lunes, 3 de enero de 2011

LIBROS CELESTES

LIBROS CELESTES

“El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles”. Apocalipsis 3:5.

Variedad de libros
Hermanos, en esta serie del Apocalipsis que estamos teniendo, hemos terminado el capítulo 3 del libro del Apocalipsis, hemos terminado la consideración del mensaje del Señor a las siete iglesias en Asia Menor, que es un mensaje profético del Espíritu Santo a toda la historia de la Iglesia, a todas las iglesias de la tierra; pero antes de entrar al capítulo 4, en la noche de hoy quisiera hacer un excursus; o sea, tratar un tema de lo que se trató en las edades de la Iglesia pero que no se pudo tratar más a fondo; entonces lo dejamos para tratarlo al final, puesto que en el tratamiento de cada período de la Iglesia no hubo el tiempo para tratarlo a fondo. Ustedes recuerdan que mencionamos, cuando tratábamos el mensaje a la iglesia en Sardis, que hay un verso misterioso, serio, que dice el Señor allí; entonces el excursus es para profundizar un poquito más en la consideración de lo que el resto de la palabra del Señor dice al respecto, que cuando tratamos a Sardis no lo pudimos tratar a fondo. Si ustedes se fijan en el capítulo 3, en el versículo 5 del Apocalipsis, allí decía y dice el Señor Jesús: “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.” Aquí hay una frase bastante seria; aunque aquí lo dice como una promesa, lo que es serio es lo que uno se pregunta e implica. Lo que dice es que al que venciere, no borrará su nombre del libro de la vida; eso está claro, pero la pregunta que las personas se hacen es: ¿Y si un creyente nacido de nuevo no venciere, qué pasa? ¿Su nombre es borrado del libro de la vida? ¿O será que un creyente nacido de nuevo, como dice la Escritura, vence el mundo? Porque dice San Juan: “Todo lo que es nacido de Dios vence al mundo”; entonces ahí es donde uno se pregunta no por lo que está escrito, sino por lo que no está escrito; y si no vencen, ¿será borrado su nombre del libro de la vida? Lógico que es una pregunta seria que merece una consideración más detenida.

Yo estuve tomando algunas notas que quisiera compartir con mis hermanos en este excursus, y tener más en cuenta algunos detalles.


La primera vez que aparece este asunto de un libro donde están nuestros nombres, y no sólo un libro, sino muchos libros donde también están nuestras obras, aparece por primera vez en el libro del Éxodo; es la primera vez en que se menciona este asunto; luego se vuelve a mencionar de una manera un poco más compleja; entonces quisiera que fuéramos a Éxodo 32:32-33; allí está Moisés, movido por el Espíritu de Cristo, intercediendo por el pueblo de Israel que había pecado con idolatría y desenfreno mientras Moisés estaba recibiendo las tablas de la ley. Cuando bajó Moisés encontró el desastre, rompió las tablas; hubo aquel juicio de parte de los levitas que se pusieron de parte de Jehová, al lado de Moisés, y Moisés se volvió a interceder profundamente, y en esa intercesión Moisés dijo unas palabras al Señor que no sabemos de donde tomó el conocimiento de eso, porque de Génesis hasta este pasaje no aparece enseñanza acerca del asunto, y la primera vez que Moisés lo menciona ya lo da como un hecho; o sea que es una revelación que tuvo Moisés y Dios le contestó como que es así, como Moisés estaba diciendo, que sí realmente existía un libro, y no sólo uno, porque vamos a ver que hay otros; pero es aquí cuando aparece por primera vez.


Dice Éxodo 32:32-33 así: “Que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito”. Aquí Moisés tiene un conocimiento en la presencia de Dios, de un libro escrito por Dios donde Moisés está inscrito. Vemos que Moisés escribe que si no va a perdonar a Israel su pecado, que lo borre del libro: “Ráeme ahora de tu libro que has escrito”; aquí, por las palabras de Moisés, todavía no vemos la respuesta de Dios. Por la palabra de Moisés parece que este libro ya tenía cosas escritas, y es lo que vamos a estar estudiando, porque el libro de la vida no es una cosa simple; parece que es una cosa compleja; allí vamos a encontrar versículos que nos hablan de varios libros y versículos que nos hablan de cosas que ya estaban escritas, de cosas que se están escribiendo ahora y de cosas que se van a escribir después y también de cosas que se borran; entonces es interesante ver todas estas cosas. Cuáles son las que la Biblia enseña que ya venían escritas, cuáles son las que se van escribiendo y cuáles las que se van a escribir a partir de un momento futuro; así que no es un libro así simple. Hay pasajes donde se habla del libro de los vivientes donde por el contexto parece que están escritos incluso los impíos que rechazaron a Cristo y que son borrados por haberlo rechazado; pero ya estaban escritos en el libro de los vivientes y por rechazar a Cristo son borrados. Vamos a ver los versos ahora.


Un libro escrito por Dios
Se nos habla también del libro de la vida, así simplemente, el libro de la vida; en otra parte dice que están escritos en el libro, simplemente el libro; en otro dice el libro de la vida; otros versos dicen el libro de la vida del Cordero; entonces no es una cosa simple, es una cosa compleja. Algo que tiene ya del pasado, algo que se está escribiendo ahora, algo que se puede borrar, algo que se va a escribir después.

Entonces vamos a ver esos distintos versos. Este primero nos muestra a Moisés tener, ya en la presencia de Dios, una revelación del libro. Moisés no había hablado nunca de esto, pero ahora Moisés dice: “tu libro que has escrito”; o sea que Dios ha escrito un libro en el cual figuraba Moisés; no sabemos si éste era el libro de la vida donde estaba el nombre solo, o lo que en otros pasajes dice, los libros donde se escriben nuestras obras; aquí él lo menciona como un solo libro.

Parece que Moisés no hace diferencia  entre un libro de nombres y un libro de obras, pero él lo llama libro. Bueno, entonces nos toca quedarnos todavía con la pregunta, ¿qué libro era éste? ¿El de los nombres, el de la vida, o el de las obras? Hay también otras menciones que vamos a ver, donde se habla del libro de la verdad donde está escrita de antemano la historia que va a suceder después; eso está en Daniel, y está también el libro de las memorias donde se escribe lo que nosotros hacemos a favor de la causa del Señor y por amor a Él; eso se escribe y se está escribiendo; ese se llama el libro de las memorias; lo vamos a ver también. Por lo pronto quedémonos aquí con la respuesta del Señor que es una respuesta seria: “33Y Jehová respondió a Moisés: Al que pecare contra mí, a éste raeré  yo de mi libro”; o sea que Dios sabía, porque Él es omnisciente, que en el futuro algunos nombres iban a ser raídos de ese libro; sin embargo estaban escritos porque el Señor dijo: “Al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi libro”; coloca el raeré como en  futuro; o sea que mientras no haya pecado contra Él, no ha sido raído, pero si peca va a ser raído, y lo dice el Señor mismo. “Al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi libro”.


El libro de los vivientes
Entonces, al respecto, yo quisiera que ustedes me acompañaran al Salmo 69, donde hay unas palabras de David por el Espíritu de Cristo, porque este es un Salmo mesiánico, donde se refiere a esas personas que estaban en el libro de los vivientes y que son raídas por rechazar a Cristo. Vamos al Salmo 69, vamos a leer del versículo 28 donde está la frase clave de lo que estamos tratando; pero quisiera que para entender mejor esa frase tengamos en cuenta el contexto del Salmo. En primer lugar dice: “Al músico principal; sobre Lirios. Salmo de David”; aquí en este Salmo hay unas frases que son mesiánicas, proféticas, donde David habla, pero es el Espíritu de Cristo en David; porque, por ejemplo, dice el versículo 19 (pareciera que fuera Cristo en la cruz): “19Tú sabes mi afrenta, mi confusión y mi oprobio; delante de ti están todos mis adversarios. 20El escarnio ha quebrantado mi corazón, y estoy acongojado. Espere quien se compadeciese de mi, y no lo hubo; y consoladores, y ninguno hallé.

21Me pusieron además hiel por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre”. Todos sabemos que este es un Salmo mesiánico; aunque lo habló David, era el Espíritu de Cristo en David, prefigurando lo que iba a pasar Cristo en la cruz. “Me dieron a beber vinagre”, dijo el Señor; y eso se cumplió; pero lo curioso es lo que continua diciendo David por el Espíritu en el verso 22; o sea, el castigo que viene a los rechazadores de Cristo; dice: “22Sea su convite delante de ellos por lazo, y lo que es para bien, por tropiezo.

23Sean oscurecidos sus ojos para que no vean, y haz temblar continuamente sus lomos. 24Derrama sobre ellos tu ira, y el furor de tu enojo los alcance. 25Sea su palacio asolado; en sus tiendas no haya morador”. ¿Por qué? ¿por qué ese castigo? “26Porque persiguieron al que tu heriste, y cuentan del dolor de los que tú llagaste. 27Pon maldad sobre su maldad, y no entren en tu justicia. 28Sean raídos del libro de los vivientes, y no sean escritos entre los justos”. Esta es una frase seria; aquí se habla de un libro de los vivientes donde ya estaban escritos los que iban a rechazar a Cristo; porque si no ¿cómo van a ser raídos? Pero por cuanto rechazaron a Cristo, sean raídos del libro de los vivientes; y la otra frase es con respecto al futuro: “no sean escritos entre los justos”, como si no solamente los justos vinieran escritos, sino como si fuera a haber una escritura futura de los justos; y ahora dice en cuanto al libro de los vivientes: sean raídos; quiere decir que estaban; y cuando los justos vayan a ser escritos después, otra vez, entonces no sean escritos allá; o sea que nos damos cuenta de que el asunto del libro es una cosa compleja, no es simple. Aquí habla de cosas que se escribirían en el futuro. Aquí habla de los justos; no es que no vaya a haber conocimiento acerca de los impíos.


Escritos en el polvo
Yo quisiera que ustedes me acompañaran a otro versículo que está en Jeremías 17:13; vamos a leer ese misterioso verso allí. “¡Oh Jehová, esperanza de Israel! todos los que te dejan serán avergonzados y los que se apartan de mi serán escritos en el polvo, porque dejaron a Jehová, manantial de aguas vivas”. ¡Cosa curiosa! Sí son escritos, pero no en los cielos; la congregación de los primogénitos está inscrita en los cielos, pero éstos que dejan al Señor, dice, “serán escritos en el polvo”; y sabemos lo que significa el polvo en la Biblia. Cuando el hombre pecó, se le dijo: “Polvo eres, y al polvo has de volver”; o sea,  volver al polvo es la muerte. Ser escritos en el polvo quiere decir que son condenados a la muerte, no solo a la muerte primera, porque casi todos los justos morirán, pero la muerte segunda es más grave, y aquí se habla del polvo; puede ser la muerte primera, pero ¿implicará también la segunda? Nos preguntamos. Dios lo sabe.

Nombres escritos en los cielos
Ahora vamos a ver otros versos en este contexto, donde se habla de la inscripción en los cielos. Está en Lucas 10:20; es para que los hermanos tengan los versos y después repasar por usted mismo este asunto: Dice que cuando vinieron los setenta regocijándose, decían: Señor, hasta los demonios se nos sujetan en tu nombre; y el Señor les dice: “20Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan”.

¿Por qué no? porque habrá algunos obradores de iniquidad a quien también a veces se le sujetaron los demonios; entonces, no se alegren por echar demonios; porque algunos van a decir en aquel día: Señor, ¿acaso no echamos demonios en tu nombre? y el Señor les dirá: hacedores de iniquidad; o sea que por echar demonios, por sanar enfermos y por profetizar no hay que alegrarse. “20Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino (de esto es de lo que hay que regocijarse) regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos”; no en el polvo, sino en los cielos. Esas son palabras del Señor Jesús y que solamente registra Lucas y en Hebreos. Ustedes saben que yo personalmente creo que Hebreos lo escribió Lucas también. Leamos Hebreos 12:23; vamos a ver el contexto de esa expresión de la siguiente manera. Leo desde el 22: “22Sino que os habéis acercado al monte de Sión, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, 23a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos”. Lo mismo que decía Jesús, registrado por Lucas: “regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos”, y aquí habla de la congregación de los primogénitos, cuyos nombres están inscritos en los cielos. Ahora, lo curioso es que aquellos del Salmo 69 que rechazaban al Mesías, fueron raídos del libro de los vivientes y no escritos con los justos; se habla de unos nombres que estaban y que serían borrados; pero esos no eran salvos porque fueron los que rechazaron a Cristo; o sea que cuando Dios hizo al hombre no lo hizo para el infierno. Dios hizo el infierno para el diablo y sus ángeles. La voluntad de Dios es que todos los hombres sean salvos, pero había personas que estaban en esta sección llamada “el libro de los vivientes”, que iban a rechazar a Cristo y su nombre iba a ser raído y no estaba en el libro por haber aceptado a Cristo, estaban porque fueron personas creadas para Dios; pero al rechazar a Cristo, fueron raídos, y aquel que dice el Señor: Aquel que pecare contra mí, a ese raeré yo de mi libro; quiere decir que ya estaba en el libro.


El censo de toda la humanidad
Entonces hay una sección del libro, del libro de los vivientes, donde estaban escritos los nombres de las personas que después iban a pecar e iban a rechazar a Cristo, e iban a ser borrados; esos vivientes no eran vivientes con la vida de Cristo, ni con la vida del Cordero, sino vivientes con la vida natural; pero Dios, seguramente, si tiene contados aun nuestros cabellos, ¿no tendrá contadas todas las criaturas que Él ha creado? Seguramente que sí también. Fíjense en que aun a Israel le mandó a hacer un censo terrenal, y hubo un censo en Sinaí, y luego, cuando se cambió la generación, Dios mandó a hacer otro censo en Moab y hubo otro censo; entonces si existen aquí en la tierra censos en los registros terrenales, ¿no habrá registros celestiales de todas las criaturas también? Entonces yo me pregunto: Atendiendo esa sección del Salmo 69:28 que habla del libro de los vivientes, donde hay nombres de personas que rechazarían a Cristo y que por eso serían raídas del libro, ¿no quiere decir que los nombres de todos los seres humanos estaban escritos para recibir al Mesías y quedarían si lo recibían, y serían borrados si lo rechazaban? Entonces, vemos que esa es una sección que no se refiere a los que han recibido a Cristo; ¿se dan cuenta? Es una sección diferente. Ahora, hemos leído que existen unos nombres escritos en los cielos por lo cual hay que regocijarse; seguramente que no es la misma sección del libro de los vivientes; ¿por qué? porque aquí se refiere a los que ya son salvos. Ahora, la Biblia habla de nombres escritos en el libro de la vida y de la vida del Cordero; vamos a ver esos versículos.

El libro de la vida del Cordero
Vamos a Apocalipsis 13:8, y vamos a compararlo con Apocalipsis 17:8. Vamos a tenerlos los dos juntos a mano, porque es necesario interpretar el uno con el otro, porque si no quizá lo vamos a interpretar mal; esa es una regla de sana hermenéutica. Una regla para interpretar sanamente es que cuando hay un pasaje conflictivo, donde no se sabe cómo interpretarlo si así o asá, se necesita buscar otros pasajes complementarios paralelos, que traten del mismo asunto para poderlos interpretar con la ayuda del otro versículo. Si leemos sólo el 13:8 y lo tratamos de interpretar solo, sin el 17, lo podemos interpretar equivocadamente. Dice Apocalipsis 13:7,8 así: “7Y se le permitió (esa es la bestia, el anticristo final) hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. 8Y la adoraron (a la bestia) todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado, desde el principio del mundo”. No sé si se dieron cuenta del tono como leí esto. Vuelvo y leo: “Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado, desde el principio del mundo”. ¿Por qué hago esta pausa en inmolado? Si no hubiera leído el 17, quizá lo hubiera leído de otra manera; lo hubiera leído así: “no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo”. ¿A quién se refiere este desde el principio del mundo? ¿Al Cordero, o a los que estaban escritos en el libro de la vida? Esa es la pregunta. Se puede interpretar que este desde el principio del mundo, se refiere al Cordero que fue inmolado; o se puede interpretar a los nombres escritos en el libro de la vida; miren dos manera como se puede leer.

Si sólo miramos el capítulo 13, se puede leer de dos maneras; una, cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo; o sea que aquí desde el principio del mundo se refiere al Cordero inmolado desde el principio del mundo; o se puede leer también así: escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado, desde el principio del mundo; o sea, escritos desde el principio del mundo, o inmolado desde el principio del mundo. Entonces ¿cuál de los dos vamos a escoger? Y si es inmolado desde el principio del mundo, o escritos desde el principio del mundo. Si interpretamos esto con la ayuda del 17, nos damos cuenta de que se refiere a los nombres escritos desde el principio del mundo; no al Cordero, sino a los nombres. Por eso, cuando hay un pasaje difícil, hay que tomar otro paralelo que habla de lo mismo y se interpreta.


Entonces, vamos a Apocalipsis 17:8, donde habla de lo mismo, habla de la bestia, del anticristo. Dice: “La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; (ese es el anticristo del otro lado) y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será”. Entonces, por el capítulo 17 nos damos cuenta de que son los nombres que no estaban escritos desde el principio del mundo en el libro de la vida, los que van a adorar a la bestia; los que no estaban. Entonces, con el 17 se nos aclara en cual sentido interpretar el 13:8. Con el 17:8 nos ayudamos a ver cuál escogemos en la balanza: Si es el Cordero inmolado desde el principio del mundo, o los nombres  escritos en el libro de la vida del Cordero inmolado, escritos desde el principio del mundo. ¿Cuál escoger? Con la ayuda del 17, somos inclinados a escoger a los nombres que no estaban escritos desde el principio del mundo en el libro de la vida. En el 13 dice “en el libro de la vida del Cordero”, y aquí dice sólo “el libro de la vida”, y se refiere a los mismos; quiere decir que el libro de la vida del Cordero está en el libro de la vida. No sabemos si el Libro de la Vida sea más extenso que el Libro de la Vida del Cordero, o el Libro de la Vida tiene una sección que es la del Cordero y otra la de los vivientes, que estaban antes y que fueron borrados; por eso la palabra el libro de la vida, es algo amplio; ¿se dan cuenta? El libro de la vida, el libro de la vida del Cordero, el libro de los vivientes; pero el contexto del Salmo 69:28 del libro de los vivientes, se refiere a personas que estaban escritas, seres humanos que iban a rechazar a Cristo y por eso iban a ser borrados; o como decía el Señor a Moisés: Al que pecare contra mí, a éste raeré de mi libro; pero vemos que aquí está hablando de esos que se apartan del Señor que serán inscritos en el polvo; pero habla de otros que están inscritos en los cielos y cuyos nombres están en el libro de la vida, y de la vida del Cordero.


Desde el principio del mundo
Miremos otro detalle: ¿Cuándo fueron escritos estos nombres en el libro de la vida, o de la vida del Cordero? Ciertamente que si vemos la gramática del verso, da la impresión de que estuvieran siendo escritos a lo largo de la historia. Véalo otra vez; leamos el 17:8; dice: “.... los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será”; no dice aquí desde antes de la fundación del mundo; eso sí sería diferente; claro, en Efesios habla de escogidos desde antes de la fundación del mundo; ciertamente Dios lo sabe; “tuyos eran, y me los diste”; claro, Dios lo sabe. Si sabe cuántos son los cabellos de cada ser humano, si sabe cuántas son las hojas de cada árbol, ¿cómo no va a saber los nombres de los suyos? Si Él sabe inclusive los que han de ser muertos. Cuando consoló a aquellos bajo el altar; ellos decían: “¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre de los que moran en la tierra?” Y les dijo: esperen hasta que se complete el número de los que han de ser muertos así como vosotros; o sea que el Señor, ya desde antes, sabía un número exacto de las personas que iban a morir. Ciertamente que el Señor conoce a los suyos desde antes. Por eso dice: “29Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó”. Eso ya lo sabe Dios desde la eternidad. No estamos negando el aspecto de la presciencia de Dios, y de la elección de Dios, y de la predestinación de Dios, y de la ordenación de Dios. Creyeron los que estaban ordenados para vida eterna; y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos; no estamos negando ese aspecto; pero aquí, por la manera como está escrito, no dice que es antes de la fundación del mundo, sino desde; en el 13 también lo dice así. En el 13:8 dice de la misma manera: “desde el principio del mundo”; no antes de la fundación del mundo, sino desde; o sea que a partir del principio del mundo, los nombres fueron escritos. Posiblemente iban siendo escritos en la medida que las personas recibían al Señor o creían en Él. No quiero negar eso, que Dios conozca, que haya elegido, predestinado; lo que estamos viendo es la gramática; no habla de antes, sino desde; nombres escritos desde; o sea que desde que se fundó el mundo, los nombres han sido escritos, desde la fundación del mundo. Pero podría entenderse también que a la fundación del mundo ya estaban los nombres, y por lo tanto están escritos desde la fundación del mundo.

El libro de la vida
Ahora, miremos otros versículos que nos ayudan a entender un poquito esto. Vamos a Filipenses 4:3 donde Pablo, así como Jesús, tenía la certeza de que los nombres de sus apóstoles, aquellos 70 y otros como ellos, estaban escritos en los cielos. San Pablo aquí en la tierra ya tenía esa fe respecto de sus compañeros. Miren lo que dice Filipenses 4:3; allí habla Pablo a los Filipenses: “Asimismo te ruego a ti, (éste es Lucas) compañero fiel”. Pablo le dice a Lucas esto: “Asimismo te ruego a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas (a Evodia y Síntique, estas amadas hermanas que tenían problemas) que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, (y tenían problemas) con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres (y ese “cuyos”, yo creo que incluye a Síntique y a Evodia, junto con Lucas y Clemente y los demás compañeros) están en el libro de la vida”. Vemos que Pablo tenía la certeza de que los nombres de esos hermanos ya estaban en el libro de la vida; así como también Jesús dijo: no os regocijéis de que los demonios se os sujetan, sino que vuestros nombres están escritos en los cielos. Cosa interesante esa, ¿verdad, hermanos? Pero ahora vamos a ver unos versos donde se habla de un momento en el futuro, por el contexto parece ser en el momento de la venida del Señor, cuando se escriben otra vez los nombres. Hay unos que estaban escritos y fueron borrados por rechazar al Señor o pecar contra Él. Otros que son o están escritos desde el principio del mundo en el libro de la vida y de la vida del Cordero, de los cuales Jesús reconoció a los 70 y a otros con ellos, y lo mismo Pablo reconoció a sus compañeros en el libro de la vida. Pero hay unos versos que nos hablan de una escritura futura, como si lo que ha sido escrito tuviera que ser confirmado después de todo el camino hasta la venida del Señor.

Libros dinámicos
En primer lugar, recordemos lo que ya leímos en el Salmo 69 donde no sólo dice que los rayera del libro de los vivientes, sino que no fueran escritos entre los justos; o sea, que en el futuro, Dios escribirá los nombre de los justos; es decir, es como una escritura definitiva.

Digamos que esos libros son libros móviles, incluso el de las obras; o sea, los ángeles escriben tus obras: si pecaste, allí están escritos tus pecados; si te arrepentiste y creíste en la sangre de Cristo es borrado, ya Dios no se acuerda de tus pecados; pero vuelves y pecas, vuelve y se escribe; te arrepientes y crees, vuelve y se borra; o sea, que esos libros no son inmóviles; son muy dinámicos. Dice la Escritura que los muertos serán juzgados conforme a lo escrito en los libros. Cuando viene el juicio de cada uno en el trono blanco, según lo escrito en el libro por sus obras, son juzgados. Ahora, son condenados no por sus obras, sino por no estar en el libro de la vida; por eso son condenados; ¿pero en base a qué son juzgados? A sus obras; su incredulidad y sus obras hicieron que su nombre no estuviera en el libro de la vida; es como si hubiera una relación en esas dos cosas, porque son juzgados por las obras, pero se van al lago de fuego por no estar en el libro de la vida; o sea que tiene que haber una relación.


El libro de la casa de Israel. Una inscripción futura
Entonces, vamos a ir a un versículo donde el Señor ve lo que está escrito y dice lo siguiente en Ezequiel; y después veremos la escritura futura. En el contexto de los falsos profetas, en Ezequiel 13:9 el Señor está hablando de los falsos profetas, de que cuando llegue el momento de ser escritos los nombres, ellos no van a estar allí.

Leemos Ezequiel 13:8,9, para tener el contexto inmediato: “8Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto vosotros (esos vosotros, son los falsos profetas) habéis hablado vanidad, y habéis visto mentira, por tanto, he aquí yo estoy contra vosotros, dice Jehová el Señor. 9Estará mi mano contra los profetas que ven vanidad y adivinan mentira; no estarán (nótese el futuro del verbo) en la congregación de mi pueblo, ni serán inscritos (futuro) en el libro de la casa de Israel, ni a la tierra de Israel volverán; y sabréis que yo soy Jehová el Señor”. Entonces está expresión del Señor: “ni serán inscritos en el libro de la casa de Israel”, significa que habrá en el futuro, cuando Israel vuelva a su tierra para comenzar a recibir al Mesías y el reino mesiánico, el milenio, habrá una inscripción, pero los falsos profetas que mintieron en Israel, no estarán en la congregación, ni serán inscritos. Aquí está hablando de una inscripción futura. Por eso les decía, parece que hay cosas que ya estaban escritas, nombres que estaban escritos, cosas que se están escribiendo y cosas que se escribirán en el futuro; no es algo simple; es algo en etapas. Aquí dice en futuro: “ni serán escritos en el libro de la casa de Israel”. El Señor escribirá por etnias, porque dice la Escritura que de toda etnia, tribu, pueblo, lengua y nación, Él tiene gente. Aquí se refirió a la inscripción de los de la etnia de Israel, pero hay otros pasajes donde se refiere a la inscripción de las otras etnias; una inscripción futura.


Entonces vamos a ver eso también en el Salmo 87, en este contexto de la inscripción futura. Salmo 87:6. Vamos a leer todo el Salmo que es corto: “1A los hijos de Coré. Salmo. Cántico. Su cimiento (viene hablando de la ciudad de Dios) está en el monte santo. 2Ama Jehová las puertas de Sión más que todas las moradas de Jacob. 3Cosas gloriosas se han dicho de ti, ciudad de Dios.” Noten, está hablando hacia el futuro, hacia la ciudad de Dios; podemos decir, a la Nueva Jerusalén. “4Yo me acordaré de Rahab (miren esta frase del Señor; está hablando de la ciudad de Dios, pero se acuerda de otros) y de Babilonia entre los que me conocen; (habrá gente de Rahab y de Babilonia que llegará a conocer al Señor, de los cuales el Señor se acordará) he aquí Filistea (Palestina) y Tiro, (Fenicia, Líbano) con Etiopía; éste nació allá. 5Y de Sión se dirá: Éste y aquel han nacido en ella, y el Altísimo mismo lo establecerá. 6Jehová contará al inscribir a los pueblos. Este nació allí”. Fíjense en que hay una inscripción futura no sólo de Israel; Israel es, como decir, el primogénito; Sion es la capital; pero no sólo estará escrita gente de la capital, sino de Rahab, de Babilonia, de Filistea, de Tiro, de Etiopía y de los pueblos. En el mismo contexto de la inscripción de los pueblos pone en medio a Sion.

 Había dicho: “Yo me acordaré de Rahab y de Babilonia entre los que me conocen; he aquí Filistea y Tiro, con Etiopía; éste nació allá”; o sea, Dios está diciendo: éste es de Filistea; porque ¿quién hizo a Filistea sino el Señor? ¿quién hizo a Babilonia? Estos son los de Babilonia, éstos son los de Tiro, éstos son los de Sion, éstos son los de Colombia, éstos son los de Ecuador, y no sólo naciones sino etnias; éstos son los zulúes, éstos los bantúes, éstos los paisas, éstos los costeños, etc., porque dice: etnias; la palabra nación en el sentido bíblico es la etnia. De toda tribu, pueblo, lengua y etnia el Señor tiene gente escogida; pero lo curioso es que aquí aparecen siendo inscritos en el futuro. Los falsos profetas no serán inscritos en el libro de la casa de Israel, como sí los inscritos para Israel y la ciudad santa están en una sección del libro que corresponde a Israel; pero hay otra sección que corresponde a Tiro, otra sección que corresponde a Babilonia, otra que corresponde a Filistea, otra que corresponde a cada uno de los pueblos, a cada una de las lenguas, etc. Entonces nos damos cuenta de que este libro no es algo simple. Desde el principio del mundo se está escribiendo y viene escrito, pero se escribirá algo específico a partir de la venida del Señor para el reino del milenio y la Nueva Jerusalén; otros ya venían escritos, pero al llegar el juicio final, no aparecieron escritos, fueron raídos. Hay dos causas por las que el Señor menciona que los rayera del libro: porque rechazaron al Señor y porque pecaron contra Jehová. Entonces, hermanos, esos versículos son interesantes, ¿verdad?


Los libros de las obras
Vamos a tomar unos minutos para ver otros versos que se refieren a los otros libros; porque cuando hablamos de éstos, es necesario también hablar de los otros para no hacer la confusión; ¿amén? Entonces, vamos a ver primero en Daniel, capítulo 7, donde por primera vez se mencionan esos libros de las obras por los cuales se va a juzgar a las personas. Daniel 7:10. Es el capítulo que trata de la profecía de las bestias y al final del reino del Señor. Después de describir todas las bestias, presenta la venida del Señor, en el verso 9, cuando el Anciano de días pone los tronos y se establece el juicio para el milenio y llega en el versículo 10, en el contexto del juicio, y dice: “Un río de fuego procedía y salía delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos”. Aquí habla no de un solo libro, sino de varios libros en el día del juicio; ¿amén? Este verso es desarrollado en Apocalipsis. Entonces, vamos a Apocalipsis 20:12,15.

Apocalipsis 20, se refiere con Daniel 7. En el contexto del juicio del trono blanco, después del milenio, leemos Apocalipsis 20:11,12: “11Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.

12Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios, y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto”; o sea que este otro, que es el de la vida, es distinto a otros; y eso de las obras no es uno solo, sino son varios. Hay varias cosas registradas en el libro, y no es un solo libro, sino muchos libros; mínimo cada persona tiene un libro o una biblioteca. Todos nuestras intenciones, palabras, pensamientos; se dice que cada palabra que decimos será juzgada; eso está en un libro; o sea que hay ángeles que están tomando nota todo el día; hay unas bibliotecas inmensas en los cielos para cada uno de los millones y millones de personas que existimos.


Y del juicio dice: “los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras”. Todas nuestras obras están escritas en libros. “13Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”. Ahora, esto me hace pensar en unas preguntas que se las dejo a ustedes. Aquí en el juicio del trono blanco todo mundo va a ser juzgado por sus obras, pero los que no se hallen en el libro de la vida van a ir al lago de fuego; pero mi pregunta es: ya que no se va a juzgar solamente por el libro de la vida, sino por los libros de las obras, y el que no se halle va al lago de fuego; y el que sí se halle, es mi pregunta, ¿será que habrá algunos que no calificaron por el tribunal de Cristo, pero que después del milenio son juzgados en el trono blanco y sus nombres sí están en el libro de la vida? Sólo hago la pregunta, porque no podemos doctrinar con silencios; ¿calificará en el trono blanco? ¿O será que ninguno de los que van al trono blanco, estará en el libro de la vida? Esa es la pregunta que les dejo; porque aquí dice así: “el que no se halló inscrito en el libro de la vida...”; pero ¿será que al decir: “el que no se halló”, está implicando que algunos sí se hallaron en el trono blanco? Por eso no podemos dogmatizar basados en el silencio, pero sí podemos preguntar, por eso lo dejo a nivel de pregunta, sólo a nivel de pregunta.


El libro de la verdad
Volvamos ahora a Daniel, para ver otros libros donde había cosas escritas antes de que sucedieran, ese libro donde la historia está escrita de antemano; a ese libro se le llama el libro de la verdad.

¡Qué cosa misteriosa! La historia que ha de acontecer en el futuro ya escrita en el libro de la verdad, antes de que acontezca. ¿Qué cosa misteriosa son estos libros, verdad? Pero estamos hablando de esos libros; hay que leerlo, hay que tenerlo en cuenta y no confundirlo con otros; por eso lo leemos. Daniel capítulo 10:21. Aquí se le aparece el ángel para revelarle toda la profecía de los capítulos 11 y 12; pero antes de revelarle toda la historia que está profetizada en los capítulos 11 y 12; miren esta declaración del ángel, Daniel 10:21: le dice el ángel a Daniel: “21Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de la verdad; y ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro príncipe. 1Y yo mismo, en el año primero de Darío el medo, estuve para animarlo y fortalecerlo. 2Y ahora yo te mostraré la verdad. He aquí que aún habrá tres reyes en Persia, y el cuarto se hará de grandes riquezas más que todos ellos; y al hacerse fuerte con sus riquezas, levantará a todos contra el reino de Grecia. 3Se levantará luego un rey...”; y luego tal y luego, y sigue todo el capítulo 11 describiendo la historia hasta la venida de Cristo. Ya estaba escrita la historia en el libro de la verdad y el ángel le dice: Ven Daniel, yo te voy a mostrar lo que está escrito en el libro de la verdad; o sea que hay cosas que se están escribiendo, cosas que se van a escribir y cosas que ya estaban escritas.


Ahora, no sólo de esto de la historia se dice que ya estaba escrita; no solamente la historia, digamos social, política o religiosa; la historia biológica de tus células estaba escrita. Vamos a leer eso en el Salmo 139:16; vamos a leer desde el 13 para entender el contexto; miren lo que dice desde el 13, donde está hablando David por el Espíritu Santo a Dios: “13Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. 14Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. 15No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. 16Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas. 17¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!” Aquí por el Espíritu Santo, David está diciendo que todas sus células en embrión,  su formación en el vientre de su madre desde que se unió prácticamente el esperma con el óvulo, empezó la multiplicación de las células y la formación del pequeño fetito, todo ya estaba escrito en el libro de Dios. En tu libro estaban escritas todas estas cosas; es como si Dios notificara que conoce el ADN; y cómo no, de todos los seres humanos, y se desarrolla según un plan de Dios escrito. En tu libro estaban escritas todas estas cosas; o sea que había cosas que estaban escritas en el libro de Dios, toda nuestra formación, la de cada uno de nosotros; pero Job dice una cosa misteriosa. Vamos al libro de Job, al capítulo 13:26; pienso que no voy a leer sino ese verso para no confundir a los hermanos. Dice Job de Dios en el capítulo 13:26: “¿Por qué escribes contra mí amarguras, y me haces cargo de los pecados de mi juventud?” Miren esa frase de Job: “¿Por qué escribes?”; y ahora lo dice en presente, escribes contra mí amarguras; o sea que Job sufría cosas, pero él consideraba que lo que él estaba sufriendo era que Dios lo estaba escribiendo o que lo había escrito; o sea, que lo que Dios escribía a Job le sucedía. Entonces, hay cosas que van a ser escritas en el futuro, otras que se están escribiendo, otras que estaban escritas; había  nombres escritos, vivientes escritos, la historia estaba escrita; la formación, el desarrollo de la vida de cada uno en el vientre de su madre estaba escrito; y hay cosas que se están escribiendo desde el principio del mundo y que se están escribiendo ahora, y cosas que se van a escribir en el futuro; o sea que estos son libros bien profundos.


El remanente de Israel
Ahora, miremos otra vez Daniel, pero vamos a otro verso. Daniel 12:1: “En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro”. Aquí habla de gente que será libertada en el futuro de Israel; digamos los 144.000 sellados de las tribus de Israel, los que serán libertados a la venida del Señor, cuando se levante Miguel como en Apocalipsis 12; pero dice que esos estaban ya en el libro, y que inclusive, cuando Juan oyó el número de los sellados, eran 144.000 de las tribus de Israel; 12.000 de tal tribu, 12.000 de tal tribu, 12.000 de tal tribu; quiere decir que eran escogidos, porque si hubiera sido dejado solamente al libre albedrío sin la elección, podrían ser 25 allá, 37 allá, 58 allá, 1500 acá; pero no, son 12.000, 12.000, 12.000, 12.000. Es lo que dice Pablo: un remanente escogido por gracia; o sea que eso también está escrito en el libro. Dice aquí, “todos los que se hallen escritos en el libro”; o sea que esos que van a ser libertados ya estaban escritos; como los que van a ser salvos ya están ordenados para vida eterna y habían de ser salvos; “tuyos eran y me los diste, y han guardado tu palabra, y han creído que yo salí de Dios”. Tuyos eran y me los diste. ¡Qué misterioso! Dios lo sabe todo y sin embargo está escribiendo. Hay cosas escritas desde la eternidad y cosas escritas según nuestras obras y cosas que han de ser escritas; o sea que hay una combinación de la eternidad con el tiempo, de la elección divina con la responsabilidad humana; todo eso está escrito junto; es un libro complejo, ¿verdad? Son libros complejos.

Libro de memoria
Vamos a ver otro aspecto de lo que está siendo escrito. Vamos a Malaquías 3:16. Esto es muy precioso, esto también está escrito.

Leamos Malaquías 3:13-16, para tener el contexto: “13Vuestras palabras contra mi han sido violentas, dice Jehová. (Algunos israelitas, muchos) Y dijisteis: ¿Qué hemos hablado contra ti? 14Habéis dicho: Por demás es servir a Dios. ¿Qué aprovecha que guardemos su ley, y que andemos afligidos en presencia de Jehová de los ejércitos? 15Decimos, pues, ahora: Bienaventurados son los soberbios, y los que hacen impiedad no sólo son prosperados, sino que tentaron a Dios y escaparon. (Él sabe lo que muchos dicen) 16Entonces (mientras unos decían eso, otros decían lo siguiente) los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová y para los que piensan en su nombre. 17Y serán para mi especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré como el hombre que perdona a su hijo que le sirve. 18Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve”. Aquí se llama libro de memorias. Cuando tú hablas con un hermano de querer seguir al Señor, de luchar aunque el mundo esté tirando la toalla y rebelde contra el Señor. No, sigamos al Señor; Dios oyó y fue escrito libro de memoria. “Serán para mi especial tesoro”. Qué precioso, ¿verdad?


Todo está escrito
Ahora, miremos otras cosas que también Dios oye. Isaías 65:6; no solamente Dios oye y se escribe lo bueno y el ánimo que se dan unos a otros los fieles, sino también se escribe lo que los infieles se animan para el mal; eso también se escribe. Isaías 65:6; allí en todo ese pasaje habla del castigo a los rebeldes, y mire de quiénes habla aquí desde el verso 3: “3Pueblo que en mi rostro me provoca de continuo a ira, sacrificando en huertos, y quemando incienso sobre ladrillos; 4que se quedan en los sepulcros, y en lugares escondidos pasan la noche; que comen carne de cerdo, y en sus ollas hay caldo de cosas inmundas; 5que dicen: Estate en tu lugar, no te acerques a mí, porque soy más santo que tú; éstos son humo en mi furor, fuego que arde todo el día. 6He aquí que escrito está delante de mí; no callaré, sino que recompensaré, y daré el pago en su seno.” Aquí otra vez se ve la relación del galardón y las obras, y lo escrito en los libros de las obras, el galardón negativo, ¿verdad? O sea, el castigo: he aquí está escrito delante de mí; o sea que lo bueno está escrito, lo malo está escrito. Ahora, si nos arrepentimos con fe en Cristo, dice Dios, que echará al mar del olvido nuestros pecados y nunca más me acordaré de ellos; pero si nosotros no confesamos nuestros pecados, siguen escritos y nos encontraremos con ellos en el juicio; en el tribunal de Cristo, unos, y en el juicio del trono blanco, otros. El hecho es que todo está escrito.

Miremos otros versos más para terminar aquí, del Señor Jesús, lo que Él haría. También estaba escrito, no sólo las profecías, sino como dice aquí el Salmo 40:6-8: “6Sacrificio y ofrenda no te agrada; has abierto mis oídos; holocausto y expiación no has demandado. 7Entonces dije: He aquí, vengo; en el rollo del libro está escrito de mí; 8el hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado. Y tu ley está en medio de mi corazón”. Lo mismo dice Hebreos 10:5-7, referidos precisamente a esta profecía; esa es una profecía donde se cambia el Antiguo Pacto por el Nuevo Pacto. Hebreos 10:5-7: “5Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; mas me preparaste cuerpo. 6Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron (lo que era según el Antiguo Pacto). 7Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, como en el rollo del libro está escrito de mi”. Esto también estaba escrito en libros; la gloria de Dios está escrita, no sólo en libros, está escrita en los astros, está escrita en la noche. Dice: mira las estrellas, ellas te contarán, el cielo anuncia la obra de sus manos y una noche envía mensaje a otra noche; hay un mensaje escrito también en los cielos de parte del Señor; o sea que, hermanos, Dios es soberano, Dios conoce todas las cosas; todas nuestras células están manejadas por Dios, lo que se desarrolla está escrito; aun la historia está escrita; y sin embargo, no quiere decir que haya determinismo; hay preconocimiento, pero hay responsabilidad y libertad; pero Dios no tiene que esperar para saber; Él sabía qué es lo que haría Judas; ya estaba escrito lo que haría Judas; y sin embargo, Dios no obligó a Judas; Judas fue libre y lo hizo, pero ya Dios lo sabía y por eso estaba escrito. En eso se conoce que Dios es Dios, que conoce totalmente el futuro; y sin embargo, el hecho de que haya cosas que se estén escribiendo y que se vayan a escribir, quiere decir que el preconocimiento de Dios no implica determinismo; es decir, que cada uno tiene que hacer lo que está escrito, no; está escrito porque Dios sabía que se iba a hacer, pero cada cual es responsable y por eso Dios hace responsable a las personas y las juzga; y por eso se están escribiendo cosas, se están borrando cosas, se están escribiendo nuevas y se van a escribir nombres en el futuro.


Otra cosa que está escrita en los libros. Salmo 56:8; se van a alegrar que esto está escrito en los libros de Dios. Miren lo que dice aquí David: “Mis huidas tu has contado; (cuando huyes, Dios cuenta) pon mis lágrimas en tu redoma; ¿no están ellas en tu libro?” Hasta tus lágrimas están escritas, ¡aleluya! ¡Qué belleza! Hasta tus lágrimas están escritas, gracias al Señor, ¿amén? Hay cosas que no debemos dejar borrar de esos libros, pero hay cosas que debemos borrar rápido, arrepintiéndonos con fe en Cristo de nuestros pecados, amén, gracias al Señor.


Un poco de crítica textual
Bueno, hermanos, hemos visto ya los versos claves; solamente voy a ir a un último verso donde la traducción Reina Valera dice libro de la vida, pero solamente aparece en la Vulgata y en las traducciones latinas; en ningún manuscrito griego aparece esto; y terminamos allí.

Apocalipsis 22:19: “Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del árbol de la vida”. Así dicen todos los manuscritos griegos y todas las versiones, excepto la Vulgata latina y algunos manuscritos latinos; es decir, el texto griego, todos los que existen, todas las demás versiones en otros idiomas, en copto, boharico, sahídico, brasmúrico, en el siríaco; todos esos son idiomas antiguos; en ningún manuscrito, dice, excepto en el latino, “libro de la vida” en este contexto. Esta es una última acotación de crítica textual, donde dice: “Dios quitará su parte del árbol de la vida y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro”; o sea, el que quitare de las palabras de la profecía del Apocalipsis, Dios quitará su parte del árbol de la vida. Ahora, eso es diferente del libro de la vida, porque el libro de la vida, el que no esté en el libro de la vida, ¿a dónde va? al lago de fuego; pero los vencedores que entren a la Nueva Jerusalén, ellos tendrán acceso al árbol de la vida; pero las naciones tendrán acceso a las hojas, pero no estarán en el infierno, tendrán acceso a las hojas, no al fruto, a los doce frutos, sino solamente a las hojas. Ahora, claro que aquí dice, parece que no es sólo al fruto, sino incluidas las hojas, porque dice el árbol. Dice: “Si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del árbol de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro”. Todos los manuscritos griegos (el Apocalipsis se escribió en griego) dicen: “Árbol de la vida”. Todas las versiones que se hicieron antiguas, dicen: “Árbol de la vida”; solamente la Vulgata Latina que tradujo Jerónimo y algunos manuscritos latinos dicen: “Libro de la vida”; pero tenemos que escoger. ¿Vamos a escoger la traducción de Jerónimo que es apenas una traducción tardía del siglo IV, o vamos a escoger los manuscritos antiguos griegos, que el libro del Apocalipsis se escribió en griego, y todos dicen: “árbol de la vida”? hay otras traducciones en español que dicen: “Árbol de la vida”, pero esta traducción Reina-Valera basó el Apocalipsis en un manuscrito tardío del siglo XV, el códice 1, que no era sino uno solo que usó Erasmo para traducir el Apocalipsis, y no completo; estos versos, incluso, se añadieron después por Erasmo.

Entonces, por eso, personalmente, escojo la traducción “árbol de la vida”; dejo que ustedes hagan su propia decisión. Vamos a parar aquí hermanos. ☐

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