lunes, 3 de enero de 2011

LA SEGUNDA COPA DE LA IRA

LA SEGUNDA COPA DE LA IRA


“El segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y éste se convirtió en sangre como de muerto; y murió todo ser vivo que había en el mar”. Apo. 16:3.

Comentario de crítica textual
Vamos a leer, hermanos, lo relativo a la segunda taza, que aquí se traduce “copa”; pero como nos insistía nuestro hermano Jorgito, la palabra no es poterion, que es cáliz o copa pequeña, sino fiala, que es taza; pero vamos a hablar como aparece la traducción Reina-Valera, pero  sabiendo que esta copa es una taza, no es algo pequeño. Nos corresponde hoy considerar la segunda taza, que está descrita en un solo verso, Apocalipsis 16:3. Voy a leer inicialmente como está escrito aquí en Reina-Valera 1960, y después hacemos, como acostumbramos, un comentario de crítica textual para ajustar mejor la traducción al texto griego.

Dice aquí en Reina-Valera, 1960: “El segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y éste se convirtió en sangre como de muerto; y murió todo ser vivo que había en el mar”. Tremenda es esta segunda copa.

El comentario de crítica textual es el siguiente: La palabra “ángel” que suplió aquí el traductor, está tácita en el original griego, no es mencionada; dice: “deutero”, o sea el segundo. “El segundo derramó su copa”; claro que se refiere al segundo ángel, pero la palabra “ángel” no está en el griego; es solamente tácita, pero el traductor quiso hacerla explícita. “El segundo derramó su copa hacia el mar”, (eis), “hacia el mar, y éste” (egenetos), quiere decir: “éste llegó a ser”; aquí se tradujo: se convirtió; “egenetos” se puede traducir más exactamente: “llegó a ser”; la palabra “convertirse” puede ser algo inmediato; “llegar a ser” permite un proceso; puede ser también inmediato, pero incluye un proceso, puede tener un proceso; “y éste llegó a ser sangre como de muerto”; eimar, os, necrón, “sangre como de muerto; y murió toda alma viviente”, psiqué, zoe; y luego dice: “aquellas que estaban en el mar”; aquí se tradujo: “que había en el mar”; “aquellas que estaban en el mar”. Eso en cuanto a la crítica textual.


Quiero llamarles la atención a que aquí en esta segunda copa hay una correspondencia con la segunda trompeta; solamente que, como hemos visto en ocasiones anteriores, la trompeta introduce este juicio, en cambio la copa consuma el juicio. Siempre las trompetas tenían ese propósito de convocar, de llamar la atención, de introducir; entonces si ustedes comparan la segunda trompeta con la segunda copa, van a ver que la segunda trompeta es un tercio y la segunda copa es la totalidad.


Comparando la segunda trompeta con la segunda copa
Vamos a compararlo; la segunda trompeta está en el capítulo 8, que lo vamos a comparar con el capítulo 16; la segunda trompeta con la segunda copa. Apocalipsis 8:8-9; la trompeta decía: “8El segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre”. La tercera parte; dos tercios del mar permanecieron sin ser afectados, pero la tercera parte se convirtió en sangre por el efecto de esta montaña ardiendo en fuego que cayó al mar y lo contaminó.

“9Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue destruida”. Es la trompeta la que inicia el juicio, porque las trompetas son para convocar, para introducir; es decir, para declarar la guerra; pero son solamente un tercio del juicio; no es el juicio completo; pero en la séptima trompeta se dice que la ira del Señor ha venido; y se dice en el capítulo 15, como aquí lo estudiamos, que en las siete copas, o fialas, o tazas de la ira, se consuma la ira de Dios.


La ira no se consuma en las primeras seis trompetas, sino en la séptima trompeta, que consuma todo el misterio de Dios, incluida la ira de Dios; y la consumación de la ira de Dios son las siete copas; entonces en las copas es donde se consuma el juicio; en las trompetas simplemente se introduce. Volviendo al capítulo 16, ustedes ven el contraste perfecto. “3El segundo derramó su taza hacia el mar, y éste llegó a ser sangre como de muerto; y murió toda alma viviente”. Aquí ya no es la tercera parte, sino todo ser vivo que había en el mar; o sea, en la segunda copa de la ira es cuando se completa de manera total la profecía acerca de esto que el Señor ya había hecho antes también en el profeta Sofonías. Cuando mencionamos la segunda trompeta hicimos una alusión a Sofonías, pero diciendo que eso era apenas un inicio; el verdadero cumplimiento total de la profecía de Sofonías es la segunda taza de la ira.


Vamos a leer Sofonías, de los profetas del Antiguo Testamento. Sofonías 1:3; lo leemos desde el versículo 2 para tener el contexto más completo; dice el Señor: “2Destruiré por completo todas las cosas de sobre la faz de la tierra, dice Jehová. 3Destruiré los hombres y las bestias; destruiré las aves del cielo y los peces del mar, y cortaré a los impíos; y raeré a los hombres de sobre la faz de la tierra, dice Jehová”. Aquí están esos castigos juntos; pero la parte que dice en el verso 3: destruiré los peces del mar, el pleno cumplimiento de esa profecía de Sofonías 1:3: “destruiré los peces del mar”, se cumple en la segunda copa de la ira. Se inicia de manera más fuerte en la segunda trompeta, pero se consuma en la segunda copa de la ira.


La progresión de la manifestación de Dios
Quiero llamarles la atención a algo para ver esa progresión; porque Dios no hace las cosas de golpe. Ustedes ven, por ejemplo, que las cosas vienen primero en sellos, luego después del primero, segundo, tercero, cuarto, quinto y sexto, el séptimo sello abre lugar a las trompetas. Es como esos fuegos artificiales: explota el primer fuego, luego el séptimo de ellos explota también en siete y el séptimo explota otra vez en siete. El séptimo sello son siete trompetas; de manera que las cosas que acontecen en los sellos son ya un inicio de dolores, ¿verdad? Pero el séptimo sello se desarrolla en siete trompetas, y esas siete trompetas introducen gran tribulación, porque los sellos no se refieren solamente a la gran tribulación; el sexto sello sí se refiere a la gran tribulación, pero los primeros sellos se refieren a la historia desde que el Señor Jesucristo ascendió a la diestra del Padre y recibió poder y autoridad sobre la tierra; está gobernando lo que acontece en la historia; y el objetivo es que el Padre le ponga todas las cosas debajo de Sus pies. Para eso comienza con el evangelio; pero también viene la guerra, viene el hambre, viene la muerte por distintos medios, viene el Hades; aunque los santos están debajo del altar esperando en el Paraíso la venida del Señor para resucitar, tomar sus cuerpos y traerlos a la tierra.

El sexto sello, ese sí es gran tribulación; en el sexto sello es el primer terremoto de nivel mundial, donde al final la gente se esconde y pregunta: ¿quién podrá estar en pie? y el capítulo 7 que continúa el sexto sello, responde sobre quiénes pueden estar en pie en la venida del Señor, y habla de los 144.000 de las doce tribus de Israel, y habla también de una multitud incontable de gente de todas las tribus, pueblos y naciones que el Señor viste con ropas blancas. El capítulo 7 responde la pregunta final del capítulo 6; pero resulta que después del sexto sello viene el séptimo. Ya al leer sólo el sexto sello es terrible; pero si el séptimo viene después del sexto, nos damos cuenta de que el sexto es apenas el inicio; como decir la inauguración de la gran tribulación; pero luego viene el séptimo que ya es, digamos, en propiedad, la introducción de la gran tribulación a través de las siete trompetas; pero luego se describe a las siete trompetas, y la séptima trompeta incluye las siete tazas, que ya no es una introducción, sino una consumación.


Azotes de corrección
Ahora, ¿cómo se llaman en la Biblia las cosas que están en esas copas? ¿en esas tazas de la ira? se les llama “plagas”. La palabra plaga, es una palabra que se puede traducir también, y de hecho en algunas versiones se traduce, “flagelo”. ¿Qué es un flagelo? Es un azote de corrección. El Señor Jesucristo fue flagelado. Ahora, lo curioso es que la palabra plaga es parecida a la palabra flagelo, y viene de la misma palabra griega; la misma palabra griega se puede traducir tanto plaga como flagelo. Entonces, al traducirse la palabra plaga como flagelo, usted ve que el Señor está corrigiendo a la humanidad con cosas leves al principio; y la humanidad no entiende; y Dios, que perdona setenta veces siete, llega al primer siete y la humanidad no se arrepiente; entonces llega el segundo siete, que es el de las trompetas; después del siete de los sellos, viene el de las trompetas; una trompeta, otra, otra, y vemos que ni aún así se arrepintieron de las obras de ellos ni dejaron de adorar a los demonios, ni de fornicar, ni de robar, ni idolatrar, etc. Dios estaba buscando con estas plagas, con estos flagelos, la corrección de la humanidad; el objetivo era llamar la atención de la gente para salir del pecado, para salir del mundo, salir de sí mismos y volverse hacia Dios; porque primeramente Dios envía la gracia, la misericordia.

Cuando el Cordero abrió el libro, lo primero que salió fue un caballo blanco para vencer; lo primero que el Señor establece a la diestra del Padre es que el evangelio se predique en Jerusalén, Judea, Samaria y hasta lo último de la tierra, y es a través de la gracia que el Señor quiere someter a los hombres a Su reino; pero el problema es que los que rechazan la gracia no pueden permanecer sobre la tierra estorbando el reino de Dios; entonces por eso viene otro caballo después, el caballo rojo, que es el caballo de la guerra; entonces la gente a través de la guerra debería aprender a someterse a Dios; pero la guerra les es poco; entonces viene el hambre, y aún así no se vuelven al Señor. Vemos, pues, que el Señor va apretando las tuercas cada vez más, y la gente no se vuelve al Señor. Después vienen las trompetas; cada trompeta es una cosa tremenda, y luego vienen las copas, y ahora en las copas es donde se consuma. Ahí se usa la palabra “plaga”, la palabra “flagelo”; esa palabra ya se utilizó en el tiempo de Egipto cuando Moisés extendió su vara por orden de Dios, y las plagas vinieron de parte de Dios para castigar a Faraón, para librar al pueblo de Israel de Egipto; se usó la palabra “plagas”.


Mar convertido en sangre
Algunos hermanos, al leer cosas tan tremendas como dice este verso acá: “derramó su copa sobre el mar”, piensan otra cosa; es que el mar es una cosa inmensa; “y éste se convirtió en sangre como de muerto; y murió todo ser vivo que había en el mar”; algunos hermanos piensan que este mar no se refiere a todo el mar, sino seguramente a algún mar en particular. El hermano Witness Lee, por ejemplo, dice que él piensa que se refiere solamente al Mediterráneo, que es donde está parado el anticristo. Bueno, eso piensa él, muy respetable, pero el anticristo estará reinando en toda la tierra. Otros dicen: este mar es solamente simbólico; esta mar se refiere a la parte, como dice Apocalipsis 17, a las naciones que se van a convertir en sangre como de muerto; pero ¿cómo va a ser eso? La cuestión está que esto, cuando sucedió en Egipto, fue literal, ¿o no? Hermanos, fue literal.

Aconteció en Egipto
Volvamos a algo que ustedes ya conocen en Éxodo capítulo 7, que tuvo un cumplimiento literal; entonces vale la pena recordar de nuevo cómo se dio esto, qué cosas produjo; porque lo que se viene sobre la tierra es un flagelo terrible. Éxodo 7:14-25; aquí es donde vale la pena recordar otra vez esto, porque es prácticamente lo que habíamos visto en Miqueas y en otros profetas que acontecería de nuevo como aconteció en ese tiempo. Vimos profecías acerca de eso en varias partes de la Biblia; entonces si eso se repetiría, hay que leer cuando aconteció por primera vez, para poder tener una base hermenéutica para interpretar si esto es literal, o esto es solamente simbólico. ¿Será local o será universal? “14Entonces Jehová dijo a Moisés: El corazón de Faraón está endurecido y no quiere dejar ir al pueblo. 15Ve por la mañana a Faraón, he aquí que él sale al río; y tú ponte a la ribera delante de él, y toma en tu mano la vara que se volvió culebra, 16y dile: Jehová el Dios de los hebreos me ha enviado a ti, diciendo: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva en el desierto; y he aquí que hasta ahora no has querido oír. 17Así ha dicho Jehová: En esto conocerás que yo soy Jehová: (noten, el objetivo de Dios es revelarse, porque el hombre insiste en no creer, no aceptar la gracia; el hombre menosprecia la gracia, se burla de ella, viene un problema pequeño y dice que es pura casualidad; durante el momento teme, pero luego se endurece de nuevo; entonces Dios tiene que hacer las cosas más grandes; pasar de los sellos a las trompetas y de las trompetas a las copas) he aquí, yo golpearé con la vara que tengo en mi mano el agua que está en el río, y se convertirá en sangre. 18Y los peces que hay en el río morirán, y hederá el río”. Imagínense solamente lo que era un río corrupto; ahora imagínense el mar, que es el que purifica los ríos; imagínense; eso es realmente para consumar la ira.

Después, hermanos, en el cielo nuevo y en la tierra nueva no habrá mar; eso lo dice claramente Apocalipsis; mirémoslo de una vez en el capítulo 21 antes de volver a Éxodo, porque no terminamos la lectura.

Apocalipsis 21;1: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más”.

Eso significa que en el cielo nuevo y en la tierra nueva ya no habrá mar; es en esta tierra vieja, en esta primera tierra donde el mar se convertirá en sangre como de muerto. Es una cosa terrible, porque sangre fresca es diferente a sangre como de muerto; la de muerto es sangre coagulada; imagínense el mar como sangre como de muerto; es una cosa horripilante. Yo pienso que es  el peor hedor que existirá; no hay nada que pueda compararse a eso, y es apenas la segunda taza; todavía hay más tazas.


Volvamos a Éxodo 7:18: “18Y los peces que hay en el río morirán, y hederá el río, y los egipcios tendrán asco de beber el agua del río. 19Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Toma tu vara, y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus arroyos y sobre sus estanques, y sobre todos sus depósitos de aguas, para que se conviertan en sangre y haya sangre por toda la región de Egipto, así en los vasos de madera como en los de piedra”.


Lo local ilustra lo global
Esto fue una cosa milagrosa, porque no solamente la del río, sino la que estaba en los estanques sufrió lo de la sangre; esto fue una intervención milagrosa de Dios. Acordémonos de que los dos profetas que aparecen en Apocalipsis 11 tienen, de parte de Dios, el poder de herir la tierra con plagas cuantas veces quieran. De manera que la autoridad que el Señor le delegó a Moisés y a Aarón, se la delegará a estos dos profetas de Apocalipsis 11; ya no solamente a nivel local, sino global. De modo, pues, que esto local es solamente para ilustrarnos lo global; por eso lo leemos y lo releemos, porque es para una ilustración. “20Y Moisés y Aarón hicieron como Jehová lo mandó; y alzando la vara golpeó las aguas que había en el río, en presencia de Faraón y de sus siervos; y todas las aguas que había en el río se convirtieron en sangre. 21Asimismo los peces que había en el río murieron; y el río se corrompió, tanto que los egipcios no podían beber de él. Y hubo sangre por toda la tierra de Egipto. 22Y los hechiceros de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos; y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó; como Jehová lo había dicho”. Noten, se endureció, a pesar de plaga tan terrible, flagelo tan terrible, se endureció. “23Y Faraón se volvió y fue a su casa, y no dio atención tampoco a esto. 24Y en todo Egipto hicieron pozos alrededor del río para beber, porque no podían beber de las aguas del río. Y se cumplieron siete días después que Jehová hirió el río”.

Entonces aquí se ve una intervención directa de la mano del Señor; se ven frases que muestran que no es una cosa meramente natural. Algunas personas pueden interpretar que esto se refiere a la polución que el mismo hombre ha provocado; sí, es verdad que el hombre ha provocado polución, pero esto es más que solamente una polución; esto es una corrección, es un flagelo, es un azote a la humanidad; uno más fuerte, uno más grande, uno que es para consumar la ira. Por eso la magnitud es terrible; el mar llegó a ser sangre como de muerto.


Hay otros versos que me gustaría leer también, si ustedes me permiten. Miremos una expresión en el Salmo 105:29, que hace referencia a lo mismo que sucedió en Éxodo, y lo dice en una forma literal: “Volvió sus aguas en sangre, y mató sus peces”. Hermanos, esta parte aquí es apenas el agua del mar; no es todavía la de los ríos. En la tercera trompeta ya hubo una contaminación con absinto de la tercera parte de las aguas de los ríos; pero las dos terceras partes no fueron contaminadas; y la tercera copa va a tratar el asunto de los ríos y de las fuentes de las aguas; la segunda copa sólo trata el asunto del mar. Entonces, es algo literal, como dice aquí el Salmo 105:29: “Volvió sus aguas en sangre, y mató sus peces”. Yo no creo que sea algo simbólico o algo que sucede en la humanidad; yo creo que sucedió literalmente en Egipto, y eso era solamente para castigar un reino; ¿cómo no será global para castigar un reino global que adora al dragón, que adora a Satanás, que blasfema de la gracia, rechaza al Señor, rechaza el profundo amor de Dios demostrado en la cruz de Cristo? Y lo hace el Señor con el fin de conducir al arrepentimiento; no es que el Señor no haya enviado primero el evangelio, no es que la gracia no llegue primero, y el Señor esté sorprendiendo con castigo a la gente, no; las copas vienen después de las trompetas y las trompetas vienen después de los sellos y los sellos vienen después del primer sello, que es el evangelio del Señor por toda la tierra, llevando la salvación a todos los hombres; y luego entonces la gente necesita de otros llamados de atención; esos llamados de atención primero no son llamados todavía flagelos; son los últimos los que son llamados flagelos.


Dios hace secar el mar
Miremos Isaías 50:2; allí hay una mención: “¿Por qué cuando vine, no hallé a nadie, y cuando llamé, nadie respondió?” Noten que antes del juicio está la pregunta de Dios; la gente no tiene en cuenta a Dios; la gente está ocupada en el materialismo, la gente lo que quiere es plata, shopping center, dinero, turismo, placeres; eso es lo que la gente quiere; se olvidan de Dios. Si Dios no los sacude, no se acuerdan de que tienen un destino eterno y  van hacia el infierno que se las pelan, como dice el dicho. Entonces Dios está haciendo algo, ¿verdad? “2¿Por qué cuando vine, no hallé a nadie, y cuando llamé, nadie respondió? ¿Acaso se ha acortado mi mano para no redimir?” Yo puedo salvar. “¿No hay en mí poder para librar?” Claro, Yo puedo librar. “He aquí que con mi reprensión hago secar el mar”; esa frase me llama mucho la atención porque en la nueva tierra no habrá mar, y Dios habla de que con Su reprensión Él hace secar el mar, como lo hizo en Egipto; o sea que a partir de la segunda taza de la ira, la segunda copa, el mar se convierte en sangre como de muerto, y es en la nueva tierra donde no habrá mar.

Mi pregunta, no sé como resolver esa pregunta, se la pasó a ustedes a ver cómo buscan en la Biblia y en el Señor; ¿y durante el Milenio qué? porque el Milenio es todavía en la primera tierra; el Milenio no es en la nueva tierra. La nueva tierra viene después del Milenio; después del Milenio Satanás es suelto de la prisión y sale a engañar las naciones, a Gog y Magog, y se reúnen las naciones contra el campamento de los santos, y viene después fuego del cielo, y ahí sí ya desapareció el cielo y la tierra; no se halló lugar para ellos; y apareció el trono blanco; y el mar, la muerte y el Hades dieron los muertos que había en ellos. Significa que había muertos en el mar, y el mar entregó los muertos que había en él; eso está en Apocalipsis 20:11; allí dice: “11Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos”. Esto fue después del Milenio; el capítulo 20 al principio describe el Milenio, después la rebelión tras el Milenio, y después el juicio del gran trono blanco, desde el verso 11.“Y ningún lugar se encontró para ellos”; o sea, para la tierra y para el cielo; por eso fueron cielo nuevo y tierra nueva después. “12Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras”. Imagínense, cada uno tendrá su enciclopedia; porque todas tus obras están escritas, tus intenciones, tus palabras; por cada palabra daremos cuenta; imagínense, el libro de las obras será una enciclopedia; cada uno tiene una enciclopedia escrita, cada uno está escribiendo su propia enciclopedia. Ojalá podamos limpiar esa enciclopedia con la sangre del Cordero, y que sólo queden registradas las cosas que alegren al Señor.


Muertos en el mar
“13Y el mar entregó los muertos que había en él”; y lo menciona primero; antes que la muerte y antes que el Hades menciona el mar; es algo misterioso, pero la Biblia dice que hasta el día del trono blanco había muertos en el mar, había muertos en la muerte y había muertos en el Hades; y de esos tres lugares fueron entregados; la muerte y el hades pasaron al lago de fuego, pero y el mar, ya no existió más. “13Y el mar entregó los muertos que había en él; la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego. 1Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primero cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más”.

En la segunda copa de la ira, el mar se convertirá en sangre; ahí se consuma la ira; ahora, ¿será que cuando venga el Señor, el mar será recuperado pero sigue teniendo muertos? Una pregunta: ¿Qué acontece con el mar durante el Milenio? Porque ciertamente alguna cosa positiva va a acontecer con la naturaleza, aunque no es todavía el cielo nuevo y la tierra nueva; porque aquellas cuestiones de que el niño jugará con la serpiente y el cordero con el león pacerán juntos, puede ser que haya un arreglo hasta cierto punto por causa del Milenio, pero el hecho es que el mar sigue conteniendo muertos durante el Milenio, porque solamente en el juicio del trono blanco, después del Milenio y la última rebelión, es que el mar entregará sus muertos, y también la muerte y también el Hades; y hace diferencia entre estos dos: la muerte y el Hades. Significa que había muertos en la muerte; en regiones de sombra de muerte; muertos que había en el Hades, y muertos en el mar; o sea que en el Milenio, aunque puede seguramente por causa del reino de Cristo haber alguna modificación allí, sin embargo sigue habiendo muertos en el mar. Luego en la tierra nueva no habrá mar; y lo curioso es que en Génesis 1:2, cuando el Señor habla de la expansión de las aguas, las de arriba y las de abajo, no dice que es bueno; Dios calla. Tú ves que en el primer día Dios creó la luz, y vio que era buena. Cuando hizo la tierra, vio que era buena; salieron las plantas, y vio que era bueno, puso los astros en la expansión, y era bueno; hizo los monstruos marinos, las aves de los cielos, y era bueno; hizo los animales de la tierra, hizo al hombre, varón y mujer, y era bueno en gran manera; pero del día segundo, fíjese usted, no dice que es bueno. Desde el principio hay una correspondencia entre Génesis y Apocalipsis; al final de Apocalipsis no habrá mar, y en el principio de Génesis Dios no dice que una expansión es bueno; si hubiera dicho que es bueno, no lo quitaría, pero no dijo que era bueno.


La expansión del segundo día
En el capítulo 1 de Génesis, el segundo día comienza en el verso 6 y llega hasta el verso 8: “6Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. 7E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. 8Y llamó Dios a la expansión cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo”.

Entonces Dios no dijo que era bueno, porque hay un misterio en el versículo 2; en el versículo 1 dice: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”; y luego dice: “Y la tierra estaba desordenada y vacía”; esta palabra que se traduce: “estaba desordenada y vacía”, esta palabra 25 veces se puede traducir y ha sido traducida en la Biblia como: se tornó o se volvió, o se convirtió. Por ejemplo, esa misma palabra que aquí se tradujo: “estaba”, en Génesis 19 aparece en el caso de la mujer de Lot. ¿Ustedes recuerdan el caso de la mujer de Lot? Dice Génesis 19:26: “Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal”. Esa expresión que dice: “se volvió”, es la mismo en hebreo que aquí dice estaba desordenada y vacía; “se volvió estatua de sal”. Es decir, algo aconteció en ella que resultó en estatua de sal; no era, pero algo sucedió en ella que hizo que eso sucediera.


En Isaías 45:18, Dios dice que Él no creó la tierra para que fuera despoblada, destruida y vacía. “18Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; (miren que el mismo que habla esto, que revela esto, es el propio Dios) él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; (o sea, que se descompuso y ahora la compuso, creó, hizo, compuso) no la creó en vano”; aquí donde traduce: “no la creó en vano”, ¿saben cómo traduce Ferreira de Almeida? “no la creó desolada y vacía”; aquí aparece “en vano”, pero si usted ve la traducción en Ferreira de Almeida en portugués, traduce conforme el hebreo; las palabras en el hebreo son: toju, vaboju, que quiere decir: “desolada y vacía”; aquí dice que no la creó desolada y vacía; y así lo traduce Ferreira de Almeida en portugués. Reina-Valera lo traduce: “no la creó en vano; para que fuese habitada la creó:  Yo soy Jehová, y no hay otro”. El Señor no creó la tierra en vano.


Los períodos de la tierra
Entonces cuando volvamos allí a Génesis 1, tenemos que ver la palabra “tierra” en tres niveles o tres períodos: la tierra en Génesis 1:1: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Esto era antes de la caída de Lucifer y de los ángeles; porque Lucifer estaba en el monte de Dios y tenía acceso a la presencia de Dios como adorador, y los ángeles con él; pero hubo una caída de Lucifer; él fue echado ¿de dónde? Él fue echado del monte santo, todavía no a la tierra; él cayó primero a los aires, a las regiones celestes, y de ahí va a caer a la tierra en la gran tribulación; y de ahí va a caer al abismo para ser sellado durante el Milenio; y de ahí va a pasar al lago de fuego que Dios preparó para el diablo y sus ángeles.

Entonces la caída de Satanás es por etapas; pero la primera etapa fue la caída de ese mundo espiritual, del monte santo donde él estaba en la presencia de Dios como un ministro de adoración, Lucero; y de ahí fue expulsado. Dice: saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumó; fue expulsado, entonces en la caída de Lucifer algo aconteció en el universo, y por eso aparece el verso 2: “Y la tierra se tornó desordenada”. Ahora, ¿Dios es desordenado? ¿Dios hace algún desorden? Entonces dice allí en Isaías: no la creó en vano, no la creó desordenada; vacía lo traduce la otra versión. Dios crea las cosas perfectas; todo lo que Dios hizo es bueno; pero entonces algo había pasado en el universo; y fíjense, ¿dónde quedó el príncipe de la potestad del aire? En el aire; o sea, en las regiones celestes; y el ángel del abismo ¿dónde quedó? En el abismo; y los abismos se refieren analógicamente a los mares; entonces ahí, estando Apolión en los abismos, estando Satanás, el príncipe de la potestad del aire, en las regiones celestes ¿cómo podía decir Dios que era bueno? no dijo que era bueno, se quedó callado; el segundo día no dijo Dios que era bueno.


Primer nivel de la tierra
Vamos a mirar los tres niveles de la tierra:  Primero en Génesis 1:1 dice: “En el principio (cuando no había nada, cuando sólo era el Verbo con Dios) creó Dios (Elohim; todo lo hizo por medio del Verbo; sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho) los cielos y la tierra”. Ese es el estado prístino, original, como las cosas salieron de la mano de Dios, la creación primera que existía. Satanás estaba todavía en ese tiempo como Lucero, como un querubín guardador; y por mucho tiempo, se dice que era perfecto en todos sus caminos; no existía el mal; entonces no podía haber nada desordenado, no podía haber caos; Dios no es un Dios de caos, Dios no es un Dios de desorden; al contrario, el que compuso este desorden fue Dios, el que puso orden en el caos fue Dios; entonces hay un misterio en el versículo 2 que está detrás de estas palabras que aquí se tradujo: “estaba”, pero que es la misma palabra hebrea que se tradujo 25 veces como se tradujo allí en el caso de la mujer de Lot, que se volvió estatua de sal; entonces se podría legítimamente traducir, como 25 veces se hace en el hebreo: “2Y la tierra se tornó [o se volvió] desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”. Entonces fíjense en estas aguas a que se refiere acá; a veces nosotros cuando leemos descuidadamente sin atender el contexto, fácilmente podemos hacer una exégesis errada.

La formación del mar
Estamos hablando de las aguas, estamos en la segunda copa, que es el mar vuelto sangre; entonces dice aquí: las aguas. A veces cuando leemos las aguas, nosotros nos imaginamos el océano, y a veces, incluso la ciencia dice que había un océano primordial; pero esto que narra Génesis aquí es incluso anterior al océano, porque el océano aparece apenas en el tercer día; en el tercer día dice el verso 9 así:

“9Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. 10Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno”. Eso es a partir del tercer día; en el tercer día, las aguas de abajo, o sea, las que pertenecían hacia el planeta tierra, se juntaron en los mares y luego se formó un solo continente, lo seco, a lo que Dios llamó Adama, de donde viene el nombre Adán. En Génesis 1:1, la palabra “tierra” es erets; la palabra tierra en el verso 10 es adama, de donde viene Adán. En el tercer día fue cuando las aguas de abajo se juntaron; eso significa que en el segundo día las aguas de abajo no estaban juntadas; era un estado pre-oceánico de la materia, o sea un estado de plasma o nebuloso; ¿se dan cuenta? Era un estado nebuloso, y eso estaba todo mezclado; es decir, lo que existía en el universo después de la caída de Satán era un estado de caos universal como de nebulosa, de cosas totalmente en caos, ¿se dan cuenta? Cuando dice: “y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo”, entonces dice que “el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”.


Segundo nivel de la tierra
En el libro de Proverbios dice que el movimiento de Dios es en círculo; y usted se da cuenta que el movimiento en círculo comienza a crear orden en el caos; empiezan a aparecer aquellas nebulosas, comienzan a girar por la densidad, empiezan a aparecer estrellas, empiezan a aparecer galaxias, empiezan a aparecer esos cuerpos estelares por medio del movimiento en círculo, como se dice que el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Estas aguas no se refieren al mar; se refieren a los elementos del plasma universal, se refieren a todos los elementos de los que se componen las nebulosas; porque dice:
“las aguas sobre los cielos”. Noten lo que dice en el versículo 6: “Haya expansión en medio de las aguas”. Primero no estaban expandidas.

“Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas”; noten que estas aguas no son todavía la forma de los océanos; los elementos que después conformaron los océanos estaban en otro estado antes de juntarse, estaban dispersos; por eso cuando dijo: “Júntense”, es porque no estaban juntos, estaban dispersos, y Dios comenzó a poner orden, y la materia que pertenece a los cielos, a esa la dejó dispersa, no la juntó; dijo: Haya expansión en los cielos y sepárense las aguas; o sea, las que llegaron a formar después los astros; o sea, las galaxias y todo lo que hay en el universo; y las de abajo fueron las que después se condensaron en los mares, pero en el tercer día; antes no estaban juntas; estaban dispersas las aguas; entonces cuando dice: “y separe las aguas de las aguas. 7E hizo Dios la expansión y separó las aguas que estaban debajo de la expansión”, o sea, las que nos vendrían a pertenecer, la materia que correspondería al planeta tierra, quedó separada de la que pertenecería al resto de astros. Todavía, fíjense, no estaba el sol, la luna y las estrellas; la materia estaba, pero no estaba condensada en la forma del sol, la luna y las estrellas; eso es en el cuarto día, cuando no dice que Dios creó, sino que formó las luminarias; o sea que a esa materia que ya estaba, Dios le dio la forma del sol; pero fíjense que el planeta que está más avanzado de todos es la tierra. No hay astro que sea más avanzado que la tierra; no lo hay.


Dice el verso 7: “Y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. 8Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo”. Acabó el día segundo y no dijo Dios que era bueno. Dios sabía lo que había caído en la creación anterior y sabía que esos caídos estaban ahí. Ahí en ese caos era donde ellos estaban; y por eso Satanás llegó a llamarse el príncipe de la potestad del aire, y Apolión el ángel del abismo. Entonces el hombre era el que tenía que reinar sobre los peces del mar, y las aves de los cielos, pero los que estaban reinando eran otros; los que están en la atmósfera, los que están en los aires, inclusive no sólo en la atmósfera física, sino que también tienen acceso a otra atmósfera, a otro espacio, son aquellos espíritus malignos. Dios se quedó callado, no dijo que era bueno. ¿Por qué no dijo Dios que era bueno? Dios se quedó callado.


Las aguas de la expansión
El Salmo 148 se corresponde con Génesis. Salmo 148; vamos a los primeros versos del Salmo: “1Alabad a Jehová desde los cielos; (no dice: alabadle en la tierra; “desde los cielos”, o sea, las criaturas de Dios que están en los cielos) alabadle en las alturas. 2Alabadle, vosotros todos sus ángeles; alabadle, vosotros todos sus ejércitos”.

Esos son los que están en los cielos, en las alturas; luego empieza a bajar. “3Alabadle, sol y luna; alabadle, vosotras todas, lucientes estrellas. 4Alabadle, cielos de los cielos, y las aguas que están sobre los cielos”. ¿Se dan cuenta? Sobre los cielos; son las aguas de la expansión; o sea, la materia que llegó a conformar después los océanos, antes de formarse estaba en un estado disperso, en un estado nebuloso. Hubo expansión, cosas se fueron apartando, y también movimiento en círculo, los astros formándose.


Tercer nivel de la tierra
Hasta el día de hoy, hasta el día del salmista, estas aguas sobre los cielos, son los elementos en estado de dispersión; el hidrógeno, por ejemplo, que forma el agua, está en estado de dispersión. ¿Se dan cuenta? El hidrógeno, el oxígeno, el nitrógeno, eso está en estado de dispersión; las de abajo también en el segundo día estaban en dispersión; o sea, la parte de materia que correspondería a la formación de este otro planeta, también estaba en dispersión como la anterior, sólo que se separó una y quedó la de acá; luego continuó en movimiento, y en Génesis 1:9, ahora sí en el tercer día, registra que:

“9Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así”. Entonces noten que primero dice “júntense las aguas”, y después “descúbrase lo seco”. Cuando dice: “Júntense las aguas”, ahí se forma el océano.

“10Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares, Y vio Dios que era bueno”. Recién aquí aparece el océano, recién, cuando dice: los mares. Shamayin llamó Dios a los cielos; Mayin a los mares. Las palabras son parecidas, shamayin y mayin; las aguas se llaman mayin, los cielos se llaman shamayin; estas palabras tienen la misma raíz, pero unas son condensadas y las otras son en expansión.


Un continente único
Entonces aquí aparece: “Júntense las aguas”; las aguas se juntaron en el tercer día; o sea, antes de juntarse la materia que hoy forma el mar, que no tiene solamente hidrógeno, sino muchas sales y elementos, esa materia estaba dispersa como en el resto del universo, y aquí se juntó y formó primero un océano acuoso, y después lo seco. Lo seco aparece de manera singular como un continente único; el primer continente que algunos llaman “pangea” y “gonduana” y “laurasia”, las partes del continente primigenio;  pero el Señor le puso nombre; es el que yo le doy, el que dice el Señor: Adama, o Adamá en hebreo; ese es el nombre de la tierra, lo seco.

Fíjese, por ejemplo, si usted tiene agua sucia con tierra y esa agua sucia con tierra va haciendo un remolino, ¿qué pasa cuando hay un remolino? Las cosas más leves quedan afuera y las cosas más densas forman en el centro un remolino; entonces claro, sobre el caos se movía el Espíritu de Dios en círculo; ese movimiento hizo que se separara un lado del otro; el otro quedó expandido y la parte de aquí se juntó por orden de Dios en océanos; pero todavía no aparecía la tierra; pero los elementos densos, cuando empiezan a girar, comienzan a acumularse estos elementos densos, y se forma un gran continente; era un gran continente único; se llama lo seco, o sea adama.


Después, en Génesis 10, dice que en los días de Peleg se partió la tierra. Después del diluvio, la tierra ya quedó en peligro, y dice el Salmo que amenaza ruina, fue quebrantada del todo la tierra. En Génesis 10:25 dice: “Y a Heber nacieron dos hijos: el nombre del uno fue Peleg, porque en sus días fue repartida la tierra; y el nombre de su hermano, Joctán”. Esta palabra que aquí se tradujo “repartida”, en el hebreo es quebrantada con violencia; no es partida, en el sentido de que a usted le toca tanto, a usted le toca tanto, no, no es repartida en ese sentido; es quebrantada con violencia; esa es la palabra que ha sido traducida en otras versiones.


Formación de los continentes
Entonces Génesis 10:25 muestra que fue quebrantada con violencia. Por eso a este hijo de Heber se le llamó Peleg; o sea, división, o quebrantamiento; es decir, los continentes comenzaron a quebrantarse; lo que era un continente se fue quebrando, la tierra se partió, se rajó, ha habido un gran diluvio, ha habido grandes terremotos, hubo fenómenos, cataclismos como en el tiempo de Josué, como en el tiempo del rey Uzías, que están en la Biblia y que se repetirán según Zacarías 14, que estudiaremos después con más detalle. Entonces ¿qué pasó? Ese movimiento de las aguas en círculo, reunió y formó los océanos, y siguió el movimiento y las partes densas formaron los continentes. Imagínense que la tierra es un globo y el continente está en un lado; a la medida que gira por causa de las leyes de Kepler, usted agarra un palito, agarra una cuerda y una bolita, y empieza a dar vueltas; la bolita no da vuelta en el círculo, sino que la parte de adentro gira más rápido y la parte de afuera va más despacio y forma una especie de hélice como la de las galaxias.

¿Qué pasó? A medida que la tierra va dando vueltas, digamos que el sol está allá, la tierra va hacia el oriente, después llega el mediodía, luego hacia el occidente, ese movimiento hizo que se fuera quebrantando la tierra y se fue separando. Se ve Brasil y se ve Africa que estaban juntos; se fueron separando; a medida que da más vueltas, la resistencia hace que se separe más. Como eso se separa, entonces se amontona en este lado. Por ejemplo, si yo agarro este mantel y lo empujo para acá, él se amontona allá; entonces, como se fue separando, se fue amontonando y aparecieron los Andes, y al otro lado apareció el Himalaya; ¿por qué? porque se fue separando; entonces las placas tectónicas subieron allá hacia el Himalaya y acá hacia Los Andes. ¿Se dan cuenta? Porque va dando vueltas la tierra.


Entonces, hermanos, hay algunas cosas que están en la Biblia medio ocultas, pero están en la Biblia, sólo que hay que buscarlas; están ahí. Entonces recién después que Dios hizo las aguas, estas aguas, las de abajo, eran buenas; pero las del segundo día cuando estaban todavía en caos, cuando pertenecían todavía al estado de juicio, al juicio que hubo sobre la caída de Lucifer y los ángeles, ese juicio creó un estado de caos, de desorden; porque Dios no hace nada desordenado, pero el juicio es lo que provoca desorden; entonces por eso Dios no dijo que era bueno ese estado. Después Dios compuso la tierra; ahora sí la tierra es buena, porque es para el hombre, las plantas son para el hombre, los astros son para el hombre; esa materia ya está condensada en los astros; no están tan evolucionados; no lo digo en el sentido de la evolución, que se llama de Darwin; no lo digo en ese sentido, y muy a propósito no lo digo en ese sentido; sino que cuando tú ves el estado de la tierra, la tierra tiene vida, mucha mayor complejidad que cualquiera de los astros que ha sido descubierto; aquello es menos complejo. Hay otros planetas más grandes, pero son gaseosos; pero la tierra en cambio está colocada según las medidas de Dios. Dios le preguntaba a Job: ¿Conoces tú las medidas de la tierra? Si estuviéramos más cerca del sol, estaríamos quemados; un poquito más lejos estaríamos congelados; si la inclinación del eje no fuera la que tenemos, no tendríamos las estaciones. Si nuestro eje fuera como el de Urano, aquí no habría vida. Urano va de para atrás así, y siempre presenta una misma cara al sol; si la tierra fuera así, sería para el lado del sol, sal, y para el otro lado hielo; pero en cambio ahora hay estaciones; esas son las medidas de Dios; el reloj, la maquinaria del sistema solar, y la maquinaria donde el sistema solar está, hacen que todas las fuerzas se combinen en beneficio para la tierra; la tierra recibe el beneficio de la conjugación de las fuerzas universales; entonces Dios hizo eso.


Juicio sobre el mar
Somos muy privilegiados mucho más de lo que imaginamos; luego vemos cómo termina este mar; hubo pecado; primero Dios hizo aquel juicio de los ángeles, pero luego ellos ¿a dónde vienen? Satanás y los demonios vienen a la tierra; ahora la tierra es corrompida; está Satanás en la tierra y los hombres adorando al dragón, adorando la bestia; entonces ¿qué sucede? Ahora viene el juicio sobre el mar. Primero una tercera parte en la segunda trompeta, luego juicio total en la segunda taza, en la segunda copa de la ira; y luego, no sabemos; dejamos eso a nivel de especulación, cómo hará el Señor con el mar en el Milenio; lo único que sabemos es que conservará muertos hasta el día del juicio; o no sabemos si esos muertos, lo fueron después del Milenio cuando habrá la rebelión. No sabemos en qué momento entraron en el mar los muertos que el mar entrega para el juicio del trono blanco; el hecho es que la Biblia revela que había muertos en el mar. Después desaparece el cielo y la tierra.

El mar entregó los muertos, la muerte entregó los muertos, el Hades entregó los muertos. Cuando dice “la muerte entregó”, “el Hades entregó” y aparece el mar entregando muertos, parece que se refiere a las almas, porque en el Hades están las almas; el Hades entregó los muertos, la muerte entregó los muertos, y eso aparece junto con el mar que entregó los muertos. Después ya no habrá más mar; ya en la destrucción del cielo y la tierra primera ya no hay más mar.

Cuando Dios hace un cielo nuevo y una tierra nueva, ya no hay mar, pero sí hay un lago de fuego y azufre donde está Satanás, sus ángeles y demonios, el anticristo, la bestia, y el falso profeta y los que le siguieron.


El río que sale del templo

Ese gran río que sale del trono; viene para alimentar la ciudad y luego sale de la ciudad a alimentar las naciones. Ese río que alimenta las naciones es el que va a purificar en algo al mar. La Biblia dice que las aguas en donde el río entrare sanarán; eso podemos leerlo en Ezequiel. Vamos a leerlo literalmente. Ezequiel 47: “1Me hizo volver luego a la entrada de la casa; (este templo aquí es el milenial, justamente; entonces ahí está segura la respuesta; como dice Nacho del asunto, mas no el río de la Nueva Jerusalén, sino el río que sale del templo milenial) y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada de la casa está al oriente, y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar. 2Y me sacó por el camino de la puerta del norte, y me hizo dar la vuelta por el camino exterior, fuera de la puerta, al camino de la que mira al oriente; y vi que las aguas salían del lado derecho. 3Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos. 4Midió otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos. 5Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar, porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía pasar sino a nado. 6Y me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre? Después me llevó y me hizo volver por la ribera del río. 7Y volviendo yo, vi que en la ribera del río había muchísimos árboles a uno y otro lado.

8Y me dijo: Estas aguas salen a la región del oriente, y descenderán al Arabá, y entrarán en el mar; y entradas en el mar, recibirán sanidad las aguas”.


Ahí está. Habrá sanidad para las aguas; en  la segunda taza se vuelve el mar sangre como de muerto, pero luego en el Milenio este río sana las aguas. “9Y toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos dos ríos, vivirá; y habrá muchísimos peces por haber entrado allá estas aguas, y recibirán sanidad; y vivirá todo lo que entrare en este río. 10Y junto a él estarán los pescadores y desde En-gadi hasta En-eglaim será su tendedero de redes; y por sus especies serán los peces tan numerosos como los peces del Mar Grande. 11Sus pantanos y sus lagunas no se sanearán; quedarán para salinas. 12Y junto al río, en la ribera, a uno y otro lado, crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas nunca caerán, ni faltará su fruto. A su tiempo madurará porque sus aguas salen del santuario y su fruto será para comer, y su hoja para medicina”.


!Qué maravilla! Un buen final. Gracias al Señor. Después de leer esa segunda copa terrible, era bueno leer también la salida. ☐

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