, (ese rey era un niño, tenía unos pocos años, ocho años; comenzó a reinar a los ocho años, parecía que no era nada comparado con el sistema grande, pero ahí estaba la verdad, ahí estaba la promesa de Dios, ahí estaba el descendiente de David, ahí estaba el Mesías por venir, en ese pequeño remanente) conforme a la costumbre. (es decir, se puso el rey junto a la columna, conforme a la costumbre) y los príncipes y los trompeteros junto al rey; (las trompetas son para anunciar quién es el rey verdadero) y todo el pueblo del país se regocijaba, (¡Aleluya! eso previene al pueblo) y tocaban las trompetas. Entonces Atalía, rasgando sus vestidos, clamó a voz en cuello: ¡Traición, traición!”. Pero claro, ella reclamaba que ella era la legítima y que los otros eran los traidores; pero ¿quién fue la que traicionó al Señor? ¿Quién fue la que mató a la familia del rey? ¿No fue ella? Ella era la traidora, pero lloraba como si ella hubiera sido traicionada. Aquí no hay que dejarse convencer por los llantos falsos. “15Mas el sacerdote Joiada mandó a los jefes de centenas (aquí están los hermanos ancianos de las iglesias) que gobernaban el ejercito, y les dijo: Sacadla fuera del recinto del templo”; ella no pertenece a la casa de Dios, ni ha nacido de nuevo; es política religiosa, incrédulos, no creen ni en la Biblia, no creen ni en la resurrección de Cristo, ni en el nacimiento virginal del Señor, mucho liberalismo, pero eso sí, creen en el sistema, en el ecumenismo, pero no pertenecen a la casa de Dios; ese ecumenismo no es en Cristo, es en religión, manejado por Satanás para usurpar el lugar de Dios, pero no es legitimo.


Juicio de Dios y fin de Atalía
“Sacadla fuera del recinto del templo, y al que la siguiere, matadlo a espada”. Hay que juzgar, aplicar la palabra del Señor; esto no estaba bajo el juicio de Dios, y no pertenece a lo que es de Dios. “(Porque el sacerdote dijo que no la matasen en el templo de Yahveh,) 16Le abrieron, pues, paso; y en el camino por donde entran los de a caballo a la casa del rey, (eso es el juicio y la venida del Señor) allí la mataron”. Ese es el fin de Atalía. “17Entonces Joiada hizo pacto entre Yahveh, y el rey y el pueblo, que serían pueblo de Yahveh; (no de Atalía, no de Jezabel, no de Baal, de Yahveh) y asimismo entre el rey y el pueblo. 18Y todo el pueblo de la tierra entró en el templo de Baal, y lo derribaron; (¡Aleluya!; pagadle a ella como ella os ha dado, pagadle el doble) asimismo despedazaron enteramente sus altares y sus imágenes, y mataron a Matán sacerdote de Baal delante de los altares (Matán sacerdote de Baal representa al falso profeta). Y el sacerdote puso guarnición sobre la casa de Yahveh. 19Después tomó a los jefes de centena, los capitanes, la guardia y todo el pueblo de la tierra, y llevaron al rey desde la casa de Yahveh, y vinieron por el camino de la puerta de la guardia a la casa del rey; y se sentó el rey en el trono de los reyes”. Esa es la venida del Señor. “20Y todo el pueblo de la tierra se regocijó, y la ciudad estuvo en reposo, (ahora llega el Milenio. ¿Cuándo estuvo en reposo?) habiendo sido Atalía muerta a espada, junto a la casa del rey. Era Joás de siete años cuando comenzó a reinar”. Prácticamente recién nacido ya tuvo que ser escondido. Hermanos, ¿no nos habla esto mucho? Que el Señor nos dé discernimiento y nos explique cómo movernos en una situación ambigua y difícil como la que es el banquete de Baal-peor del ecumenismo de los últimos días.

Oremos: “Padre celestial, te damos las gracias, que nos has permitido considerar esta porción de Tu Palabra. Te pedimos, Señor, que nos guardes en estos tiempos de confusión y ambigüedad; ayúdanos a mantenernos fieles a Ti. Ayúdanos, Señor, verdaderamente a amarte más que a nosotros mismos; necesitamos Tu gracia; perdona nuestros pecados con la sangre de Cristo. Ayúdanos a aplicar Tú espada donde debe ser aplicada, y ayúdanos, Señor, a servir a Tu casa, a no permitir su profanación para que sea usurpada por los intereses de Satanás. En el nombre del Señor Jesús, Amén y Amén”.

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