lunes, 3 de enero de 2011

EL MENSAJE A LA IGLESIA EN EFESO

EL MENSAJE A LA IGLESIA EN 


ÉFESO


"Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto". Apocalipsis 2:1.

En medio de los siete candeleros
Hermanos, vamos a la palabra del Señor, al Libro del Apocalipsis.

Vamos a iniciar el capítulo 2 con el mensaje a la iglesia en Efeso. Esta es la segunda carta que se le dirige a los Efesios; la primera por el apóstol San Pablo y esta segunda del Señor Jesús mismo, por mano del apóstol Juan. Vamos a leer inicialmente de corrido toda esta carta a los Efesios, a la iglesia en Efeso de Apocalipsis capítulo 2, desde los versículos 1 al 7; y después, entonces, Dios mediante, volveremos sobre nuestros pasos; pero para tener completa la visión, leamos toda la carta:


"1Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto: 2Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; 3y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. 4Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. 5Recuerda, por tanto, de dónde has caído y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.

6Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco. 7El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios".


¡Qué palabra hermosa. Qué palabra bella! ¿Verdad, hermanos? Muy bello que el Señor hable y que el Señor hable con amor y que el Señor hable porque Él quiere tenernos cerca de Él; pareciera que habla con celo, con celo santo; Él nos quiere cerca de Él, Él no es indiferente a nuestra lejanía, Él siente nuestra lejanía y nos quiere acercar; por eso Él nos habla, Él nos habla con mucha rectitud, Él quiere que entre nosotros hablemos. Él dice: si tu hermano pecare contra ti, ve tú y él solo, reprende a tu hermano, y si te oye, has ganado a tu hermano; si no te oye, toma dos o tres testigos, etc. Fíjense en que el Señor quiere que hablemos, Él no quiere que las cosas se dejen estar, que los males continúen, que seamos indiferentes a los males, no; Él es el Sumo Sacerdote que se presenta en medio de los candeleros, porque uno de los  trabajos de los sacerdotes era mantener encendidos esos candeleros delante de Dios, y aquello era una figura del trabajo de nuestro Señor Jesucristo, de su trabajo sacerdotal; y Él se presenta aquí como el que está en medio de los candeleros. La primera presentación de Él, tanto en la visión gloriosa, cuando presentó en forma general muchos detalles, lo primero que aparece de Él es: y vuelto vi siete candeleros de oro y en medio de los siete candeleros a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies y ceñido por el pecho con un cinto de oro. La primera cosa que se reveló en la visión del Cristo glorificado fue Su posición de sacerdote en medio de las iglesias; y la primera credencial que Él presenta cuando va a hablar a la iglesia en Efeso y a las iglesias por el Espíritu es eso: el que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro; o sea, como quien dice: yo me muevo entre las iglesias, yo conozco todo lo que pasa en las iglesias, yo tengo la responsabilidad de que cada una de las iglesias sea un candelero limpio, que esté alumbrando delante de mi Padre, delante de Dios; entonces por eso el Señor habla y no sólo habla, porque a veces lo que se habla se olvida, sino que dice: escribe; porque el Señor no sólo le quiere hablar a ellos, sino que nos quiere a hablar a todos; al hablarle a la iglesia en Efeso, le quiere hablar a todas las iglesias de todos los lugares y de todas las épocas; por eso la orden del cielo: escribe. Luego dice: "Escribe al ángel de la iglesia en Efeso". Cuando le escribe al ángel, claro que le escribe a toda la iglesia, pero aquí está representando el espíritu de la iglesia, la autoridad espiritual de la iglesia; entonces por eso primero se dirige al ángel de la iglesia, pero obviamente, por lo que dice más abajo, dice: "oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias", aunque al principio dice: "Escribe al ángel de la iglesia", le habla a las iglesias; entonces la primera credencial con la que Él se presenta, específicamente en este caso de Efeso, que es la primera iglesia, Él se presenta como el que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto. Efeso es la primera iglesia a la cual el Señor se presenta.


La importancia de Éfeso
En la historia de la Iglesia, el Espíritu Santo comenzó a moverse en Jerusalén, como estaba prometido; de Jerusalén saldrá la palabra de Jehová; y el Espíritu Santo descendió inicialmente en Jerusalén. Luego vemos que pasado un tiempo, cuando el Espíritu Santo empezó a trabajar con los gentiles, levantó el Señor otro centro de la obra que fue en Antioquia; allí vemos que Antioquía es el inicio del trabajo para con los gentiles de una manera más profunda; claro que ya en Cesarea de Filipo, en la casa de Cornelio, el Espíritu Santo había iniciado con Pedro, a quien le dio las llaves para abrir el reino; entonces Él inició con los gentiles en casa de Cornelio, pero es desde Antioquía, donde el ministerio de Pablo, que es el apóstol específico para los gentiles, donde comienza a desarrollarse. Luego aparece la fundación de la iglesia de Efeso; y con el tiempo, pasando el tiempo, Efeso llegó a ser el centro principal del cristianismo, avanzada ya la edad primitiva y apostólica de la Iglesia. En Efeso Pablo estuvo tres años; luego Pablo en sus viajes dejó en Efeso a Aquila y a Priscila; después dejó a Timoteo; después el apóstol Juan fue enviado por el Señor Jesús a Efeso y él vivió en Efeso; y como el Señor Jesús le había encomendado a María, a Juan, entonces Juan llevó a María a Efeso. Hasta hoy hay una casa en donde se dice que vivió Juan con María en Efeso. Felipe, el que tenía cuatro hijas que profetizaban, también vivió en Efeso, y las tumbas de ellos están en Efeso. Efeso llegó a ser como un centro de la obra, hacia finales del siglo I; Efeso fue como decir la primera de las iglesias en ser mencionada, la que representa la iglesia en sus primeros tiempos, en sus primeras etapas; la iglesia en Efeso representa a la iglesia apostólica y a la iglesia que continuó después de los apóstoles, inmediatamente; es decir, la iglesia del primer siglo principalmente allí está representada en Efeso. Efeso era una ciudad ya bastante antigua, y es interesante conocer un poco la historia de la ciudad, porque cuando se funda una ciudad se abren puertas a ciertos espíritus, y cuando se fundan iglesias, la iglesia se funda en un contexto específico para introducir el reino de Dios en ese contexto específico donde otros espíritus habían reinado, que se les dio reino desde la fundación de la ciudad; y luego viene el Señor a fundar Su iglesia, Su reino, y a enfrentar los espíritus que hay. Por eso no sobra conocer un poquito la historia de la ciudad de Efeso.

Trasfondo histórico de Éfeso
La ciudad de Efeso fue fundada más o menos unos 1200 años antes de Cristo. Se trata de un hombre que se llamaba Andrópulos, hijo de un rey de Atenas que se llamaba Probo; entonces este Andrópulos hijo de este rey de Atenas fundó una colonia de jonios en la ciudad de Efeso y ahí comenzó la adoración de una diosa llamada Artemisa, en griego, y que después los romanos le llamaron Diana; el nombre de ella en griego era Artemisa y ella era el centro de la vida religiosa de esa ciudad; y ustedes recuerdan lo que aconteció cuando Pablo llegó a Efeso, cómo se levantaron los plateros de Artemisa dirigidos por Demetrio, el líder de los artífices, porque fue una guerra no sólo religiosa, sino también económica, porque la religión derivaba en la economía, el negocio; siempre alrededor de los santuarios están los comercios relacionados con la religión; entonces eso fue así durante mucho tiempo en Efeso. Más o menos en el siglo VI antes de Cristo, la ciudad fue tomada por los persas, después fue tomada por los árabes; la ciudad fue tomada también por un rey de Pérgamo que después se la regaló, no sólo la ciudad de Efeso, sino la provincia de Lidia donde estaba Efeso, se la regaló al emperador romano. De modo, pues, que pasó por muchas situaciones esa ciudad de Efeso y llegó a ser precisamente por todo eso una ciudad que era considerada la ciudad principal del Asia Menor; aunque el procónsul, digamos, a veces la parte del gobierno estaba en Pérgamo, realmente la ciudad de Efeso fue la ciudad fuerte; era un puerto, fue una ciudad comercial, fue una ciudad religiosa; toda Asia dependía de la religión de esa ciudad, que era el centro religioso; de manera que ustedes se dan cuenta de que lo que hizo el Señor en esa ciudad fue muy importante.

La iglesia que está en su casa
Pablo comenzó por ahí; las iglesias tienen el orden de las manecillas del reloj, es decir, comienza por Efeso; luego sube a Esmirna, sube a Pérgamo y va pasando para Tiatira y va bajando después hacia Sardis y sigue bajando a Filadelfia y llega abajo a Laodicea; y para ir de Laodicea a Efeso se cierra otra vez el círculo; o sea, era un círculo prácticamente geográfico, claro, no exacto, pero más o menos un círculo siguiendo las manecillas del reloj; tenían más o menos ese orden; las iglesias no son mencionadas en desorden, sino en un orden específico, haciendo un círculo comenzando por Efeso. Ustedes recuerdan la fundación, cómo Pablo llegó y encontró allí unos discípulos de Juan el Bautista que creían, habían sido bautizados con el bautismo de Juan; pero entonces Pablo les completa el evangelio y ellos recibieron al Señor y fueron bautizados en el nombre del Señor; Pablo puso sobre ellos sus manos y recibieron el Espíritu Santo y eran por todos como unos doce hombres y Pablo se quedó tres años en esa ciudad, y en esa ciudad fue la escuela de la obra de Pablo, que tuvo influencia en toda la región del Asia Menor, a partir de Efeso. Pero como les dije, quedó allí Aquila y Priscila; ustedes recuerdan eso en una carta. Esa carta es 1ª a los Corintios; allí podemos ver unos contextos necesarios hacia el final de la carta. La primera carta a los Corintios fue escrita precisamente desde Efeso; entonces dice Pablo en  el capítulo 16, verso 19: "Las iglesias de Asia os saludan. Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa"; o sea, en la casa de Aquila y Priscila fue donde empezó a reunirse la iglesia en Efeso; "Aquila y Priscila"; fíjense en que él escribe desde Efeso, pero escribe a nombre de las iglesias de Asia; ahí se ve la relación que tenía toda la región entre sí y el lugar preponderante de Efeso. Las iglesias de Asia, éstas son de Asia Menor, lo que hoy es Turquía: "Las iglesias de Asia os saludan. Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa, os saludan mucho en el Señor".

Yo quisiera que fuéramos un poquito a Hechos de los Apóstoles. La fundación de la iglesia está en el capítulo 19 de los Hechos; Apolos llegó a Efeso después de que había llegado Pablo. Vamos a Hechos de los Apóstoles 18:18: "18Mas Pablo, habiéndose detenido aún muchos días allí, después se despidió de los hermanos y navegó a Siria, y con él Priscila y Aquila, habiéndose rapado la cabeza en Cencrea, porque tenía hecho voto. 19Y llegó a Efeso, (ahí está la llegada de Pablo a Efeso) y los dejó allí; (a Priscila y a Aquila; en la casa de ellos fue donde comenzó la iglesia en Efeso) y entrando en la sinagoga, discutía con los judíos, 20los cuales le rogaban que se quedase con ellos por más tiempo; mas no accedió, 21sino que se despidió de ellos, diciendo: Es necesario que en todo caso yo guarde en Jerusalén la fiesta que viene; pero otra vez volveré a vosotros, si Dios quiere". Y Dios quiso, porque después volvió y fue cuando se quedó tres años; o sea que Pablo llegó a Efeso, comenzó a predicar el evangelio en Efeso; al llegar dejó a Aquila y a Priscila y él viajó, y mientras él viajo llegó Apolos a Efeso. Eso está en Hechos 18:24: "24Llegó entonces a Efeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras. 25Este había sido instruido en el camino del Señor; y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor, aunque solamente conocía el bautismo de Juan. 26Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios. 27Y queriendo él pasar a Acaya...";  ahí fue cuando después Apolos pasó a Acaya y llegó a Corinto; es lo que dice ese verso. Ahora el 19:1 dice: "1Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, (él había querido ir a Jerusalén, pero el Señor le cambió la ruta y lo mandó para las regiones superiores, como lo dice el versículo 22 del mismo capítulo 18) vino a Éfeso, y hallando a ciertos discípulos, 2les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. 3Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan. 4Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. 5Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. 6Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas y profetizaban. 7Eran por todos unos doce hombres. 8Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios. 9Pero endureciéndose algunos...". Ahí viene aquel asunto de Demetrio y Artemisa, el jefe de los artífices del templo de la diosa Artemisa; entonces hubo aquella discusión, hubo todos aquellos problemas, hubo aquel alboroto en la ciudad de Efeso; entonces, todo eso lo podemos ver para entender cómo fue la historia de la ciudad, por qué cosas pasó la ciudad.

Primero lo vimos hasta la época de la fundación de la iglesia; después de esta carta del Apocalipsis tenemos que ver lo que fue la historia posterior de la ciudad.


Profecía de Pablo al presbiterio de Éfeso
Ahora vimos cuáles fueron las puertas que se abrieron, cuál era el espíritu de religiosidad de Artemisa que prevalecía en la ciudad; lo curioso fue que en esa ciudad después va a vivir María con Juan, y allí murió María y allí está la casa de María en Efeso, y en Efeso fue donde se hizo el concilio que llamó a María "Teotocos" o "Madre de Dios"; es una cosa muy curiosa ver todas estas cosas. La religión que había era una religión de Artemisa; negocios, puertos; y luego llegó Pablo y encontró esta situación que acabamos de ver y ahí empezó la iglesia.

Luego el Nuevo Testamento nos dice que Pablo duró tres años en la iglesia; él hizo visitas esporádicas y estuvo en esa iglesia. Después Pablo, cuando iba hacia Jerusalén, llamó a los ancianos de la iglesia en Efeso; ya había ancianos en Efeso; ustedes pueden ver eso también en Hechos de los Apóstoles; ahí en el capítulo 20 verso 17, dice: "Enviando, pues, desde Mileto a Efeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia". ¿Ven? Ya la iglesia en Efeso tenía ancianos, y ahí es cuando Pablo se despide y les da unas instrucciones, y en estas instrucciones ya Pablo está prácticamente profetizando lo que acontecería en Efeso, que como 20 años después, el Señor les recrimina a los de Efeso alguna cosa que comenzó a suceder. Entonces por eso es bueno tener esta historia para entender mejor el capítulo 20; porque hay que ver cómo empezó la ciudad, cómo empezó la iglesia, cómo se desarrolló la iglesia, qué pasó en la iglesia y por qué entonces esa carta dice lo que dice; no podemos entender bien la carta sin comprender todo el proceso histórico. Por eso estamos aquí viendo el último mensaje de Pablo a los Efesios; Pablo llamó a los ancianos de Efeso, los llamó a Mileto y les dijo que esa era la última vez que iban a ver su rostro; el que fundó la iglesia, Pablo, le está hablando a los responsables de la iglesia de la siguiente manera; no voy a leer todo, pero voy a leer desde el versículo 26.

Hechos 20:26: "26Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; 27porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios". Esta palabra es muy importante tenerla presente para entender después cuando el Señor dice: Recuerda, de donde has caído; hay que ver cómo fue la iglesia en su origen, qué recibió la iglesia y cómo cayó la iglesia y por qué cayó.

Entonces aquí en Hechos 20, dice: "27porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios"; o sea, Pablo está diciéndoles que prácticamente él cumplió el trabajo que tenía con ellos; era la última vez que veían su rostro, él ya cumplió su palabra, él sabía que el Espíritu Santo le dijo: hasta aquí vas a trabajar en Efeso. Ahora, fíjense en lo que dice después en el versículo 28: "28Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, (aquí vemos cómo Pablo llama obispos a los ancianos, no haciendo diferencia) para apacentar la iglesia de Dios, (dice el original griego) la cual él ganó por su propia sangre". La sangre de Dios; claro, entonces el traductor prefirió decir Señor que Dios, pero el griego dice Dios. "29Porque yo sé (aquí está lo que el Espíritu Santo había puesto con claridad en el corazón de Pablo) que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, (ahí está el asunto de los nicolaítas) que no perdonarán al rebaño. 30Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos". ¡Qué cosa terrible que entre los mismos líderes acontecería esto! "31Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno. 32Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios y a la palabra de su gracia, la cual es poderosa para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados. 33Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado. 34Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido. 35En todo os he enseñado que, trabajando, así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Mas bienaventurado es dar que recibir". Este es un dicho de Cristo que sólo se recuerda por una cita de Pablo; no aparece en los evangelios: "36Cuando hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y oró con todos ellos. 37Entonces hubo gran llanto de todos; y echándose al cuello de Pablo, le besaban, 38doliéndose en gran manera por la palabra que dijo, de que no verían más su rostro. Y le acompañaron al barco." Entonces aquí vemos cómo Pablo trabajó por tres años, todos los días, enseñando, amonestando, haciendo milagros, etc., y esto fue lo que quedó de lo que hizo Pablo.

La madurez espiritual en Éfeso
Realmente lo que hizo Pablo comenzó a prevalecer en Efeso. En Efeso estaban los paganos, estaban también los judíos y ahora comenzaba el cristianismo; realmente la iglesia en Efeso comienza a crecer; llegó a ser una gran iglesia. Si ustedes se dan cuenta, la carta a los Efesios que escribe Pablo ha sido considerada una de las cosas más profundas que se han escrito en toda la historia de la humanidad; en esta epístola se habla del propósito eterno de Dios, se habla de la predestinación, se habla de la profunda obra de Cristo, se habla del misterio del cuerpo de Cristo; o sea, ésta es una de las cartas más profundas; eso quiere decir que la iglesia en Efeso había alcanzado realmente un gran nivel, algo muy alto. Yo pienso que cuando el Señor dice a otras iglesias: Acuérdate de lo que has recibido, o recuerda de donde has caído, a Sardis le dice lo que ha recibido, que era también de ese mismo círculo; y a Efeso le dice recuerda de dónde has caído; al leer la carta a los Efesios de Pablo, nos damos cuenta de qué profunda revelación había recibido esa iglesia y cómo esa iglesia había vivido por mucho tiempo una vida elevada. El Señor mismo lo reconoce, le dice: yo conozco tus obras, tu arduo trabajo y paciencia, y que no puedes soportar a los malos; fíjate que Pablo les había dicho exactamente eso, y has probado a los que se dicen ser apóstoles y no lo son, y los has hallado mentirosos. Fue una iglesia madura, fue una iglesia que recibió una revelación profunda, fue una iglesia que no estaba ingenua a todos los avatares que Satanás quería traerles. Pablo mismo por el Espíritu Santo les había dicho que vendrían lobos rapaces y por eso la iglesia no soportaba los malos, probaba a los que se decían ser apóstoles y los hallaba mentirosos.

Cuando uno empieza a ver todo esto que dice aquí esta carta: has sufrido y has tenido paciencia y has trabajado arduamente por amor de mi nombre y no has desmayado, uno se da cuenta de que realmente la iglesia en Efeso fue una iglesia importante, una iglesia fuerte; fue realmente el centro de la obra que sirvió para fortalecer a toda Asia.


Cuando se deja el primer amor
Sin embargo, aquí dice: "Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor". Esto es lo único que el Señor le reprocha a la iglesia en Efeso; trabaja, pero fíjense que se puede trabajar sin el primer amor, se puede sufrir, se puede trabajar y sin embargo, sin el primer amor; ahí es donde uno ve cómo al Señor le interesa no lo que hacemos, sino lo que somos y cómo somos con Él y cómo somos con otros por causa de Él; no es tanto el activismo, aunque el Señor le reconoce todo ese trabajo y el asunto del trabajo se lo dice dos veces, no sólo una vez; fíjense en que en el verso 2 le dice: "conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia"; en el versículo 3, le dice: "has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente"; dos veces el Señor le reconoce un trabajo arduo por amor de Su nombre; sin embargo, fíjense en que el Señor busca algo más, el Señor busca un trabajo con el primer amor. Hermanos, ¿para quién habla esto el Señor? Para nosotros; no es suficiente hacer algo inclusive por amor, si no es el primer amor. El Señor es un novio que quiere todo el amor de Su novia; eso tenemos que entenderlo; y a veces es posible hacer muchas cosas, trabajar arduamente, sufrir, tener paciencia, probar, resistir a los malos, no soportar las cosas malas, probar a los falsos apóstoles y hallarlos mentirosos, y el Señor se lo abona como algo positivo, el Señor le abona como positivo aborrecer lo que él aborrece, pero hay una cosita que el Señor quiere, que Él reclama; o sea que para Él es de  mucho valor el primer amor; eso es lo único que Él le reprocha a Efeso; es posible todo eso habiendo perdido el primer amor. El Señor le dice a la iglesia que se arrepienta; o sea que si ese punto central, porque el Señor lo considera central, que es el primer amor, si ese punto se pierde, por ese agujero se va a ir colando la destrucción, hasta que el candelero sea quitado. Si no te arrepientes, vendré pronto, porque eso sucede pronto, vendré pronto a ti y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.

El pronto quiere decir que la cosa es urgente, que las cosas más preciosas se pueden desbaratar de un día para otro si se pierde el primer amor.


Problemas de doctrinas
Yo quisiera que vayamos a la carta que Pablo le escribió a Timoteo, donde se explica por dónde comenzó el agujerito por donde se empezó a degradar el primer amor. Vemos cómo fue la fundación de la iglesia, vemos la profundidad de la carta dirigida a ellos, el depósito encomendado a ellos, vemos las advertencias de Pablo cuando se fue, y ahora vamos a las epístolas de Pablo a Timoteo; él tiene dos epístolas y yo quiero leer en la primera Epístola, 1:3; aquí ya no estaba Pablo; ahora quien estaba al frente de la iglesia en Efeso era Timoteo; ya Pablo había estado, luego había dejado a Aquila y a Priscila, luego él volvió, luego se quedó un tiempo allí; la iglesia se reunía en casa de ellos; luego se quedó Timoteo y eso lo dice aquí en el capítulo 1: "3Como te rogué que te quedases en Efeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina, 4ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe, así te encargo ahora. 5Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida, 6de las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería, 7queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman". Aquí nos damos cuenta de qué fue lo que empezó a suceder en Efeso, por dónde se empezó a degradar la condición de la iglesia en Efeso. Comenzó por doctrinas; no era que habían dejado la doctrina, fue que se centraron en doctrinas, en discusiones acerca de la ley, en genealogías, en fábulas; el diablo fue muy sutil; ellos no empezaron con pecados groseros; aquí no habla de pecados groseros. ¿Qué fue lo que Pablo había dicho? Se levantarán lobos rapaces que no perdonarán el rebaño, y llevarán tras sí a los discípulos; y empezaron con doctrinas, con cosas, es decir, con la mente afiebrada con un montón de asuntos; y así la iglesia dejó de ser espiritual y fue arrastrada a un mundo de discusiones, inclusive de cosas legalistas, de teología; todo esto era teología, pero teología sin el Espíritu, teología sin el amor, teología sin la sinceridad; había trabajo seguramente, arduo trabajo, pero ¿en qué ambiente? Ya no era una cuestión de Espíritu, ya no era una cuestión de amor; la cosa se volvió palabrería.

Miren esto, aquí le explica a uno dónde fue que empezó el mal; revisémoslo de nuevo, mirémoslo bien: "Te rogué que te quedases en Efeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos...". ¡Ah! Timoteo tenía que tomar una actitud firme, "mandar a  algunos"; noten que empezó con algunos que empezaron a enseñar diferente de Pablo. Pablo enseñó en el Espíritu la economía de Dios, el consejo de Dios; ellos comenzaron a tratar otros asuntos; se desviaron del asunto central, se desviaron de las prioridades espirituales, y sí siguieron tratando cosas de Dios, no hablaban cosas del mundo, no, todos eran asuntos de Dios, pero se volvieron discusiones teológicas.

Entonces dice así: "que no enseñen diferente doctrina, ni presten atención..."; entonces fíjense en que el diablo nos arrastra sin darnos cuenta a cosas que nos quitan de la espiritualidad, de andar en el Espíritu, para estar en cosas, sí de Dios, claro, se habla de Dios; la ley es de Dios, todas estas genealogías, claro, son las de Génesis, son las de Crónicas, son las de Nehemías, claro, sí; podemos decir las de Lucas, las de Mateo, pero se entró en un espíritu meramente mental, meramente almático, no espiritual; y dice: "ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que (noten) economía". Aquí la palabra "edificación" es la misma palabra "economía", que se traduce dispensación, administración, mayordomía, comisión, en otros contextos; o sea que se apartaron de la economía de Dios, se apartaron del asunto central.


El centro de la economía de Dios
¿Cuál es el asunto central de Dios? La formación de su Hijo en nosotros, la expresión de su Hijo en el cuerpo; todo lo que no sea Su mismo Hijo en nosotros, aunque sea una cuestión muy erudita, aunque sea una cuestión de discusiones, si se perdió el Espíritu, si se apagó la mecha, ya no hay luz, hay discusiones, las disputas ahogando y sofocando la economía divina; la economía divina es el lugar que le damos a Cristo para que se forme en nosotros corporativamente y se manifieste en nosotros; pero Satanás fue astuto y sembró una semillita; como había dicho el apóstol Pablo, lobos rapaces que no perdonarán al rebaño y llevarán tras sí, no al Señor, tras sí a los discípulos; la gente siendo llevada para una doctrina, para otra doctrina, para diferentes doctrinas, todo el mundo  peleando por doctrinas, y como el cristianismo, porque esto se lo dice el Espíritu a las iglesias, se ha degradado, cuando nos ponemos solamente a discutir doctrinas, hay desmedro en lo tocante a la vida.

Claro que el Señor quiere, lo dice por el Espíritu Santo también, que guardemos la doctrina; claro que el Señor también quiere que nosotros seamos cuidadosos con Su Palabra; pero ustedes están entendiendo la diferencia entre lo que es espiritual, algo que es de todo corazón, por algo que se vuelve solamente una palabrería, una discutidera de cosas, y el ambiente es una cosa tan diferente. Cuando estamos buscando al Señor, en vez de estar en adoración, en Espíritu, bajo la unción, estamos discutiéndonos unos con otros; ahí empezó la degradación de la iglesia, aquí se explica la degradación.


Ahora ¿para qué Pablo dice esto? Ahí vuelve y lo dice; ahí lo acabamos de ver. "Pues el propósito de este mandamiento...". ¿Cuál mandamiento? El encargo que le hace a Timoteo de mandar que no se distraigan en esas cosas. Ahí Pablo le dice: Te mando que mandes, te encargo que mandes, que mandes que no enseñen otras cosas, que no se dejen distraer por fábulas, genealogías, discusiones que acarrean disputa; no se dejen meter en ese espíritu, mantengan distancia de eso; lo importante no es eso, lo importante es la economía de Dios, la edificación de Cristo en nosotros. Y dice: "el propósito de este mandamiento es el amor...", ese es el objetivo; el Espíritu mismo que habló después por Juan, desde Jesús, había hablado ya por Pablo; el propósito de esto que te mando es el amor; lo importante para Dios no es discutir esas cosas, "es el amor nacido de corazón limpio". Cuán fácilmente se desliza uno del amor al legalismo; cuando hemos perdido el amor somos legalistas, salimos con cláusulas, salimos con leyes, salimos con cosas para justificar nuestra dureza. ¿Se dan cuenta hermanos? Ahí comienza la destrucción; el propósito es el amor. ¿Qué es lo que dice? ¿Has dejado qué? tu primer amor; dice: el amor es primero y es lo que dice Pablo; el propósito es el propósito que tenía Pablo, el propósito que tenía la iglesia, lo que Pablo le había dicho a Timoteo que también insistiera en eso, que era lo que Juan escribió desde Efeso: Hijitos, amaos los unos a los otros, y hablaba de los falsos que salieron enseñando de Jesucristo cosas raras, distintas. ¿Se dan cuenta? Ese fue el problema que aconteció en Efeso; entonces dice aquí: "El propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio"; no otros intereses, y dice más: "y de buena conciencia". Cuando las personas se acostumbran a no andar con conciencia limpia, empiezan a perder el amor. Si yo puedo ofender, si yo puedo pecar contra el Señor y mis hermanos y no lo arreglo, sino que me acostumbro a que eso es lo normal, ahí empieza la destrucción de todo, Luego sigue la siguiente parte: "y de fe no fingida"; o sea que a veces se puede fingir la fe; hay gente que finge creer pero que no está creyendo en espíritu, no está con plena conciencia y no está amando con corazón sincero. Ese fue el agujero por donde se perdió el primer amor; ese fue el problema. ¿Se dan cuenta, hermanos? Ahí fue; ahí tenemos la epístola a los Efesios tan preciosa y la otra epístola a los Efesios tan seria, y en medio de las dos  otra epístola a Timoteo en Efeso; te rogué que te quedes en Efeso para que hagas esto en Efeso; aquí comenzó el problema; entonces por eso es muy importante entender esto para que nosotros seamos vigilantes en eso, no nos dejemos arrastrar meramente a formalismos, a fingimientos, a cosas no reales, sino que como dice el Señor: arrepiéntete; arrepentirse de haber perdido ese primer amor, ese amor sincero de corazón puro, esa buena conciencia, esa fe no fingida; si eso no se mantiene, por allí se deshace el candelero.


Consignas destructoras de Satanás
Hermanos, permítanme que yo les cuente un sueño que el Señor me dio una vez, que ilustra esto: Estaba un grupo de hermanos en el sueño; estábamos mirando una casa grande, bonita, grande, que estaba vacía todavía y que se estaba terminando de arreglar esa casa; y eran los hermanos que estaban mirando; unos miraban una esquina, otros miraban otra, todos estudiando esa casa. Yo entendía que era la casa del Señor, la iglesia, pero la casa no estaba terminada, había partes buenas, inclusive era una casa antigua, pero todavía había cosas sin terminar, una esquinita sin pañetar, alguna ventana sin poner, pero la casa era buena, era antigua, era grande, y los hermanos estaban estudiando, mirando la casa, porque era nuestra casa; pero en un momento el Señor me hizo ver por una ventana hacia afuera de la casa, hacia el infierno; entonces miré y veía que del infierno subía una escalera como de caracol y Satanás venía subiendo por esa escalera desde el infierno a meterse en la casa; entonces yo vi que él venía subiendo y subiendo; entonces comencé a decirle a los hermanos: Hermanos, prepárense, estén en oración, estén orando porque Satanás quiere infiltrarse en la iglesia, quiere causar problemas; y los hermanos no me ponían atención; entonces dije: Señor, ¿qué hago para que los hermanos me crean? Y empecé a orar: Señor, muéstrame cuál es la consigna que trae Satanás, porque él venía subiendo desde abajo, subiendo, venía rápido y traía una consigna y traía algo como si fuera debajo de la ruana; traía una consigna para meter en medio de la iglesia; y yo oraba al Señor: Señor, muéstrame qué es, para mostrarle a los hermanos, muéstrame qué es la consigna que trae Satanás; entonces el Señor me dijo cuál era la consigna que él traía, y me dijo: La consigna es, «en vez de kolyno, inquino»; esa era la consigna. Él me lo dijo dos veces: la consigna que él trae es «en vez de kolyno, inquino»; entonces yo entendí. Kolyno representa los dientes limpios, la sonrisa amable, la camaradería, la sinceridad, la comunión; y el inquino representa ese espíritu de desconfianza el uno del otro, de división; y me mostró como una salchicha, así como un salchichón lleno de sangre sucia; ese era el inquino que lo traía escondido para inyectarlo entre los hermanos; entonces yo empecé a avisarle a los hermanos y de pronto entró Satanás, pero cuando entró ya no era el mismo Satanás que yo veía de la ventana para afuera; al entrar en el salón era un hermano muy tranquilo, que quería hacer justicia en medio de la iglesia, pero tratando de hacer justicia comenzó a meter el inquino, o sea, el inquino para destruir el ambiente sano, libre, de compañerismo, de amistad, de comunión, y meter un ambiente difícil, de disensión, de contienda, de desconfianza, de mala voluntad, de venganza, de dureza, inquina; eso me lo mostró el Señor en un sueño. Claro, yo no sabía qué traía, pero el Señor me dijo, esa es su consigna, dos veces: «En vez de kolyno, inquino»; eso era lo que él venía a traer, meter un espíritu sutilmente; y lo hacía a través de los mismos hermanos, y ahí me desperté del sueño, pero con un entendimiento que espero que nunca se me apague, sino que esté alerta en esto.

Entonces fíjense en lo que dice allí en el mensaje a Efeso: hay trabajo, arduo trabajo, no soporta a los malos, y eso no se lo dice el Señor como algo malo, eso se lo dice como algo bueno; el Señor se lo dice como algo positivo. ¿Ven? Dice: "Conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos"; eso es algo que el Señor quiere en la iglesia, que ante las cosas malas no seamos indiferentes, sino que haya santidad del Señor en Cristo; "y has probado a los que se dicen ser apóstoles"; fíjense, la iglesia tiene que probar. Viene alguien y dice: Yo soy apóstol; ah, ¿usted es apóstol? Entonces nos tragamos todo enterito; no; San Pablo le dijo a los Gálatas: "Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que hemos anunciado, sea anatema" (Gá. 1:8). De modo que no puede la iglesia recibir otro evangelio diferente de la revelación de Jesucristo que está en el Nuevo Testamento con los apóstoles; entonces la iglesia debe tratar los errores, pero la iglesia tiene que hacer esto no en un espíritu legalista, sino en un espíritu de amor sincero, de limpia conciencia y de fe no fingida; si no, se pierde el primer amor, se queda la cáscara, se queda el hábito, se queda la inercia y muchas cosas religiosas se hacen por inercia, se hacen por costumbre y no se hacen en Espíritu y con amor; ahí se destruye todo. Tenemos que estar vigilando; el Señor nos llama al arrepentimiento. Él dice: "3y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado"; ahí está el peligro: "4Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor"; ahí está.


Llamado al arrepentimiento
"5Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete"; o sea, recuerda lo mejor que has vivido conmigo y síguelo viviendo. ¿Qué es lo mejor que has recibido? ¿Qué es lo mejor que has vivido en mi presencia? Mantén eso, el Señor quiere eso, el Señor quiere una novia amorosa, una novia cercana a Él; Él no quiere un matrimonio acostumbrado, reseco; Él quiere el verdadero amor. "Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete"; esta es la primera llamada al arrepentimiento a la iglesia; o sea que lo primero de lo  que la iglesia se tiene que arrepentir es de caer del primer amor, del amor sincero, de la fe no fingida, de la buena conciencia; no caer de ahí; y dice: "y haz las primeras obras"; ahora haces muchas obras pero no las haces como antes; antes las hacías inspirado por amor; ahora quizá las haces, hay arduo trabajo, pero las haces por costumbre, las haces porque, bueno, llegó el viernes, es el día de la reunión; hay que ir a la reunión. Entonces, hermanos, todo lo que no se haga por verdadero amor tenemos que vigilarlo. Hermanos, esto yo no se lo predico a otro, me lo predico a mí primeramente.

Dice aquí: "pues si no", si no te arrepientes y si no haces las primeras obras, el mayor nivel que tuviste, volver siempre a Él; siempre tenemos que estar volviéndonos allá; yo pienso que esa es la primera prioridad que tiene la iglesia: volverse a ese amor sincero con el Señor. Entonces dice: "pues si no, vendré pronto". ¡Qué cosa terrible! Pronto; uno piensa que puede durar mucho tiempo así; no, no, no; no mucho tiempo; arrepiéntete pronto, es pronto, porque "vendré pronto a ti"; y cuando dice "vendré", quiere decir que el Señor visitará nuestra indiferencia con el Señor, dejando que el candelero sea quitado; "y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido". ¿Para qué es el candelero? El candelero es para alumbrar con la luz del Señor; la luz es del Señor. Si el Señor se apaga, ¿qué hace el Señor con una cáscara, con una institución, pero sin vida? Lo mismo que le decía después a Sardis, es decir, el Señor no aprueba eso. Recuerden cuando decía: Os avergonzaréis de Betel, vuestra confianza; os estabais confiando en Betel, pero os apartasteis de mí; no digáis: Betel, Betel, esta es Betel, esta es la casa de Dios, dice Dios por el profeta; el asunto es Dios, no Betel; Betel es consecuencia, pero sin el Señor no hay Betel, no hay cuerpo sin cabeza, y un cuerpo sin cabeza sólo está destinado a podrirse.


El asunto del nicolaísmo
"Y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. 6Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco". Este asunto de los nicolaítas es un asunto serio que hay que mirarlo; por eso tengo estos tres libros aquí al frente que son "Contra las herejías" de Ireneo de Lyon, "Stromata" de Clemente de Alejandría y la "Historia Eclesiástica " de Eusebio de Cesarea; no pude tener aquí otro autor antiguo que se llama Tertuliano, que en tres obras de él, "Contra Marción", "La Prescripción de los Herejes" y "De Pudicia", en esas tres obras él habla de los nicolaítas antiguos; entonces necesitamos ver el asunto de los nicolaítas en dos niveles: en el nivel histórico antiguo y en el nivel profético. Hay una cosa que dice aquí, que el Señor aborrece las obras de los nicolaítas. ¿Qué hubo de los nicolaítas en la historia antigua? Entonces, como les dije, hay cuatro autores antiguos: Ireneo del siglo II, lo mismo Clemente que pasó del II al III, y ya Eusebio que es un poco posterior, y Tertuliano que fue de la misma época de Clemente y de Ireneo, que hablaron de los nicolaítas antiguos.

Yo quiero leerles lo que ellos hablaron de los nicolaítas antiguos, en el sentido histórico. Primero voy a leerles el más antiguo que es Ireneo; hay dos pasajes cortos donde habla Ireneo de esto; aquí dice Ireneo en el Libro I, el 26:3, primero "Contra las Herejías"; él escribió cinco libros contra las herejías; el primero dice así: «Los nicolaítas tuvieron por maestro a Nicolás, uno de los siete primeros diáconos ordenados por los apóstoles; viven desordenadamente, son plenamente caracterizados en el Apocalipsis de Juan por cuanto enseñan que la fornicación y el comer carne ofrecida a los ídolos son cosas indiferentes; por eso es que está escrito acerca de ellos: tienes a tu favor que aborreces las obras de los nicolaítas, que yo también aborrezco». Esa es una cita de Ireneo. Hay otra cita de él que está ya no en el libro I, sino en el libro III, 11:1; dice Ireneo lo siguiente: «Esta misma fe (hablando de la fe correcta del Señor) es predicada por Juan, discípulo del Señor, que quiso con su evangelio extirpar el error sembrado entre los hombres por Cerinto, y mucho antes por los así llamados nicolaítas, una ramificación separada de la falsa gnosis y refutarla». Estas son las dos menciones que hace Ireneo, discípulo de Policarpo, el cual fue discípulo de Juan muy cercano, haciendo esta mención de los antiguos nicolaítas.


Voy a leer lo que dice Clemente de Alejandría, que fue uno de los principales maestros de la llamada escuela de Alejandría, que fue fundada por Panteno y luego dirigida por Clemente, que fue el maestro de Orígenes; Orígenes sucedió a Clemente de Alejandría. En esta obra "Strómata" que quiere decir: "tapices", Clemente de Alejandría también hace dos menciones rápidas de los nicolaítas; entonces una de esas menciones está en el libro II de Stromata, 118:1, y él dice así: «Pero no se daba cuenta el desdichado que se dejaba enredar por su propia arte refinada del placer, y evidentemente a esta opinión del sofista que se creía poseedor de la verdad, se acercaba también Aristico de Cirene. Cuando se le reprochaba el que frecuentara asiduamente a la meretriz de Corinto, respondía: yo soy quien poseo a Lays, no ella a mí; así también los que se llaman seguidores de Nicolás, aducen como nota peculiar suya, pero desviada en el sentido, la sentencia: es necesario abusar de la carne, pero aquel hombre noble (o sea, Nicolás) enseñaba que es necesario reprimir los placeres y las concupiscencias, y exterminar con esta accesis los apetitos y los impulsos de la carne. Ellos, los nicolaítas, por el contrario, se abandonan al placer como machos cabríos violentos, por así decir, contra su cuerpo, viven disolutamente, no saben que el cuerpo se descompone porque es naturaleza caduca, mientras su alma es hundida en un fango de vicio puesto que estos siguen los dictámenes del puro placer, no los de aquel hombre apostólico (Nicolás). En efecto, algunos, ¿en qué se diferencian de Sardanápalo? (el rey de Nínive) Éste es el epigrama que explica la vida, (el epigrama que hay en la tumba de Sardanápalo, rey de Nínive) todo lo que tengo lo he comido, he insultado y los placeres amorosos que probé, pero lo mejor, mi prosperidad fue abandonada, he aquí que soy ceniza y fui rey de la gran Nínive". Una vida de placer. En el libro III de Stromata, en otro pasaje sigue diciendo Clemente de Alejandría en el capítulo IV, lo siguiente: "Hemos recordado a los provocadores de la herejía de Marción del Ponto, que por oposición al Creador, rechaza el uso de los bienes del mundo. Para él, la causa de la continencia, si es que se la puede llamar continencia, es el Creador mismo, a quien este gigante en lucha contra Dios pretende hacer frente y guarda la continencia sin quererlo, porque condena la obra de la creación.... Si aplican la palabra del Señor que dice a Felipe: deja que los muertos entierren a sus muertos. Considera no obstante, que también Felipe llevaba la misma plasmación de la carne, pero no era un cadáver contaminado. ¿Cómo, pues, teniendo un cuerpo de carne, no tenía un cadáver? Porque resucitó de la tumba. El Señor da muerte a sus pasiones, lo hace revivir en Cristo. También hemos recordado el impío poseer en común a las mujeres, según Carpócrates, pero sobre la máxima de Nicolás; hemos omitido lo que sigue...».


¿Por qué es que le llamaban nicolaítas y por qué era que le echaban la culpa a Nicolás? No era que Nicolás hubiera tenido una culpa grave, sino que hubo un incidente que después otros lo interpretaron en otro sentido y lo llevaron a un extremo; entonces aquí Clemente va a contar cuál fue el incidente del diácono Nicolás que está allí en Hechos capítulo 6, en una ocasión, que después otros lo interpretaron mal y decían que Nicolás lo  había dicho así y lo había enseñado, y se fueron al extremo de enseñar libertad por esclavos de corrupción, que es lo que tanto hablan las epístolas de Pablo, de Pedro, de Judas, etc.

Entonces, ahora Clemente de Alejandría viene hablando de Nicolás, y dice: «El tenía, se dice, una bella esposa; después de la ascensión del Salvador, al ser reprendido como envidioso por los apóstoles, él condujo a su mujer en medio de ellos e invitó a que todos la tomaran por esposa, hecho coherente, dicen, con su célebre sentencia: es necesario abusar de la carne; y por coherencia con aquel suceso, con este dicho, aunque de modo simplista y literal, los seguidores de su herejía, se abandonaron con desvergüenza a la fornicación; por el contrario, yo sé que Nicolás no tuvo relaciones con ninguna otra mujer que con la que se había desposado y de sus descendientes, las hijas llegaron vírgenes hasta la ancianidad y el hijo permaneció sin mancharse. Así las cosas, al mandar a la envidiada ramera en medio de los apóstoles, era una forma de rechazar la pasión y la continencia de los placeres más ansiados y enseñaba como se debe abusar de la carne. Por eso, él rehuía, a mi parecer, conforme al mandato del Salvador, el servir a dos señores, al placer y a Dios. Por lo demás también, se dice que Matías enseñó lo mismo, o sea, a combatir la carne y menospreciarla, sin conceder ninguna licencia al placer, sino a fortalecer el alma con la fe y la gnosis. No obstante, hay quienes interpretan a la vulgar afrodita, como una mística comunión ofendiendo incluso, el nombre mismo». O sea, ahí viene hablando de ese espíritu de corrupción, de lujuria, que se vive entre algunas personas. ¿Sí se dieron cuenta de lo que dice aquí Clemente?

Eusebio no dice nada nuevo, sino que Eusebio lo que hace es citar a Clemente de la siguiente manera, en el libro III, de "La Historia Eclesiástica"; Eusebio de Cesarea, en el capítulo 29, del libro III, él dice lo siguiente: «Por aquel entonces, se consolidó también la herejía de los nicolaítas, pero duró muy poco tiempo. Esta también se menciona en el Apocalipsis de Juan. Ellos afirmaban que Nicolás era uno de los diáconos que, junto con Esteban, habían sido encargados por los apóstoles del cuidado de los pobres. Clemente de Alejandría relata lo siguiente en el libro III de Stromata. Dicen que tenía una mujer encantadora y que después de la ascensión del Salvador, acusándolo los apóstoles de ser celoso, la puso en medio y le concedió unirse con quien lo quisiera, pues dicen que aquel hecho estaba de acuerdo con este dicho: es preciso abusar de la carne. Así, siguiendo lo que tuvo lugar y lo que se dijo con simpleza y sin previo examen razonado, se prostituyeron sin ningún pudor, los que participan de esta herejía. No obstante, me consta que Nicolás no tuvo relación íntima con ninguna mujer, con excepción de con la que se había casado, y además que sus hijos, las hijas envejecieron vírgenes y el hijo se conservó puro. De esta forma su acción de poner a su esposa, de la que estaba celoso, en el medio de los apóstoles, fue una expulsión de la pasión y la continencia de los placeres más perseguidos, enseñando a abusar de la carne, porque creo que de acuerdo con la instrucción del Salvador no quería servir a dos señores, al placer y al Señor. Dicen que también Matías enseñaba lo mismo, es decir, luchar contra la carne, abusar de ella, sin concederle nada de placer y hacer crecer el alma con la fe y el conocimiento. Sea pues, esto suficiente, acerca de los que a pesar de encargarse de pervertir la verdad, lo hacen con más rapidez de lo que se tarda en decirlo».

Por estas citas, podemos tener más o menos una idea, por lo que dicen Ireneo, Eusebio y Clemente; también de eso habla Tertuliano, pero no tengo su texto aquí.


Nicolás fue un diácono de Dios, lleno del Espíritu Santo, como fue escogido. Por la Biblia no podemos decir de él nada de lo que la Biblia no dice. La Biblia habla lo siguiente de él; está en Hechos capítulo 6, y es lo único que habla en forma directa, en el aspecto histórico de Nicolás. Dice e n Hechos 6:3: "3Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo". O sea que la iglesia, para evitar problemas, necesita diáconos que se encarguen del trabajo de la administración de las mesas, porque si no, había murmuración entre ellos porque unos agarraban lo mejor y dejaban a las viudas de los griegos descuidadas; entonces empezó a haber contiendas, murmuraciones, tensiones. ¿Cuál fue la respuesta? Nombrar diáconos que se encarguen de eso con el Espíritu Santo.

Entonces eso fue lo que sucedió aquí: "4Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra. 5Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban"; noten, ¿cuál era el requisito? Buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría; y la iglesia era de miles de personas; y que la iglesia escoja a siete, tiene que ser que estos siete eran de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría. Entonces dice aquí: "y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía; 6a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos". Nos damos cuenta, pues, de que Nicolás era un hombre de Dios, por eso Clemente le llama un varón apostólico, porque fue nombrado por los apóstoles. Ahora, lo que dan a entender las distintas noticias, fue que en un momento equis, tuvo una equivocación en una frase, en un momento equis, que lo trataron como celoso, él queriendo decir, actuó en una frase imprudente, dijo una frase imprudente, que después fue malentendida y usada equivocadamente por otros, basándose, pero si el mismo Nicolás de los siete diáconos hizo esto, entonces quiere decir que tenemos que tener las mujeres en común y comenzaron a practicar todas esas cosas; claro que eso fue un error de Nicolás, pero Nicolás mismo lo hizo en otro espíritu, lo hizo equivocadamente, pero con una intención buena, al querer decir: no estoy atado a ninguna cosa; eso no quiere decir que los apóstoles lo hayan aprobado y la iglesia lo haya aprobado, pero los que lo aprobaron fueron los que después fueron llamados como nicolaítas porque tomaron esa práctica y por eso llegó a haber corrupción; o sea, Satanás siempre está buscando por donde introducirse. Eso entonces, en el sentido histórico, que también en otras épocas de la iglesia se ha dado. Hay grupos que se dicen ser cristianos y caen en promiscuidad. Voy a tener que hablar de los que se llaman "los niños de Dios" de Moisés David, un falso profeta, donde se mezclan las cosas religiosas con lujuria y que hasta prácticamente llevan a las chicas a practicar la promiscuidad. Entonces, esas cosas existen, son espíritus que el Señor quiere que nosotros aborrezcamos.

 El Señor dice que la iglesia en Efeso había aborrecido a las obras de los nicolaítas y que entonces nosotros tenemos también que aborrecerlas, porque tenemos que vivir lo que el Espíritu dice a las iglesias. Eso en cuanto al sentido histórico y en cuanto a la aplicación de eso a todo lo demás.


La conquista del laicado
Ahora también recordemos que esta carta a los Efesios es una carta profética, donde también los nombres tienen un significado profético; entonces el asunto de los nicolaítas no se agota ahí. Muchos hermanos, yo creo que por el Espíritu Santo, han visto otro aspecto de los nicolaítas; desgraciadamente algunos mencionan un caso y otros mencionan el otro y no mencionan los dos; es necesario mencionar los dos casos; este caso histórico que hemos mencionado y también este caso profético que vamos a mencionar aquí. La palabra "nicolaítas", viene de dos raíces griegas: Nikao, que quiere decir: conquistar, y "laos", que quiere decir el laicado o el pueblo; de manera que nicolaísmo quiere decir la conquista del laicado; o sea, un espíritu de querer tomarse el gobierno, la conquista, porque se llama conquistar al laicado; es un espíritu clericalista que al principio no existía en la iglesia; había sí apóstoles, ¿pero cuál era su actitud? Había sí profetas, evangelistas, pastores y maestros, ¿pero cuál era su actitud? La que dice Pedro: No enseñoreándose de los demás, ¿pero qué comenzó a suceder? Comenzaron a aparecer ya fuera de lo que la Biblia dice acerca de los ancianos normales, archiobispos o arzobispos; comenzaron a aparecer cardenales, comenzaron a aparecer patriarcas que querían controlar a todos los demás; pero no era así en el principio; un espíritu de conquista del laicado, un clericalismo; entonces, si el Señor le dice a Pedro, los pastores deben hacerlo sin enseñorearse de los demás, el que sea el mayor, sea como el que sirve, sin pretensiones de estar dominando; ese espíritu, también en el sentido profético por las raíces etimológicas de la palabra nicolaita, también hay que tenerlo en cuenta. El Señor aborrece todo lo que sea clericalismo de dominio, cuando se le quita el sacerdocio a los santos, cuando no se le permite a los santos tener un acceso directo a Dios, sino que se les prohíben las cosas y se quiere enseñorear de ellos; y eso sucedió terriblemente en la historia de la Iglesia. Cualquier persona que conozca la historia de veinte siglos, veintiún siglos ahora, estamos en el XXI, se dan cuenta de que hubo mucho abuso en el asunto de conquista, en el asunto de dominio. Y para terminar este aspecto del nicolaismo, quiero llamar la atención a esto: Justamente, después de ese proceso de clericado que fue surgiendo aparecieron nuevos cargos que no están en la Biblia; ustedes no encuentran en la Biblia arzobispos, no encuentran en la Biblia cardenales, no encuentran en la Biblia patriarcas, y peleando el patriarca de Constantinopla con el de Roma, y luego no encuentran en la Biblia papas, sino que eso fue un proceso que se fue dando en varios siglos, desde el siglo IV, V hasta la edad media. Cualquier persona que conozca la Biblia y conozca la historia, sabe cuál fue la marcha del pontificado. El primer papa que se colocó la triple corona diciendo tener jurisdicción en el cielo, en la tierra y en el purgatorio, se llamó precisamente, Nicolás I. ¡Qué cosa curiosa! Conquistó la triple corona: el cielo, la tierra y el purgatorio, Nicolás; entonces ahí está también tipificado el nicolaismo en estos dos sentidos; en el sentido profético por la etimología de las palabras, porque también hay que tener en cuenta que esta carta no sólo es histórica, sino que también es profética, que muestra lo que había empezado a acontecer en la iglesia primitiva, pero que el Señor aborrecía y el Señor estaba de acuerdo con que la iglesia también aborreciera lo que Él aborrecía, tanto en el sentido histórico, aquella inmundicia, aquella promiscuidad sexual, como también en el sentido profético, aquel dominio, aquella conquista, que es también una manera de cruzar los límites espirituales, de meterse con las cosas del Señor y agarrarlas para sí mismo, una cosa ajena que es también algo espiritual. Entonces eso es también aborrecido por el Señor.

Promesas a los vencedores
Ahora, entonces llegamos al último verso: "7El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias". Como el Señor quiere que atendamos lo que Él como Sumo Sacerdote aprueba y lo que Él desaprueba, para que nosotros seamos entendidos y nuestro candelero no sea destruido, sino que se mantenga incólume para el Señor, porque Él, como se presentó a la iglesia, como el que está en medio de los siete candeleros, el que tiene las siete estrellas, dice: yo soy el responsable de todo y quiero a todos estos candeleros delante de mi Padre. No quiero que tu candelero sea quitado; dice: "Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios." En medio del paraíso de Dios está el árbol de la vida. El árbol de la vida es la cosa central; el victorioso se dirige a lo central y lo central es la vida de Cristo; Cristo es el árbol de vida.

¿Cuál es la promesa? El árbol de vida, ¿por qué? ¿cuál era el problema? Que habían perdido el primer amor, habían perdido la prioridad, habían perdido la espiritualidad prioritaria y habían entrado en otras cosas. El diablo los había llevado a la periferia, a los bordes, incluso hacia fuera; entonces aquí el Señor dice: "Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida". O sea que los victoriosos se dirigen al centro. ¿Dónde está el árbol de la vida? En medio del paraíso de Dios. Adán podía comer del árbol de la vida, pero decidió irse por las ramas y comer de lo prohibido; entonces le fue cerrado el camino al árbol de la vida; pero el que se niegue a sí mismo en Cristo con la cruz a otras cosas y se dirija a lo esencial que es vivir por Cristo la vida, el Señor le dará a comer del árbol de la vida; la recompensa es según el combate que tenga la iglesia.


Historia final de Éfeso
Termino diciéndoles lo que pasó con Efeso: Por allá por el año 256 más o menos, de todas maneras en el tercer siglo, fue destruido totalmente el templo de Diana en Efeso. Ahí comenzó la destrucción de Efeso; después vinieron por el año seiscientos y pico, en el siglo VII, ya cuando Mahoma se había tomado el poder, entonces llegaron los musulmanes y destruyeron a los cristianos, destruyeron las cosas cristianas, algunas no. El emperador Justiniano había construido a la santa sabiduría, Santa Sofía, un gran templo que se llama el templo de Santa Sofía; ese no lo destruyeron, sino que le pusieron en la cúpula la media luna de los musulmanes, quitaron todo lo que era cruces, y ahora es una mezquita de Santa Sofía que fue construida por Justiniano, algo cristiano. Ahí en esa mezquita, lo que antes era un templo cristiano, se celebraron en Efeso cuatro concilios: uno primero para tratar de disciplina de los clérigos, el primer concilio en el año 200 cuando Polícrates, de quien les hablé la vez pasada, que fue un líder en Efeso, y que junto con otros hermanos dirigentes de esa región, llegaron a un concilio para tratar el asunto del movimiento clerical; eso se trató en el primer concilio de Efeso, no el ecuménico.

Luego por el año 431 se celebró el primer concilio ecuménico de Efeso, que fue un concilio cristológico donde Cirilo de Alejandría presidió, y se le opuso al nestorianismo que presentaba a dos personas en Cristo: una persona humana y una divina, y no dos naturalezas en una persona; y ahí fue cuando a María se le llamó por primera vez Teotocos o madre de Dios; no queriendo decir que Dios haya tenido una madre, sino que Dios se sometió a nacer como un hombre, como el Verbo encarnado a través de María; en ese sentido era que ellos le decían Teotocos; pero fíjense en que un espíritu que ya operaba en Efeso con Diana hizo que esa palabra que en un principio quería decir que el que naciera de María era el Verbo de Dios hecho carne, lo fue llevando en otro sentido y lo fue llevando a la mariolatría; y la mariolatría se desarrolló con una exageración de ciertas verdades que fueron habladas en el primer concilio ecuménico de Efeso, pero luego se desvió. Después, en el año 449, hubo otro segundo concilio de Efeso, que fue llamado el Concilio de los Ladrones, porque tomaron la línea de Cirilo de Alejandría, que era correcta en el sentido de que en la persona de Cristo había solamente una persona aunque con naturaleza divina y humana; ya ellos se fueron al otro extremo en el sentido de decir que Cristo tenía sólo una naturaleza; eso fue Eutiques; entonces en ese concilio, el segundo de Efeso, ellos establecieron en concilio que Cristo sólo tenía una naturaleza; los demás no lo reconocieron; entonces se llamó a ese concilio, el concilio de los ladrones. Después fue que vino el Concilio de Calcedonia donde se refutó ese concilio de Efeso, y empezaron a suceder problemas en Efeso. Después, en el año 470 y algo, hubo otro concilio en Efeso donde se trataron ya otros asuntos diferentes. Después vinieron los musulmanes en el siglo VII y destruyeron la ciudad, mataron a los cristianos, porque ellos conquistaron a la fuerza; y por último, cuando ya los musulmanes habían hecho ese trabajo, vinieron los mongoles al mando de Tamerlán; el famoso Tamerlán de los mongoles en el siglo XI, año 1050 por ahí, y arrasaron completamente la ciudad de Efeso. Hoy en día Efeso no existe; la ciudad de Efeso fue barrida, por problemas, problemas, problemas. Al no serle fiel al Señor, hermanos, se le abre una puerta a una cosa, después a otra, después a otra, hasta que viene el castigo del Señor; y fue totalmente removida la ciudad de Efeso. Antes la ciudad de Efeso era un puerto que quedaba en la desembocadura del río Coisto, allá en Anatolia, o sea en Turquía; quedaba hacia el Mar Mediterráneo, concretamente en el mar Egeo; entonces ahí era donde estaba; pero luego del río Coisto fue cayendo tanto detrito que fue alejando cada vez más la ciudad. Hoy en día donde estaba Efeso queda a once kilómetros de la desembocadura; donde antes era un puerto, ahora a once kilómetros sólo de detrito, o sea, todo lo sucio que trae el río, lo fue alejando y quedó totalmente destruido. Hoy en día, en el sitio que ocupaba la antigua ciudad de Efeso, hay una pequeña ciudad turca musulmana; o sea que realmente Efeso hoy no existe. ¡Qué cosa triste! Después de haber trabajado con amor, con fidelidad, sufrido, y sin embargo uno deja que un gusanito empiece a comerse el corazón, si uno no se arrepiente a tiempo, hermano, esto se come todo hasta terminarlo todo. Entonces, hermanos, es una lección tremenda que tenemos que aprender de esta carta del Señor al ángel de la iglesia en Efeso, del Espíritu a las iglesias. Vamos a orar a Dios, dar gracias al Señor. ☐

No hay comentarios:

Publicar un comentario