Y EL HADES LE SEGUÍA
CONTINUACIÓN DE
LA APERTURA DEL CUARTO SELLO
LA APERTURA DEL CUARTO SELLO
“Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra”. Apo. 6:8.
La Muerte y el Hades asociados
Hermanos, con la ayuda del Señor vamos a continuar considerando la palabra del Señor, de la que Él dijo que si la leemos, la oímos y la guardamos, somos bienaventurados. Estamos estudiando el Apocalipsis y habíamos llegado la vez pasada al cuarto sello, pero no tuvimos el tiempo de poder considerar todos los versos necesarios; incluso algunos versos apenas fueron citados para ser investigados personalmente por cada uno después. Hoy vamos a ver otro aspecto dentro del mismo cuarto sello. Entonces leamos allí de nuevo ese cuarto sello, en Apocalipsis 6:7-8:
“7Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: Ven. 8Y miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad y con las fieras de la tierra”.
Esto se refiere al jinete llamado “Muerte”; pero hoy vamos a detenernos en una frase necesaria, la que viene a continuación de esa palabra: “Y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía”. “El Hades le seguía”, ese es el tema de hoy. Interesante que aquí el apóstol Juan por el Espíritu Santo, por la revelación que el Señor le muestra, aunque relaciona la muerte con el Hades, no necesariamente los identifica; porque si no, no lo diría como lo está diciendo: un jinete llamado “Muerte, y el Hades le seguía”; o sea, el Hades le seguía a la muerte. Siempre el Hades y la Muerte aparecen íntimamente asociados. Cuando estudiamos Apocalipsis 1, donde el Señor dice que Él tiene las llaves de la Muerte y del Hades, ahí también aparecen relacionadas estas dos cosas: la Muerte y el Hades.
En Apocalipsis 20 vuelven a aparecer estas dos cosas juntas; y yo les ruego que esta vez me acompañen con más detenimiento a Apocalipsis 20:13, en el contexto de la perícopa relativa al juicio del trono blanco, al gran juicio final. Aquí no está hablando del tribunal de Cristo ni del juicio a las naciones en el Milenio, sino del juicio final del trono blanco; y allí dice: “Y el mar entregó los muertos que había en él”; o sea que para el día del juicio el mar entregará sus muertos.
Había muertos que estaban en el mar. El mar en la Biblia es asociado al abismo también; no es que sea lo mismo, pero está asociado; a veces se habla del mar como abismo y a veces se habla del abismo como la prisión de los ángeles que se llama “abismo”, que se llama Abadón, y que también puede llamarse Tártaro (prisión de los ángeles); pero como vamos a ver en Isaías 14, dice que el Seol estaba cerca del abismo; son lugares donde están espíritus; y aquí dice: “13Y el mar entregó los muertos que había en él; y (fíjense en que no dice “o”) la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos”; o sea que el Hades no es lo mismo que la Muerte, aunque están íntimamente relacionados; por eso habla de “ellos”, la muerte uno y el Hades otro; había muertos en el mar, muertos en la muerte y muertos en el Hades; y dice: “y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego”. El Hades uno y la muerte otro.
El tráfico de ultratumba
En Apocalipsis 6 aparece esa expresión de que después de ese jinete llamado “Muerte”, le seguía “el Hades”; primero es la muerte y después es “el Hades”; no es lo mismo, sino que está relacionado. Las personas para ir al Hades, normalmente entran por la muerte. En el caso de Coré, Datán, Abiram y aquellas gentes que estaban con ellos, en el caso de ellos, ellos entraron vivos al Seol, porque Moisés dijo: si el Señor hace una cosa diferente; pues lo normal es que las personas entren muertas al Hades; primeramente las personas mueren, entran en la muerte, cruzan las puertas de la muerte y cruzan las puertas del Hades y entran al Hades. El Hades es después de la muerte, está relacionado con la muerte, pero la palabra nos muestra que aunque están relacionados no son la misma cosa; hay muertos que entran en la muerte y muertos que de la muerte pasan al Hades y en el día del juicio habría muertos que estarían en el mar y serían llamados al juicio; otros muertos estarían en la muerte. En la Biblia también se llama “región de sombra de muerte”; así se le llama en Isaías y usa la palabra “región de sombra de muerte”. También la palabra usa, como veíamos la vez pasada, la expresión “puertas de la muerte” y “puertas del Hades” y “llaves de la muerte y del Hades”. Cuando dice puertas, habla en plural; o sea que no es una sola puerta; hay una puerta para entrar de la vida a la muerte y también una puerta para pasar de la muerte al Hades; hay una puerta que va de la muerte al Hades; entonces se habla también de “las puertas del Hades”. No es una sola puerta, mínimo son dos. Dice la Escritura que en la muerte hay cámaras de la muerte y hay muertos en la muerte, pero también hay muertos en el Hades. Dice la Escritura que el Señor nos conducirá más allá de la muerte. La palabra habla muchas cosas acerca del Hades. La palabra “Hades”, es la misma palabra “Seol”; y necesitamos hacer un seguimiento minucioso, si es posible, de todos los versículos que nos hablan del Seol y del Hades para que podamos entender lo que Dios nos quiere decir. También hubo acontecimientos especiales en el Hades que causaron una modificación en la situación allá; fue cuando el Señor Jesús descendió al Hades y predicó a los muertos para que sean juzgados en la carne según los hombres, pero vivan en espíritu según Dios; estas cosas acontecieron en el Hades; entonces necesitamos hacer un estudio minucioso del Hades porque en la historia de la Iglesia, y aun en la historia del judaísmo, ha habido varias escuelas acerca del Hades. El Señor es el que determina quién está dónde y quién puede pasar, quién puede volver, quién no puede volver, quién va a resucitar, quién se va a quedar ahí, quién puede pasar de un lado al otro, quién no puede pasar, etc. El Señor es el que tiene las llaves; o sea, el Señor controla, como decíamos la otra vez, el tráfico de ultratumba; El tiene la llave del poder y de la muerte y del Hades.
El Señor y el Hades
En el sermón del apóstol Pedro en el libro de los Hechos de los Apóstoles, capítulo 2, los hermanos pueden ver que Hades es lo mismo que Seol. Lo dice San Pedro citando un Salmo de David, el Salmo 16; allí Pedro está citando del verso 8 al 11 del Salmo 16, así que los hermanos que puedan tener a mano también el Salmo 16 ténganlo a mano para leer estos dos pasajes simultáneamente.
Leamos en Salmo 16:10, simultáneamente con Hechos 2:25-28, que es una cita que el apóstol Pedro hace del Salmo. Entonces el Salmo 16 es un Salmo mesiánico donde está profetizado el Señor Jesús, su muerte, su descenso al Hades, su resurrección; dice en Salmos 16:10-11: “10Porque no dejarás mi alma en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción”. Corrupción relativa al cuerpo en el sepulcro y alma en el Hades. No permitirás que tu santo vera corrupción; no dejarás mi alma en el Hades. “11Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre”.
Él fue resucitado de la muerte, levantado desde el Hades a resurrección y sentado a la diestra del Padre. Ahora, ese Salmo que dice aquí: “No dejarás mi alma en el Seol”, lo cita Pedro en Hechos 2:25-28 de la siguiente manera, ya no en hebreo sino en griego:
“25Porque David dice de él: Veía al Señor siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido. 26Por lo cual mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua, y aun mi carne descansará en esperanza; 27porque no dejarás mi alma en el Hades, ni permitirás que tu Santo vea corrupción. 28Me hiciste conocer los caminos de la vida; me llenarás de gozo con tu presencia”.
San Pedro cita el Salmo 16, donde el Padre no dejaría el alma de su Hijo en el Seol, pero aquí Pedro lo traduce: “el Hades”, “no dejarás mi alma en el Hades”. En la Septuaginta, que es una traducción del Antiguo Testamento con algunos otros libros apócrifos al griego hecha unos 200 años antes de Cristo en tiempos de Ptolomeo II Filadelfo, en todas las partes del Antiguo Testamento donde dice Seol, lo traduce “Hades”; de manera que Seol y Hades son la misma cosa. Entonces, como dice aquí que el Hades le sigue a la muerte, significa que las personas mueren y pasan por la muerte hacia el Hades. Vamos ahora a hacer el seguimiento de lo que la palabra de Dios nos revela acerca del Seol o del Hades, que es la misma cosa, distinto de la Gehena, distinto del abismo, del Tártaro, prisión de los ángeles.
El seno de Abraham
Vamos a comenzar haciendo el seguimiento; los hermanos tomen nota de esos versos para que puedan tener en cuenta todos los versos juntos que nos hablan de ese lugar. Si tomamos un verso aislado entendemos poco; cuando hacemos el ramillete de todas las florecitas que vamos recogiendo, se arma el ramillete y entendemos mejor qué es este asunto del Seol o del Hades. Vamos a empezar por el libro del Génesis, que es el libro de las primeras semillas, y vamos a ver allí las primeras menciones acerca del Hades. Pasamos al capítulo 25 que refiere la muerte de Abraham, que es el padre de la fe y es aquel que aparece en el seno de Abraham. No se llama el seno de Taré, el seno de Serug, ni el seno de Enoc, ni el seno de Adán; se llama el seno de Abraham; y justamente comienza la primera mención con Abraham.
Miren lo que se nos dice en Génesis 25:7-8: “7Y estos fueron los días que vivió Abraham: ciento setenta y cinco años. 8Y exhaló el espíritu, y murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de años, y (noten, no dice: murió y punto) y fue unido a su pueblo”. En el Antiguo Testamento vemos que todos descendían al Seol, ya sea Samuel el profeta, ya sea Saúl el rey, ya sea Datán, Coré y Abiram, ya sea Abraham; todos descendían al mismo Seol. Vamos a ver cómo todos ellos nos hablan de descender al Seol; sin embargo, por Jesús según Lucas 16, vemos que en el Seol, en el Hades, había una distinción; un lugar donde estaban los que estaban en castigo, en tormento, conscientes y esperando el juicio, y otro lugar donde estaban los que descansaban en el seno de Abraham. Vamos a ver que el seno de Abraham quedaba en el Seol, o sea en el Hades.
Pasemos a Génesis 25:17, donde se nos cuenta la muerte de Ismael: “Y estos fueron los años de la vida de Ismael, ciento treinta y siete años; y exhaló el espíritu Ismael, y (noten, exhaló el espíritu, entonces ahí entró en la muerte) murió, y fue unido a su pueblo”. Ese “fue unido a su pueblo” fue en el Seol; después lo vamos a ver. Pasemos a Génesis 35:28,29; aquí se nos habla también de la muerte de Isaac: “28Fueron los días de Isaac ciento ochenta años. 29Y exhaló Isaac el espíritu, y murió, y fue recogido a su pueblo”. La palabra es: “recogido a su pueblo”. Cuando murió Lázaro el mendigo, dice que los ángeles lo llevaron al seno de Abraham; esa palabra, “lo llevaron”, quiere decir que hubo una región por la cual vinieron los ángeles, tomaron el alma de él y lo transportaron; ese espacio por el cual fue transportado Lázaro por los ángeles o fue recogida el alma de Isaac, eso se llama la muerte; pero no quedó en el camino; fue a un lugar que se llama el Seol, en el cual una parte era donde estaba el seno de Abraham, pues este patriarca estaba en ese lugar con su pueblo, o sea con su padre Taré, su hermano Nacor, su esposa Sara que había ya muerto, con los abuelos, con Serug, con Reu, con todos aquellos que aparecen allí; se encontró allí con sus antepasados; allí estaba Abraham con sus antepasados porque Abraham fue unido a su pueblo; Ismael también, Isaac también.
Ubicación del Hades: debajo de la tierra
Pasemos a Génesis 37:35; vamos a ver allí la consciencia que tenía Jacob de lo que acontecería con él cuando él muriera; claro que Jacob también sería unido a su pueblo, Jacob también se encontraría con su padre Isaac, con su abuelo Abraham, con su abuela Sara, etc; sin embargo, miren dónde es que él sabía que él iba a ir. Dice aquí Jacob en Génesis 37:35: “Y se levantaron todos su hijos y todas sus hijas para consolarlo; (porque le habían mentido diciendo que José había sido devorado por las fieras, entonces miren cuál era el concepto que tenía Jacob) mas él no quiso recibir consuelo, y dijo: Descenderé enlutado a mi hijo hasta el Seol”. Noten la palabra descender; o sea, descender es bajar de sobre la tierra a debajo de la tierra; por eso la Escritura habla de los que están en los cielos, los que están en la tierra y los que están debajo de la tierra; entonces aquí se habla de Jacob así: “Descenderé enlutado a mi hijo”; él esperaba encontrarse con José, aunque José todavía no había muerto, pero él pensaba que sí; entonces él decía: “Descenderé enlutado a mi hijo hasta el Seol”.
Eso significa que Jacob sabía que él descendería al Seol, y habla de “descender”, es decir, debajo de la tierra. “Y lo lloró su padre”. Pasemos entonces a Génesis capítulo 49 y vamos a ver allí dos versículos: el 29 y el 33; aquí sigue hablando Jacob. Entonces Jacob, ya a punto de morir, reunió a sus hijos y les bendijo, y después que ha bendecido a sus hijos, profetizó, y después de profetizarles, les dice Jacob en Génesis 49:29: “Les mandó luego, y les dijo: Yo voy a ser reunido con mi pueblo”. Ahí se dan cuenta de que el descender al Seol era encontrarse con su pueblo en el Seol. “Yo voy a ser reunido con mi pueblo. Sepultadme con mis padres en la cueva que está en el campo de Efrón el heteo”. En cuanto al yo, a su alma, su personalidad, él va a descender al Seol con su pueblo, va a ser reunido con él; pero en cuanto a su cuerpo que lo entierren en una sepultura y que luego lo transporten allá; y por eso José junto con los egipcios hicieron toda una procesión funeral y lo llevaron hasta esa cueva. El versículo 33 de ese mismo capítulo dice: “Y cuando acabó Jacob de dar mandamientos a sus hijos, encogió sus pies en la cama, y expiró, y fue reunido con sus padres”. ¿Amén, hermanos? Aquí tenemos entonces lo que nos habla la palabra del Señor.
Ahora pasemos un poco más adelante a Números. Ahora sí aparece ese caso misterioso que está en el capítulo 16 de Números donde Coré, Datán y Abiram descienden vivos al Seol. Estamos en Números 16:30,33; allí está hablando Moisés, y dice Moisés: “30Mas si Jehová hiciere algo nuevo, y la tierra abriere su boca y los tragare con todas sus cosas, y descendieren vivos al Seol...”; esa es la cosa distinta.
Generalmente se desciende al Seol muerto, pero aquí dice: “Si Jehová hiciere algo nuevo, y la tierra abriere su boca y los tragare con todas sus cosas, y descendieren vivos al Seol, entonces conoceréis que estos hombres irritaron a Jehová. 33Y ellos, (o sea, Coré con todo su séquito) con todo lo que tenían, descendieron vivos al Seol, y los cubrió la tierra, y perecieron en medio de la congregación”. Esto quiere decir que el Seol está debajo de la tierra. Por eso la Biblia habla de los que están debajo de la tierra. En Apocalipsis 5 hay esa adoración de los que están en el cielo cuando pregunta: ¿Quién puede abrir el libro? Y no había ni en el cielo, ni en la tierra, ni debajo de la tierra, ninguno digno de abrir el libro; y cuando dicen también de los que adoraban al Señor: Oí a todos los que estaban en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra adorando al Cordero; y Filipenses 2 también dice que Dios hizo a Jesús Señor, para que la boca de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra, confiese que Jesús es el Señor.
Pasemos a Deuteronomio 32:22, que es una parte del cántico de Moisés. Aquí está ese famoso cántico que Moisés compuso con Josué por testigo para su pueblo; el pueblo se aprendió el cántico y el pueblo le fue infiel a Dios, pero el cántico le servía de testigo a Dios de que Él se había revelado a ellos, pero que ellos se habían apartado. En el contexto del cántico de Moisés, Deuteronomio 32:22 dice algo donde se nos muestra que por la ira de Dios para los pecadores, hay fuego en el Seol. No solamente en Lucas 16 aparece fuego en el Hades; aquí aparece fuego en el Seol, que es lo mismo que el Hades. “Porque fuego se ha encendido en mi ira, y arderá hasta las profundidades del Seol”; o sea que por la ira de Dios hay fuego en el Seol y en las profundidades del Seol; no solamente en el Seol; ustedes saben que cerca al Seol está el Tártaro, donde también están los ángeles caídos en prisión.
El poder del Señor para meter y sacar del Seol
Pasemos ahora a 1 Samuel 2:6. Este es ahora el cántico de Ana. Vimos las propias palabras de Jacob, las palabras de Moisés acerca de Abraham, Ismael e Isaac; vimos el cántico de Moisés donde Dios habla por Moisés proféticamente; ahora vamos a otro cántico, el de Ana. En el cántico de Ana este versículo es sumamente importante; ojalá lo subrayen y lo tengan en cuenta porque aquí se muestra que el Señor tiene el poder de introducir en el Seol y de sacar del Seol; no sólo meter sino sacar. Si solamente pudiera meter y no sacar, no tendría las llaves, pero sí tiene las llaves y puede hacer bajar al que quiere y hacer salir al que quiere cuando quiera. En la resurrección lo hace de una manera general; cuando le permitió subir a Samuel eso fue un permiso de Dios. Entonces dice aquí en el cántico de Ana, en 1 Samuel capítulo 2:6: “Jehová mata, y él da vida; él hace descender al Seol, y hace subir”. El Señor no solamente hace descender, y noten los verbos: descender y subir; o sea, desde donde comienza el descenso a donde termina el descenso hay un intermedio que se llama la muerte, y donde comienza el ascenso hasta donde se llega hay un intermedio. Él hace descender al Seol, y hace subir también del Seol; este verso es muy importante, hermanos, porque esto nos explica aquí que ya se está preparando el terreno para aquella cautividad que iba a ser tomada por el Señor que llevó cautiva la cautividad; ya desde acá se está preparando el terreno: “Jehová mata, y él da vida; él hace descender al Seol, y hace subir”. Después encontraremos en los profetas otro verso que hay que unir con éste; mientras tanto veamos unos intermedios.
Pasemos a 2 Samuel 22:6; este es un cántico de David que aparece también en la colección del libro I de los Salmos, el 18, donde David, así como en otros lugares se habla de las ligaduras de la muerte, aquí habla de las ligaduras del Seol; ligaduras quiere decir que es una prisión de la que nadie puede salir por sí mismo; sólo Dios puede sacar, pero nadie puede salir; por eso se llama “ligaduras”. Allí dice:
“Ligaduras del Seol me rodearon; tendieron sobre mí lazos de muerte”; esas son palabras de David cuando él se sintió cerca de la muerte; o sea que los lazos de la muerte y las ligaduras del Seol lo habían rodeado, pero el Señor lo libró, ¿amén?
Descender las canas al Seol
Ahora vamos a pasar a 1 Reyes 2:6,9; aquí David le está dando unas directrices serias de gobierno a su hijo Salomón; ya David va a morir.
Durante el tiempo de David, a mucha gente rebelde, incluso asesinos, David los perdonó, los toleró, les dio la palabra de que él mismo no los iba a castigar; hubo un general que mató a otro general; David no lo juzgó, pero le dice a Salomón que él sí lo haga; hubo uno que le tiró piedras a David y lo insultó; David lo perdonó, pero Salomón tiene una instrucción de David que aparece aquí. Le dice David a Salomón aquí en el capítulo 2:6: “6Tú, pues, harás conforme a tu sabiduría; no dejarás descender sus canas al Seol en paz”. O sea, lo juzgarás; Joab mató por sí mismo a un general, ahora Salomón tiene que aplicar la pena de muerte, que era la que Dios había establecido desde el Diluvio. Cuando ya había pasado el Diluvio universal, Dios le apareció a Noé, con ocasión cuando le ofrecieron aquel sacrificio; entonces Dios le dijo que por el hombre será derramada la sangre de aquel que derramare sangre de hombre; Dios estableció esa ley universal, que aquel que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre sería derramada; esa fue una ley general a toda la humanidad; la pena de muerte fue establecida por Dios en la generalidad de la humanidad. Al que mata, dice después Dios en la ley: no aceptarás rescate por aquel que mató, debe pagar por muerte; no aceptar rescate ni fianza; sólo la muerte expiará la muerte; eso es lo que Dios dice. Por eso el Señor tuvo que morir por nuestros pecados, no sólo enfermarse de un dolor de muela; morir.
También respecto a Simei, le dice David a Salomón ya en el verso 9 de 1 Reyes 2: “9Pero ahora no lo absolverás; pues hombre sabio eres; y sabes cómo debes hacer con él; y harás descender sus canas con sangre al Seol. 10Y durmió David con sus padres, y fue sepultado en su ciudad”. Aquí se usa la palabra “dormir” y no estaba el solo, estaba con sus padres; o sea, David estaba con Isaí, con Booz, con Rut, etc., con todos sus antepasados. “Y durmió David con sus padres”.
El Seol, un lugar transitorio
Pasemos ahora al libro de Job donde aparecen bastantes expresiones serias acerca del Seol. Primeramente vamos a Job 7:9; estas palabras son de Job, están en la sección en la que habla Job en los capítulos 6 y 7, que le está respondiendo en este caso a Elifaz temanita. Job viene hablando de la vida pasajera del hombre; Job le está hablando a Dios, y le dice: “8Los ojos de los que me ven, no me verán más; fijarás en mí tus ojos, y dejaré de ser. 9Como la nube se desvanece y se va, así el que desciende al Seol no subirá”; eso es porque hay ligaduras en el Seol que no dejan subir a nadie por sí mismo, a menos que Dios lo haga subir, que Dios le dé permiso; si no, ahí se queda. “El que desciende al Seol no subirá; 10no volverá más a su casa, ni su lugar le conocerá más”. Eso es lo normal del Seol; alguien que salga es solamente algo extraordinario. Pasemos a Job 11:8. Ahora el que habla es Zofar naamatita; esas son palabras de Zofar naamatita; él viene hablando de los secretos de Dios y viene hablando de la perfección del Todopoderoso y dice. “8Es más alta que los cielos; ¿qué harás? Es más profunda que el Seol; ¿cómo la conocerás?” Ahí dice que la perfección de Dios es más profunda que el Seol, es difícil de conocerla por sí misma, a menos que Dios nos vaya revelando progresivamente quién es Él. Pasemos a Job 14:13; aquí el que está hablando es Job mismo, está deseando morir, y dice: “¡Oh, quién me diera que me escondieses en el Seol, que me encubrieses hasta apaciguarse tu ira. Que me pusieses plazo, y de mí te acordaras!” Noten, aquí habla de Seol y plazo, o sea que el Seol se muestra como algo transitorio; por eso es que se dice que los del Seol serán presentados en el juicio del trono blanco y después el Seol será echado con la muerte al lago de fuego; o sea que el Seol, o el Hades, no es lo definitivo; es un lugar transitorio de los muertos donde están las almas de los muertos. Y aquí él habla de eso: ¡Quién me diera que me escondieses en el Seol! Ese estar en el Seol no es eterno; dice: “me escondieses en el Seol”; luego es como un escondite; dice: “¡Que me encubrieres hasta apaciguarse tu ira, que me pusieses plazo, y de mí te acordaras!”, es decir, me sacaras del Seol. Déjame esconder en el Seol y después me sacas otra vez. O sea que aquí Job tiene una conciencia de que el Seol no es definitivo, sino que es transitorio.
Nadie puede salir de allí por sí mismo, pero Dios sí lo puede sacar.
Pasemos a Job 17:13,16; aquí sigue hablando Job; dice Job: “13Si yo espero, el Seol es mi casa; haré mi cama en las tinieblas. 16A la profundidad del Seol descenderán, y juntamente descansarán en el polvo”. Ese polvo y juntamente quiere decir: el cuerpo en el polvo y la persona al Seol. “A la profundidad del Seol descenderán, y juntamente descansarán en el polvo”.
Gentes buenas y malas al Seol
Pasemos a Job 21:13; aquí viene hablando Job de gente que vive mal y sin embargo se muere tranquila; él dice desde el verso 11: “11Salen sus pequeñuelos como manada, y sus hijos andan saltando. 12Al son de tamboril y de cítara saltan, y se regocijan al son de la flauta.
13Pasan sus días en prosperidad, y en paz descienden al Seol”. Aquí está quejándose Job de algunos, como dice también Salomón en Eclesiastés: Hay justos a quienes acontecen cosas de injustos como a Job, y hay injustos, quienes viven como si fueran justos; es decir, parece que viven en prosperidad, no tienen dificultades, hasta se mueren tranquilos; claro, hasta ahí; ya de ahí para adelante las cosas cambian.
Seguimos en Job 24:19; éstas siguen siendo palabras de Job: “La sequía y el calor arrebatan las aguas de la nieve; así también el Seol a los pecadores”. Cuando dice que la sequía y el calor arrebatan las aguas de la nieve, ahí vemos que la nieve tiene las aguas, pero el calor le arrebata las aguas a la nieve; la nieve por el calor se derrite y libera las aguas y ahora dice así: “así también el Seol a los pecadores”; o sea que así como el calor arrebata las aguas a la nieve, el Seol arrebata a los pecadores. ¡Cosa seria! Nos vamos dando cuenta de que cuando se habla del Seol, que en el Seol hay gente buena; o sea, hablando de la gente en el tiempo del Antiguo Testamento; hay gente buena y hay gente mala; hay pecadores pero también está Abraham, ¿amén?
Job 26:6; estas son también palabras de Job: “El Seol está descubierto delante de él”; significa que Dios ve todo lo que pasa en el Seol; aunque ellos están a oscuras, Dios lo ve todo: “El Seol está descubierto delante de él, y el Abadón no tiene cobertura”. Abadón es donde están esos espíritus que tienen el rey del abismo, el Abadón. El abismo se llama en hebreo Abadón; son espíritus malvados; entonces él aquí habla de las dos cosas: “El Seol está descubierto delante de él, y el Abadón no tiene cobertura”; o sea, Dios ve todo lo que está pasando en el Seol y todo lo que está pasando en el Abadón; y por eso en Apocalipsis, cuando habla de los que son atormentados, dice que “será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero” (Ap. 14:10b); o sea que Dios sabe todo lo que está aconteciendo. Hay un Salmo que llegaremos a él que dice que nada se esconde de Su presencia y que Su Espíritu está en todas partes; aún en el Seol está el Espíritu de Dios; entonces es el lugar de la muerte donde unos esperan para juicio y otros esperaban al Mesías que los sacara del Seol, los hiciera subir, como una profecía decía que sucedería; vamos a llegar allí.
Pasemos ahora al libro de los Salmos; primero al Salmo 6:5, que dice: “Porque en la muerte no hay memoria de ti; en el Seol, quien te alabará?” Esa era la pregunta y la opinión de David, porque dice David: En la muerte nadie te alabará; en el Seol, ¿quién te alabará?.
En el Salmo 9:17, que también es un Salmo de David, él dice así: “Los malos serán trasladados al Seol, (y vuelvo a subrayar el verbo trasladar) todas las gentes que se olvidan de Dios”. Pasemos al Salmo 16:10; este es el versículo que acabamos de leer, donde aparece la profecía en que también el Señor Jesús mismo descendería al Hades: “Porque no dejarás mi alma en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción”. Esta es una profecía mesiánica, del Espíritu de Cristo por David. Pasemos al Salmo 18:5; allí también sigue hablando David cuando estaba a punto de que lo mataran; el Salmo comienza así:
“1Salmo de David, siervo de Jehová, el cual dirigió a Jehová las palabras de este cántico el día que le libró Jehová de mano de todos sus enemigos y de mano de Saúl (que querían matarlo). Entonces dijo: (entre las cosas que dijo está ésta del versículo 5) 5Ligaduras del Seol me rodearon, me tendieron lazos de muerte”. David estaba a punto de morir, pero el Señor lo libró.
Dios puede hacer subir al alma del Seol
Salmo 30:3; este también es un Salmo de David que, después de que ya lo había compuesto David, se cantaba en la dedicación de la casa de Dios, y dice: “Oh, Jehová, hiciste subir mi alma del Seol”.
¡Interesante! Dios puede hacer subir el alma del Seol, no solamente a David, sino a Lázaro; no sólo a Lázaro el mendigo que se sentaba a la puerta del rico de Epulón, sino a Lázaro el hermano de Marta y de María. Pasemos al 31:17. Miren estas palabras misteriosas de lo que acontece en el Seol cuando las personas quedan mudas por el juicio de Dios; este Salmo también es de David; él viene hablando desde el 14: “14Mas yo en ti confío, oh Jehová; digo: Tú eres mi Dios. 15En tu mano están mis tiempos; líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores. 16Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; sálvame por tu misericordia. 17No sea yo avergonzado, oh Jehová, ya que te he invocado; (no yo, Jehová, los impíos, esos sí) sean avergonzados los impíos, estén mudos en el Seol”; o sea, mudos de vergüenza en el Seol. Daniel también habla de vergüenza perpetua.
La vergüenza perpetua hace que la gente se quede muda, ya no hay tiempo de otra cosa. Pasemos al Salmo 49:14-15. Este Salmo ya no es de David, es de los hijos de Coré; o sea, Coré con su séquito pereció, pero una minoría de hijos sobrevivió como dice allí en el Pentateuco, y esos aprendieron la lección y llegaron a ser Salmistas del Señor y adoradores del Señor, y hay varios Salmos de los hijos de Coré, y este Salmo, el 49, es de los hijos de Coré; ellos que vieron y supieron lo que le pasó a su propia familia; y dicen los hijos de Coré hablando en el versículo 14: “Como a rebaños que son conducidos al Seol, la muerte los pastoreará”. Noten la palabra: la muerte pastoreando o conduciendo al Seol. La muerte es primero y el Hades le seguía; entonces la muerte los pastorea; o sea, una vez que entran en la muerte, de la muerte son conducidos o pastoreados al Seol como rebaños. “14Como a rebaños que son conducidos al Seol, la muerte los pastoreará, y los rectos se enseñorearán de ellos por la mañana; (¿por qué? ellos son los que resucitaron) se consumirá su buen parecer, y el Seol será su morada”. Eso en cuanto a ellos.
“15Pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol”; noten la esperanza de la resurrección; “redimirá mi vida del poder del Seol, porque él me tomará consigo”; es decir, me sacará del Seol y me tomará consigo; esto era lo que esperaban los justos.
El pozo de la perdición
Pasemos al Salmo 55:15; este Salmo es de David, es un Salmo pidiendo la destrucción de los amigos traicioneros. Estas palabras son imprecaciones de David contra los que lo traicionan, y dice: “Que la muerte les sorprenda; desciendan vivos al Seol”. En el verso 23 del mismo Salmo dice: “Mas tú, oh Dios, harás descender aquellos al pozo de perdición”; así le llama, “pozo de perdición”. El Salmo 86:13; éste ya está en el tercer libro de los Salmos; esta es una oración de David, y dice: “Porque tu misericordia es grande para conmigo, y has librado mi alma de las profundidades del Seol”. Pasemos al 88:3, éste es de Hemán ezraita. ¿Recuerdan que cuando se mencionaba la sabiduría de Salomón se dice que incluso era más sabio que este Hemán? Este fue un gran hombre sabio que hubo en la misma época de Salomón, que era amigo de Salomón y que fue considerado de los hombres más sabios junto con Salomón, y de él sobrevivió este Salmo 88; este Salmo es de Hemán ezraita y el siguiente es de Etán ezraita, dos sabios; y dice Hemán ezraita en el Salmo 88:3: “Porque mi alma está hastiada de males, y mi vida cercana al Seol”. Este gran sabio también esperaba ir al Seol como Jacob, como Abraham. Salmo 89:48; este otro Salmo es el de Etán ezraita, o sea de aquel sabio; él se hace una pregunta; miren la pregunta de este sabio Etán ezraita:
“¿Qué hombre vivirá y no verá muerte? Librarás su vida del poder del Seol?” El hombre por sí mismo no puede detener la muerte; Dios fue quien se llevó a Enoc y que levantó a Elías, y el que resucitará a los muertos, ¿amén? y el que llevó cautiva la cautividad; pero este Etán ezraita no conocía todavía todo lo que vendría en el futuro, aunque era muy sabio preguntaba: “¿Qué hombre vivirá y no verá muerte? ¿Librará su vida del poder del Seol?”
Pasemos al Salmo 116:3. Estamos haciendo el seguimiento para que nos quede claro este asunto del Seol, teniendo todos los versos juntos. Este es un Salmo anónimo, pero inspirado por el Espíritu Santo como los demás. Este es un hombre grato; dice: Acción de gracias por haber sido librado de la muerte; de eso trata este Salmo; en ese contexto dice: “3Me rodearon ligaduras de muerte, me encontraron las angustias del Seol; (y aquí ya relaciona la palabra “angustias” con el Seol) angustia y dolor había yo hallado. 4Entonces invoqué el nombre de Jehová, diciendo: Oh Jehová, libra ahora mi alma”; o sea, acción de gracias por haber sido librado de la muerte y de las ligaduras del Seol.
Pasemos al Salmo 139:7,8; éste es el que habíamos adelantado mencionándolo, donde se habla de la omnipresencia del Espíritu del Señor, como aquel otro hablaba que el Seol y el Abadón estaban delante del Señor; este Salmo que es de David, dice: “7¿A dónde mi iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? 8Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás”. Significa que el Espíritu del Señor está en el Seol también, porque Dios es omnipresente; no hay lugar donde Él no esté. Y la Palabra enseña por David que no podemos huir de Su Espíritu, que aun en el Seol Él está; y si se escondiere allá en el Seol, dice el Salmo, “allí tu estás”.
La boca del Seol
Pasemos al 141:7; aquí se nos habla de una cosa curiosa, se nos habla de la boca del Seol. Hay lugares donde se habla de las puertas, pero aquí se habla de la boca y parece que habla en relación con el cuerpo, porque dice ese Salmo de David: “Como quien hiende y rompe la tierra, son esparcidos nuestros huesos a la boca del Seol”. No era sólo el Seol, era la boca del Seol.
Ahora, vamos a considerar qué nos habla del Seol el libro de Proverbios, que es de Salomón y también de algunos sabios que hablan allí, recopilados por Salomón. Proverbios 1:11,12; allí están hablando unos bandidos que quieren hacer comunidad de bandidos para robar y para matar; ellos ya tenían el recuerdo de que el Seol tragaba viva a la gente de vez en cuando; entonces ellos están diciendo en el verso 11: “11Pongamos asechanza para derramar sangre, asechemos sin motivo al inocente; 12los tragaremos vivos como el Seol, y enteros, como los que caen en un abismo”. Estas palabras son palabras de bandidos que sabían que la gente alguna vez, como en el caso de Coré, habían caído vivos al Seol, y como quería David que los traidores entraran vivos al Seol; entonces ahora estos bandidos hablan así de los inocentes: “Los tragaremos vivos como el Seol”; no que el Seol los tragara vivos, sino ellos, los bandidos, pero ellos van a hacerse como el Seol. Proverbios 5:5; éste es bastante serio, especialmente para los varones; aunque aquí habla a los varones, claro que supongamos que aquí no le habla a las hermanas, porque creo que las hermanas no van a actuar así, pero si las mujeres actúan de la manera que estos hombres que son conducidos al Seol, ellas también irán al Seol. Entonces dice aquí en el contexto de las amonestaciones contra la impureza, y que habla de la mujer extraña que destila miel: “Sus pies descienden a la muerte; sus pasos conducen al Seol”; o sea, el adulterio, la prostitución y cosas semejantes conducen a la muerte y al Seol. Entonces, “hijo mío, está atento a mi sabiduría”.
Pasamos a Proverbios 7:27, donde también se sigue hablando de las artimañas de la ramera, y dice respecto de la ramera: “Camino al Seol es su casa, que conduce a las cámaras de la muerte”. Entonces, noten, la casa de ella conduce a las cámaras de la muerte y camino al Seol. Proverbios 9:16-18, sigue hablando en el mismo contexto de la mujer insensata; dice que es alborotadora, etc. etc. “16Dice a cualquier simple: Ven acá. A los faltos de cordura dijo: 17Las aguas hurtadas son dulces, y el pan comido en oculto es sabroso. 18Y no saben que allí están los muertos; que sus convidados están en lo profundo del Seol”. ¡Qué cosa! No sólo en el Seol, sino en lo profundo del Seol. Proverbios 15:11,24; allí dice: “11El Seol y el Abadón están delante de Jehová”. Como lo decía el Salmo, aquí lo dice Proverbios, lo dice Salomón: “El Seol y el Abadón”, son cosas diferentes, el Seol es el Hades y el Abadón es el Tártaro. En el Seol están las almas de los muertos y en el Abismo o en el Tártaro están los ángeles aprisionados; entonces son dos cosas: El Seol y el Abadón, los dos están delante de Jehová. El versículo 24 dice: “El camino de la vida es hacia arriba (hacia los cielos) al entendido, para apartarse del Seol abajo”. El Seol es abajo y el camino de la vida es hacia arriba.
El Seol es insaciable
Proverbios 23:13,14; aquí habla de la necesidad de corregir a los hijos, y dice porqué; dice: “13No rehúses corregir al muchacho; porque si lo castigas con vara, no morirá. 14Lo castigarás con vara, y librarás su alma del Seol”. No quiere decir que no vaya al Seol en el Antiguo Testamento, pero no va a las profundidades del Seol, a la parte negativa del Seol; irá como Abraham al Seol, pero no a esa parte terrible; entonces por eso dice: Corregirás con vara al muchacho; no rehúses corregirlo con vara, no morirá; corrígelo con vara y apartarás o librarás su alma del Seol. En Proverbios 27:20 dice otra cosa terrible, dice: “El Seol y el Abadón nunca se sacian; así los ojos del hombre nunca están satisfechos”; el hombre siempre está queriendo ver más y más, y ver esto y ver aquello; dice que así el Seol y el Abadón no se sacian. La palabra Seol tiene unas raíces que significan en hebreo: “insaciable”; y aquí dice: El Seol y el Abadón nunca se sacian. Pasemos ahora a Proverbios 30:15,16, también relacionado con la insaciabilidad del Seol; leemos el contexto: “15La sanguijuela tiene dos hijas que dicen: ¡Dame! ¡dame! Tres cosas hay que nunca se sacian; aún la cuarta nunca dice: ¡Basta!”. La primera que menciona es el Seol, la primera cosa que no se sacia: “16El Seol, (después menciona) la matriz estéril, la tierra que no se sacia de aguas, y el fuego que jamás dice: ¡Basta!”; pero allí menciona el Seol.
El Seol en Eclesiastés y Cantares
Seguimos con Salomón, en Eclesiastés 9:3,10. Leamos los dos versículos para tener el contexto más completo; allí está hablando Salomón; dice: “3Este mal hay entre todo lo que se hace debajo del sol, que un mismo suceso acontece a todos, y también que el corazón de los hijos de los hombres está lleno de mal y de insensatez en su corazón durante su vida; y después de esto se van a los muertos”.
¿Cuál es el consejo? “10Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, (y aquí le está hablando Salomón incluso al pueblo para que sea justo) no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría”; allí se habla del Seol.
Otro pasaje donde se habla del Seol es Cantar de los Cantares 8:6, también de Salomón; allí habla la amada y habla de la dureza del amor; pero también al hablar de la dureza del amor, habla de la dureza de los celos y del Seol; dice: “Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo; porque fuerte es como la muerte el amor; duros como el Seol los celos”. Aquí se habla del Seol como duro.
Las sillas del Seol
Ahora, pasamos a considerar a Isaías. Estamos haciendo el seguimiento de toda la Biblia. Isaías 5:14. Isaías también habla pero terrible del Seol; aquí habla de los malvados; el pasaje es ayes sobre los malvados; dice el versículo 8: “¡Ay de los que juntan casa a casa, y añaden heredad a heredad hasta ocuparlo todo! ¿Habitaréis vosotros solos en medio de la tierra?” Es la avaricia de querer tener todo para sí mismo, las casas y las tierras, sin dejar nada para los demás; entonces dice Isaías en el verso 14: “Por eso ensanchó su interior el Seol, y sin medida extendió su boca; y allá descenderá la gloria de ellos, y su multitud, y su fausto, y el que en él se regocijaba”; se regocijaba en el fausto, en las riquezas, y se ensanchó el Seol; dice: ensanchó su boca, su interior y allá descenderán.
Pasemos al capítulo 14:9-12,15. Aquí Dios está hablando nada menos que a Babilonia; es una profecía hacia el rey de Babilonia, y le dice así Dios: “9El Seol abajo se espantó de ti”. Noten esa palabra, “se espantó”, quiere decir que las gentes estaban en el Seol conscientes, se espantaron cuando también el rey de Babilonia que los había conquistado a todos y que se creía divino, también él cayó al Seol; entonces miren este pasaje que es interesante porque nos retrata una escena en el Seol, una escena con personas conscientes; dice así:
“El Seol abajo se espantó de ti; despertó muertos que en tu venida (o sea, la venida para abajo) saliesen a recibirte; (o sea que la gente en el Seol decía: ¡uy! hoy está cayendo acá también el rey de Babilonia: vamos a recibirlo) hizo levantar de sus sillas (o sea que en el Seol hay sillas y en esas sillas estaban estos príncipes) a todos los príncipes de la tierra, a todos los reyes de las naciones”. Todos ellos, noten, todo ese montón de reyes de la antigüedad que habían muerto y que el rey de Babilonia había dominado, “10Todos ellos darán voces, y te dirán: ¿Tú también te debilitaste como nosotros, y llegaste a ser como nosotros? 11Descendió al Seol tu soberbia, y el sonido de tus arpas; gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán”. Y después de hablar al rey de Babilonia, le habla al que está detrás, porque Babilonia era una de las cabezas de la bestia dirigida por una de las cabezas del dragón, y detrás del rey de Babilonia está el dragón; por eso después de que le habla al de Babilonia, le habla también al dragón: “12¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana!”
Entonces le habla a los dos: primero al hombre y luego le habla al otro; pero entonces cuando le habla, le dice así: “15Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo”.
Ahí vemos, pues, al abismo cerca del Seol y Satanás es echado al Seol, a los lados del abismo, pero no todavía al abismo, porque él será echado al abismo después de la venida del Señor; va a ser sellado en el abismo para que venga el Milenio, y después recién sale del abismo; o sea, Satanás no está todavía en el abismo; hay otros espíritus que están en el abismo; Satanás no bajó todavía al abismo; él bajará al abismo para el Milenio, mientras tanto bajó hasta el Seol, cerca del abismo, pero todavía se mueve.
Pasemos a Isaías 28:15,18; aquí está en el contexto de las profecías a Jerusalén, aquí habla de cosas misteriosas en Jerusalén. Dios, en otro pasaje, le mostraba al profeta Ezequiel las abominaciones que algunos cometían en Jerusalén, cómo participaban en idolatrías, en hechicerías y todas esas cosas; incluso, aquí aparece por primera vez el pacto de la gente con la muerte y con el Seol; la gente pensando hacer pacto con la muerte.
Pacto con el Seol
Hay gente que hace pacto hasta con el diablo pensando que cuando se muera va a tener su reino con el diablo, le creen al mentiroso, y miren, aquí lo dice el Señor de gente de Jerusalén, pero que se apartó del Señor. Isaías 28:14-15,18: “14Por tanto, varones burladores que gobernáis a este pueblo que está en Jerusalén, oíd la palabra de Jehová. (Noten, son burladores, gente incrédula) 15Por cuanto habéis dicho: Pacto tenemos hecho con la muerte, e hicimos convenio con el Seol; cuando pase el turbión del azote, no llegará a nosotros, porque hemos puesto nuestro refugio en la mentira; y en la falsedad nos esconderemos”. Entonces dice el Señor en el 18: “Y será anulado vuestro pacto con la muerte, (porque Él es el que tiene las llaves) y vuestro convenio con el Seol no será firme; (no que no lo hicieron, lo hicieron, pero el Señor lo invalidará) cuando pase el turbión del azote, seréis de él pisoteados”. Ellos pensaban que con la ayuda de ultratumba iban a estar felices en este mundo y en el otro, pero el Señor les dijo que no.
Las puertas del Seol
Pasemos a Isaías 38:9-10,18; esta parte aparece en la escritura de Ezequías; el rey Ezequías escribió una escritura, y es esa escritura de Ezequías la que se menciona en el verso 9: “9Escritura de Ezequías rey de Judá, de cuando enfermó y sanó de su enfermedad: (el que habla aquí es Ezequías) 10Yo dije: (decía Ezequías) A la mitad de mis días iré a las puertas del Seol”. Esta es la primera vez, en la Escritura de Ezequías, donde aparecen las puertas del Seol; la primera vez en el Antiguo Testamento; después el Señor habla de las puertas del Hades; pero esa mención del Señor en Mateo, ya la había introducido Ezequías en su Escritura, su testimonio, cuando estaba a punto de morir: “A la mitad de mis días iré a las puertas del Seol; privado soy del resto de mis años”. Y luego en su oración decía Ezequías en el verso 18: “Porque el Seol no te exaltará, ni te alabará la muerte”.
Parece que Ezequías leía los Salmos de David; de hecho Ezequías mandó a recopilar Salmos de David y Asaf y los Proverbios de Salomón, y él había leído esos Salmos; ahora con las mismas palabras de David dice allí: “El Seol no te exaltará, ni te alabará la muerte; ni los que descienden al sepulcro esperarán tu verdad”.
Isaías 57:9; aquí está hablando Dios contra la idolatría y los idólatras; dice: “Y fuiste al rey con ungüento, y multiplicaste tus perfumes, y enviaste tus embajadores lejos, y te abatiste hasta la profundidad del Seol”. Ahora, aunque les parezca raro, el profeta Jeremías no mencionó el Seol; Jeremías no lo mencionó.
Vamos a Ezequiel 31:15-17. Desde el capítulo 29 de Ezequiel es una colección de profecías contra Egipto. El 29, el 30, el 31 y el 32 son profecías acerca de Egipto; y miren lo que Dios dice por boca del profeta Ezequiel en el 31:2 dice: “2Hijo de hombre, di a Faraón rey de Egipto, y a su pueblo”. Dios le está hablando a Egipto; ¿qué le habla en los versos 15 al 17? Lo siguiente: “15Así ha dicho Jehová el Señor: El día que descendió al Seol, (está hablando de Faraón cuando Faraón cayó al Seol) hice hacer luto, hice cubrir por él el abismo, y detuve sus ríos, y las muchas aguas fueron detenidas; al Líbano cubrí de tinieblas por él, y todos los árboles del campo se desmayaron. 16Del estruendo de su caída hice temblar a las naciones, cuando las hice (a las naciones) descender al Seol con todos los que descienden a la sepultura; (o sea, descienden primero a la sepultura y luego pasan al Seol) y todos los árboles escogidos del Edén, y los mejores del Líbano; todos los que beben aguas, fueron consolados en lo profundo de la tierra”. Noten, allá algunos fueron consolados, ¿de qué? de que fue juzgado Faraón; entonces por eso fueron consolados algunos; ¿dónde fueron consolados? En las profundidades de la tierra, que allí está el Seol. “17También ellos descendieron con él al Seol, con los muertos a espada, los que fueron su brazo, los que estuvieron a su sombra en medio de las naciones”.
Poderosos en el Seol
Pasemos a Ezequiel 32:21,27; allí dice: “21De en medio del Seol hablarán a él los fuertes”; entonces están conscientes, estaban los fuertes y le hablarán al Faraón; antes el Faraón era el que decía lo que quería y los otros le obedecían, como el de Babilonia decía lo que quería, pero ahora le dicen: Tú también, y lo mismo pasará con el de Egipto. “21De en medio del Seol hablarán a él los fuertes de los fuertes, con los que le ayudaron, que descendieron y yacen con los incircuncisos muertos a espada”. Ahora, no solamente allí en el Seol está Egipto con sus naciones; también dice el 22: allí está Asiria; los asirios también están en el Seol; el 24: “Allí Elam”; los elamitas también en el Seol; el versículo 26: “Allí Mesec y Tubal, y toda su multitud”; también los rusos en el Seol; y en el verso 27 dice: “Y no yacerán con los fuertes de los incircuncisos que cayeron, los cuales descendieron al Seol con sus armas de guerra, y sus espadas puestas debajo de sus cabezas; mas sus pecados estarán sobre sus huesos, por cuanto fueron terror de fuertes en la tierra de los vivientes”. El verso 29 dice quién está también allí: “Allí Edom, sus reyes y todos sus príncipes”, en el Seol. En el 30: “Allí los principes del norte, todos ellos, y todos los sidonios”, o sea los fenicios. Dice el 31: “A éstos”, o sea, a los de Asiria, los de Elam, sus propios amigos, los de Mesec y Tubal, ¿amén? los del norte, los de Edom, “31A éstos verá Faraón, (¡ay! cuando Faraón se dé cuenta de que allá están todos esos otros) y se consolará sobre toda su multitud”. Cuando vea a los otros muertos; dice: “A éstos verá Faraón, (allá en el Seol) y se consolará de toda su multitud; Faraón muerto a espada, y todo su ejército dice Jehová el Señor”. Entonces, hermanos, el Seol es muy amplio; ¡Cuántas naciones caben allá!
Ahora pasemos a Oseas 13:14. Después de Ezequiel está Daniel, que tampoco menciona el Seol. Oseas 13:14. Hermanos, este capítulo es sumamente importante; éste ojalá lo subrayen, porque aquí como aquel otro que mencionamos, está preparando la resurrección y también preparando la llevada de la cautividad por parte del Señor.
Profecía sobre la llevada cautiva de la cautividad
Leamos este verso; en Oseas es donde se profetiza la resurrección del Señor al tercer día, como ustedes lo pueden ver en el capítulo 6 de Oseas; allí aparece la resurrección, en el verso 2: “Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él”. Allí profetiza la resurrección del Señor al tercer día, para darnos vida. Y en el capítulo 13:14, dice: “De la mano del Seol los redimiré”. Noten, Dios que hace subir del Seol. Es importante este verso tenerlo presente para entender luego Efesios y lo demás. “De la mano del Seol los redimiré y los libraré de la muerte. Oh, muerte, yo seré tu muerte; y seré tu destrucción, oh Seol”; por eso el Seol es echado al lago de fuego, “y seré tu destrucción, oh Seol; la compasión será escondida de mi vista”; se trata de cuando Dios mande a la muerte y al Hades al lago de fuego.
Amós 9:2; dice el Señor: “Aunque cavasen hasta el Seol, (o sea, que realmente está debajo de la tierra) de allá los tomará mi mano; y aunque subieren hasta el cielo, de allá los haré descender”. Nadie se puede esconder de Dios.
Pasemos a Jonás 2:2; noten que Jonás fue tirado al mar, se sintió muerto y lo tragó el pez; ésta es la señal de Jonás; esto que le pasó a Jonás es una señal; Jesús habló que esta es una señal, la señal de Jonás, que así como Jonás estuvo tres días en el vientre del pez, así el Señor estaría también y sería liberado. Dice aquí en Jonás 2:2: “Desde el Seol clamé, y mi voz oíste”.
Habacuc 2:4,5: “4He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá. 5Y también el que es dado al vino es traicionero, hombre soberbio, que no permanecerá; ensanchó como el Seol su alma, y es como la muerte, que no se saciará; antes reunió para sí todas las gentes, y juntó para sí todos los pueblos”. Ese es el soberbio; digamos, el anticristo es el prototipo del hombre soberbio. Dice: “ensanchó como el Seol su alma, y es como la muerte”.
El Hades en el Nuevo Testamento
Ahora sí llegamos al Nuevo Testamento. Primero Mateo 11:23; ahora ya en el Nuevo Testamento la palabra Seol se traduce Hades, pero es exactamente lo mismo; estamos siguiendo todos los versos que hablan del Seol y el Hades para que tengamos claro qué es eso del Hades, que le sigue a la muerte.
Dice Dios a una ciudad, oigan, a una ciudad: “Y tú, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades, serás abatida; porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy”. La misma cosa está profetizada en Lucas 10:15, que es exactamente lo mismo, la profecía sobre que Capernaum se había exaltado a sí misma, y sería derribada hasta el Seol. Noten que aquí el Señor dice: Hades.
Puertas del Hades
Pasemos ahora a Mateo 16:18, uno de los pasajes más conocidos, donde el Señor hace una promesa a la Iglesia; noten qué preciosa es esta promesa; así como Ezequías habló de las puertas del Seol, aquí el Señor habla de las puertas del Hades; son puertas, plural; dice el Señor a Pedro: “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, (y no dice sobre ti, sino sobre esta roca, lo que él acababa de confesar acerca de quién era Jesús; de parte de Dios le fue revelado y él confesó que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente, y esa es la roca y el Señor dice aquí:) y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”; o sea que las puertas del Hades no pueden retener a los que creen en el Señor ni tampoco pueden impedir el avance de la Iglesia; las puertas del Hades no prevalecerán contra la Iglesia, ¡Qué precioso es esto!
El Seol es diferente del sepulcro
Pasemos a Lucas 16:23, que ésta es la mejor descripción del Seol hecha por el Señor Jesús; esta es la mejor descripción porque aquí no dice que es una parábola; aquí el Señor está contando un suceso, éstas son palabras del Señor Jesús, no hay palabras más autorizadas que éstas; el Padre dijo: Este es mi Hijo amado, a Él oíd. Tenemos que leer todo esto porque muchos andan diciendo que el Seol es el sepulcro, que la gente se muere y ya no es más consciente de nada, pero todo lo que hemos leído nos muestra otra cosa, ¿verdad? Y este pasaje muchísimo más; allí es donde el Señor muestra que había esa división en el Seol, que es el Hades. Leamos desde el verso 19, palabras del Señor Jesús: “19Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez.
20Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquel, lleno de llagas, 21y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. 22Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado (no sabemos por cuántas regiones) al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. 23Y en el Hades alzó sus ojos, (o sea que no era un cadáver inconsciente; el cuerpo fue sepultado, pero él, el rico, su alma, su corazón) estando en tormentos, (noten, Jesús describe tormentos transitorios, pero tormentos en el Seol, en el Hades) y vio de lejos a Abraham y a Lázaro en su seno”.
Por eso, también Abraham estaba en el Hades, pero en otra sección, y Lázaro en su seno. “24Entonces él, dando voces, dijo: (o sea, se podían comunicar de lejos) Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama”. Hay llama y tormento consciente en el Seol, en la sección de los perdidos.
“25Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que tu recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. 26Además de todo esto, una gran sima ( son palabras del Señor Jesús) está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. 27Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, 28porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento”. Así le llamó: “lugar de tormento”. “29Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. 30Él entonces dijo; No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, (o sea, estaba entre los muertos) se arrepentirán. 31Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos”.
Pasemos a Hechos 2:27,31. En el 27 está la cita con la que iniciamos: “No dejarás mi alma en el Hades”; y en el 31: “Viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción”.
Jesús tiene las llaves del Hades
La otra mención que aparece del Hades es Apocalipsis 1:18, que la estuvimos viendo cuando vimos al Hijo del Hombre glorificado; allí dice: “El que vivo y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades”. El Señor resucitado tiene las llaves de la muerte y del Hades.
Apocalipsis 6:8, que es el que leímos hoy: y el Hades le seguía a la muerte, y Apocalipsis 20:13,14, que son los finales, los que les dije al principio: “13Y el mar entregó los muertos que había en él”. Noten, esto es para el juicio del trono blanco; todavía había muertos en el mar después del Milenio y después de la soltada de Satanás y de la rebelión de las naciones, y había muertos en el mar; o sea, personas que habían muerto, no sólo cadáveres, muertos en el mar; eso es muy misterioso, pero hay que aceptarlo como está escrito. “Y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos”; todavía había muertos que habían durado todo el tiempo del Milenio en la muerte y también en el Hades; son dos cosas distintas; la Biblia habla de muertos en el mar, muertos en la muerte y muertos en el Hades. Algo misterioso, por eso ahí Elifaz temanita habla en Job que le apareció un fantasma y le habló unas cosas misteriosas, ¿recuerdan? Elías temanita cuando habla con Job, en su primera respuesta a Job, allí habla de un fantasma que le dio unas palabras, que si acaso el hombre podía justificarse, si el hombre no era nada, etc.
Entonces dice aquí: “Y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos”. No todos estaban en el Hades; eso es lo misterioso que quiero resaltarles, no todos los muertos estaban en el Hades; unos estaban en la muerte y otros estaban en el mar. Muertos en el mar, muertos en la muerte y muertos en el Hades; entonces dice: “la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego”.
Estos son los versos, todos, que nos hablan del Seol y del Hades. Después, el Señor Jesús, cuando Él bajó, dice Pedro, predicó en el Hades, pero ya el tiempo no nos da para entrar en eso; entonces vamos a parar aquí. ☐
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