lunes, 3 de enero de 2011

LA SEXTA TROMPETA

LA SEXTA TROMPETA

EL SEGUNDO AY: 

INICIO DEL ARMAGEDÓN


“El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios”. Apocalipsis 9:13.


Consideraciones de crítica textual

 Abramos la palabra del Señor en el libro del Apocalipsis en el capítulo 9. Hoy vamos a estudiar con la ayuda del Señor, por lo menos una parte, lo relativo a la sexta trompeta: el segundo ay. La sexta trompeta y el segundo ay abarca desde Apocalipsis 9:13 hasta 11:14, donde dice: “El segundo ay pasó; he aquí, el tercer ay viene pronto”; o sea que el verso 14 del capítulo 11 nos dice dónde pasa el segundo ay; es decir, pasa después de todos los acontecimientos de la segunda parte del capítulo 9, todo el capítulo 10 y la primera parte del capítulo 11; todo eso es el segundo ay, y por lo tanto también, la sexta trompeta.


Hoy estaremos estudiando solamente una primera parte de este segundo ay, que es la sexta trompeta. Vamos a estar estudiando hoy, Dios mediante, desde el versículo 13 hasta el 21 del capítulo 9. Primero como solemos hacerlo, voy a hacer la lectura del texto comparando esta traducción de Reina-Valera 1960 con los manuscritos más antiguos. Como les dije la vez pasada, el final del verso 12, por algunos manuscritos tardíos, es unido al verso 13; o sea que algunos dicen: “Después de esto, el sexto ángel tocó la trompeta”; pero no lo dicen así la mayoría de los manuscritos antiguos; además de que entre el punto final del verso 12 y el comienzo del verso 13, hay la letra “Y”,  la palabra griega “kai”, que quiere decir: también, o igualmente, o además; entonces comienza así: “13Y el sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los [cuatro] cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios”. Allí donde esta palabra “cuatro” antes de cuernos, en la mayoría de las ediciones críticas aparece entre paréntesis cuadrados. Cuando una palabra en el texto original aparece entre paréntesis cuadrados significa que los críticos no han podido decidirse si esa palabra pertenecía al texto o no pertenecía, porque una gran cantidad de manuscritos la incluyen y otra parte de manuscritos no la incluyen; manuscritos igualmente importantes; entonces los críticos no saben si es que fue agregada la palabra o que fue olvidada, de manera que se coloca entre paréntesis cuadrados; por eso yo lo coloqué aquí entre paréntesis cuadrados, porque algunos manuscritos la tienen y otros no; y es muy difícil decidirse de si fue que se agregó o que se quitó; por lo tanto, cuando hay esa duda en cuanto a la comparación de los manuscritos antiguos, se coloca un paréntesis cuadrado alrededor de la frase. No se quita porque puede haber sido original, pero se coloca entre paréntesis porque pudo haberse agregado, pero no hay seguridad, hasta que no haya nuevas apariciones de otros manuscritos. Eso es por lo pronto como está el asunto de crítica textual en este pasaje.


“13Y el sexto ángel tocó la trompeta, y oí una vez entre los [cuatro] cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios, 14diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta: Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Eufrates”. Aquí la palabra cuatro sí es normal. “15Y fueron desatados (la palabra que dijo “atados” puede traducirse también “detenidos”. “15Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres. 16Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número.

17Así vi en visión los caballos y a sus jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de jacinto y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca salía fuego, humo y azufre.

18Por estas tres plagas” (esta palabra “plagas” falta en algunos manuscritos tardíos, pero está en la mayoría de los manuscritos más antiguos; o sea que puede ser que se haya olvidado por algunos de los copistas; de modo que algunos dicen: “por estas tres fue muerta”, pero la mayoría y los más antiguos dicen:) “18Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salían de su boca. 19Pues el poder de los caballos (esta palabra “de los caballos” aparece explícita; algunos manuscritos lo dejan implícito) estaba en su boca” (dicen algunos manuscritos, pero la mayoría y más antiguos dicen:) “19Pues el poder de los caballos estaba en su boca y en sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes, tenían cabezas, y con ellas dañaban.


20Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, (esa palabra “ni”, quiere decir: oudé, algunos manuscritos dicen outé; unos dicen: “no”, otros dicen: “ni”; o sea que hay variaciones en los manuscritos en si “oudé” o “outé”; los más antiguos y la mayoría dicen: “oudé”; o sea lo que aquí dice: “ni”) ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; 21y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, (los manuscritos más antiguos lo dicen en singular: pharmacón; otros lo dicen pharmakeyon; o sea, unos lo dicen en plural; cuando Pablo lo cita en Gálatas 5, cuando aparece otra vez en la lista de Apocalipsis 21 de los del lago de fuego, aparece en plural; por eso, pues, quizá algún copista quiso hacerlo igual a los otros, pero realmente los manuscritos más antiguos y la mayoría lo dice en singular: pharmacon; o sea, “ni de su hechicería, ni de su fornicación, ni de sus hurtos”. Como hemos podido ver, esta traducción de Reina-Valera está bien cerca del original, con esas pequeñas acotaciones que acabamos de hacer.


Voz debajo del altar de oro
Entonces, hermanos, miremos otra vez desde el principio y veamos el verso 13: “Y el sexto ángel tocó la trompeta”; cuando el sexto ángel tocó la trompeta, miren lo que dice: “y oí (porque Juan no solamente veía sino que también oía) una voz de entre (no dice: en los, sino) entre los [cuatro] cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios”. Este altar de oro era de donde se recibían las oraciones de los santos que estaban debajo del altar. ¿Ustedes recuerdan eso?, que lo estuvimos viendo en el quinto sello. Vamos al quinto sello en el capítulo 6 verso 9, para que podamos entender esto: “9Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. 10Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?” Ellos estaban diciendo: Señor, ¿por qué todavía no juzgas? Ellos nos mataron y todo sigue igual; parece que no van a creer que tú tenías la razón; tienes que vindicar la causa nuestra, Señor. “11Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos”. Vemos que las almas bajo el altar estaban clamando para que el testimonio de ellos fuera vindicado, para que la verdad fuera respaldada, para que el juicio que ellos anunciaron tuviera cumplimiento; pero el Señor estaba esperando que se completara un número; pero ahora vemos que cuando es la sexta trompeta, que es ya en plena gran tribulación, en la segunda mitad de la semana setenta de la profecía de las setenta semanas de Daniel, ahí sí aparece respondida la oración que se hacía debajo del altar.

Los espíritus obedecen la voluntad de Dios
Por eso dice en el verso 13 del capítulo 9: “13Oí una vez de entre los [cuatro] cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios, (allí donde se oía, ahora ya llegó el momento del juicio; estas trompetas son las que introducen el juicio, y las copas son las que lo consuman; entonces aquí está) 14diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta: Desata a los cuatro ángeles que están detenidos (o atados) junto al gran río Eufrates”.

Por lo que hicieron estos ángeles nos damos cuenta de que eran ángeles caídos, espíritus malignos de gran poder, que por voluntad de Dios estaban atados y no podían actuar lo que querían, porque el Señor es el que tiene toda autoridad; Él es el que sabe hasta donde permite y hasta donde no. Cuando le dijo a Pedro: Pedro, Satanás te ha pedido para zarandearte, significa que Satanás tuvo que pedir permiso para zarandear a Pedro; y lo mismo fue el caso de Job, cuando Satanás tuvo que pedirle permiso a Dios para poder tocar a Job, y Dios le dio medidas, y le dijo: Puedes tocar sus bienes, pero a él no; luego le dijo: Puedes tocar su cuerpo, su salud, pero no su vida; entonces aquí vemos que Dios tiene estos cuatro ángeles que son personajes seguramente malignos, que una vez  que tengan libertad actuarían, como los vamos a ver para introducir el Armagedón; y esto es esta sexta trompeta, este segundo ay; es la introducción del Armagedón; luego cuando ya se completa con la sexta copa, ya es el Armagedón completo. Pero el Armagedón tiene una introducción y una culminación. La introducción es la sexta trompeta, el segundo ay; la culminación es la sexta copa. Ahora estamos viendo la introducción del Armagedón: la sexta trompeta, el segundo ay.


Desatan a los cuatro ángeles
Dice Apocalipsis 9:15: “Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres”. ¿Con qué objetivo fueron desatados? Fíjense en la quinta trompeta, los primeros cinco meses de esa gran tribulación de esos tres años y medio; porque cuando cae Satanás a la tierra y sube el ángel del abismo y aparece la bestia que sube del abismo, comienza la gran tribulación, el desolador, el destructor, el anticristo.

Los cinco primeros meses a los hombres no se les permite morir, solamente son atormentados por estas langostas misteriosas, de las cuales algo parecido habla también Joel; que la vez pasada no pudimos mencionar: Joel 1, Joel 2, habla también de esos personajes malignos que atacan; Joel se refería en una primera instancia a las invasiones de Nabucodonosor, luego a otras futuras tipificadas por la primera, pero aquí en Apocalipsis 9:5 sí se habla de esas langostas malignas, que no son langostas naturales, sino diabólicas, que vienen del abismo, del Abadón; y sin embargo, solamente tienen permiso de Dios de atormentar a los humanos cinco meses, pero no de matarlos; esos cinco meses de ese tormento era porque Dios los quería librar de la muerte, pero las personas no se arrepintieron, ¿verdad? Entonces ahora Dios le permitió a estos cuatro ángeles que estaban atados junto al gran río Eufrates, ahora sí salir a matar. Ahora, fíjense en lo curioso, ¿dónde están detenidos esos ángeles que están a punto de ser desatados, como un perrito que está atado, cuando le sueltan la correa, sale disparado a hacer desastres? Están en el Eufrates; ¿dónde queda el Eufrates? Donde hoy es Irak; eso quiere decir que desde Irak, o sea a partir de Irak, el problema es con Irak, a partir de Irak saldrán estos cuatro ángeles a destruir.


Preparando el Armagedón
Nos damos cuenta de que por una parte está el ejército del anticristo, por otra parte está el ejército de los reyes del norte, por otra parte está el ejército de los reyes del sur, por otra parte está el ejército de los reyes del oriente; o sea que los cuatro ángulos de la tierra están involucrados en el Armagedón; estos cuatro ángeles van a producir lo que podemos llamar una tercera guerra mundial, donde habrá más muertos que en las anteriores.

Por eso dice acá: “a fin de matar a la tercera parte de los hombres”. Cuando estábamos viendo los sellos, uno de los sellos hablaba solamente de la cuarta parte, ¿recuerdan? La cuarta parte de la tierra; pero ahora habla de la tercera parte de la tierra; o sea, un tercio de los habitantes de la tierra. ¿Cuántos son los habitantes de la tierra que hay hoy? Seis mil millones; o sea, mil quinientos millones de personas, porque ya había muerto la cuarta parte; es decir, que van a morir durante la sexta trompeta en la gran tribulación mil quinientos millones de personas por las plagas que dice allí: fuego, humo y azufre; es decir, guerra; esas son las plagas de la guerra.


Doscientos millones de soldados
Luego dice el verso 16: “Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número”. Dos miríadas de miríadas, es decir, dos diez miles de diez miles, dice el original griego; que al traducirse una miríada son diez mil, entonces son doscientos millones de jinetes. Nunca había habido tanto número de personas en un ejército; el único ejército que tiene en la actualidad doscientos millones, es el ejército de la China.

Si nosotros nos damos cuenta más adelante cuando veamos la sexta copa, volveremos a esto para completarlo, pero vamos a adelantar un poquito allá en el capítulo 16; la sexta trompeta se corresponde con la sexta copa, porque la trompeta es la que introduce Armagedón, y la copa es la que lo consuma; podemos llegar allí al sexto ángel de la sexta copa, capítulo 16:12: “El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Eufrates; y el agua de éste se secó, para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente”. Quiere decir que es del Oriente que viene un número de jinetes para introducir prácticamente Armagedón, y comenzar una matanza cual nunca la ha habido. En otro lugar dice que la sangre llegó hasta los frenos de los caballos por unos trescientos kilómetros. Imagínense lo que es la cantidad de sangre, porque Dios va a reunir los ejércitos allí.


Irak, ficha clave del Armagedón
Cuando lleguemos a la sexta copa completaremos esto, pero hoy estamos introduciéndolo porque la trompeta introduce el Armagedón, la sexta copa lo consuma. Entonces dice Apocalipsis 9:16: “Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número”. Vemos, pues, que la tercera guerra mundial, la del Armagedón, comienza en Irak, porque de allí es de donde se desatan estos ángeles; o sea, Irak. Fíjense en cómo las cosas están de cerca ahora, porque desde el primer Bush Presidente de los Estados Unidos ha comenzado a haber problemas con Irak; ahora este segundo Bush habla de volver; o sea que realmente la situación va a llegar a ser tan compleja que va a desatar ya una tercera guerra mundial, que es el Armagedón.

Maldiciones por la desobediencia
Ahora, vamos a leer en el libro de Deuteronomio 28:49-57.  ¿Por qué voy a leer Deuteronomio? En Deuteronomio se describen las bendiciones y las maldiciones: Entre las maldiciones al pueblo de Israel por su infidelidad, está que Dios traería ese ejército terrible y numeroso sobre ellos; recuerden que ellos vienen hacia la llamada “Tierra Santa”; esa tierra santa es Israel. Vamos a Deuteronomio 28:15-57: El contexto como les dije, está desde el verso 15: Consecuencias de la desobediencia; y ya viene declarando esa desobediencia con castigos más suaves al principio y más fuertes hacia el final. Ya hacia el final desde el verso 49 dice: “49Jehová traerá contra ti una nación de lejos, del extremo de la tierra, que vuele como águila, nación cuya lengua no entiendas; 50gente fiera de rostro, que no tendrá respeto al anciano, ni perdonará al niño; 51y comerá el fruto de tu bestia y el fruto de tu tierra, hasta que perezcas; y no te dejará grano, ni mosto, ni aceite, ni la cría de tus vacas, ni los rebaños de tus ovejas, hasta destruirte. 52Pondrá sitio a todas tus ciudades hasta que caigan tus muros altos y fortificados en que tú confías, en toda tu tierra; sitiará, pues, todas tus ciudades y toda la tierra que Jehová tu Dios te hubiere dado . 53Y comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que Jehová tu Dios te dio, en el sitio y en el apuro con que te angustiará tu enemigo”. Ahora fíjense, si eso ya sucedió con Tito, el general romano, en Jerusalén, y lo que viene es tiempo de angustia para Jacob, tribulación como  nunca  más la ha habido ni la habrá, o sea, si ya sucedió en el año 70 del primer siglo en Jerusalén, ¿qué no se espera suceda ahora en esta sexta trompeta? Será peor.

Tiempo de angustia para Israel
Continua diciendo el verso 54, en Deuteronomio 28: “54El hombre tierno en medio de ti, y el muy delicado, mirará con malos ojos a su hermano, y a la mujer de su seno y al resto de sus hijos que le quedaren; 55para no dar a alguno de ellos de la carne de sus hijos, que él comiere, por no haberle quedado nada, en el asedio y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en todas tus ciudades. 56La tierna y la delicada entre vosotros, que nunca la planta de su pie intentaría sentar sobre la tierra, de pura delicadeza y ternura, mirará con malos ojos al marido de su seno, a su hijo, a su hija, 57al recién nacido que sale de entre sus pies, y a sus hijos que diere a luz; pues los c
Negritaomerá ocultamente, por la carencia de todo, en el asedio y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades”. Vemos, pues, que si con el rechazo del Mesías hubo la retribución, cuánto más en el tiempo de angustia, que hará que ellos se vuelvan al Mesías en su segunda venida. Entonces aquí nos habla de esa nación del extremo de la tierra que ha de venir, y aquí habla de un ejército de doscientos millones. Actualmente la única nación que tiene un ejército de doscientos millones de soldados es China, que es justamente en el extremo de la tierra, en el lejano oriente; y como dice la sexta copa que vienen los reyes del oriente, ¿a dónde? A batallar en el valle de Meguido, en Armagedón, donde vendrá el ejército del anticristo, los del norte, o sea la Confederación de Rusia y los aliados suyos, el rey del sur, o sea, los musulmanes, y éstos que vienen del oriente.

Hermanos, esta sexta trompeta, este segundo ay, es el inicio del Armagedón ya.


Caballos con colas serpentinas
Volvamos a Apocalipsis 9, donde Juan empieza a describir desde su época. Él estaba viendo una visión, y claro, él estaba en una época muy antigua, donde todavía no había ciertas máquinas de guerra como las hay hoy; pero miren cómo él las describe en el verso 17: “Así vi en visión (muy pocas veces él dice esta palabra, “vi en visión”; Daniel sí lo dice, pero Juan muy pocas veces; aquí lo dijo) los caballos y a sus jinetes, (les digo una cosa: el país que más produce caballos en todo el mundo es Mongolia, en el extremo oriente; Juan tuvo la visión de los doscientos millones de caballos y a sus jinetes) los cuales tenían corazas de fuego; de jacinto y de azufre (esas corazas eran como armas defensivas; es decir, con las mismas se defendían, incluso atacando con fuego; aquí la palabra que dice “zafiro”, realmente en el original griego es “jacinto”; el jacinto es un poco más oscuro; aquí se tradujo “zafiro”; la palabra en el griego más exacta es “jacinto”; “corazas de fuego, de jacinto y de azufre”. Es curioso que el azufre es uno de los principales componentes de la pólvora, que tiene un olor hediondo, y es el  componente del lago de fuego; el azufre aparece en el lago de fuego). Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; (aquí está hablando de algo diferente a los caballos normales; quizá sean otros animales, o quizá sea que han sido disfrazados, o han sido adornados así, o se está refiriendo también a máquinas como caballos; de todas maneras el poder de las máquinas se mide en poder de caballos de fuerza, ¿verdad?) y de su boca salían fuego, humo y azufre”. Eso es lo que se ve en una guerra convencional; gracias a Dios que esta por ahora es convencional; la parte atómica y nuclear aparece en Zacarías 14, al final; pero por ahora es guerra de tipo convencional.

“18Por estas tres plagas (la palabra se puede traducir también “flagelo”; es la misma raíz griega para plagas y flagelos) fue muerta la tercera parte de los hombres; (a fin de matar fue que fueron liberados, y lo hicieron; fueron liberados para hacer eso, y por esas tres plagas fueron muertas la tercera parte de los hombres. ¡Qué cosa tremenda! Si fuera en esta época, serían mil quinientos millones de personas; muchos muertos, más de los que hubo en la guerra mundial) por el fuego, el humo y el azufre que salían de su boca.

19Pues el poder de los caballos estaba en su boca y en sus colas; (hacia delante y hacia atrás) porque sus colas, semejantes a serpientes, (significa que se movían, se podían mover, eran móviles) tenían cabezas, y con ellas dañaban”. ¡Cosa terrible!


Los hombres no se arrepintieron
“20Y los otros hombres (aquí está lo que Dios esperaba al permitir que un tercio muriera. Primero que no murieran; sólo que sufrieran cinco meses, pero no se arrepintieron sufriendo, entonces bueno, la tercera parte va a morir, ¿para qué? Para que las dos terceras partes se arrepientan, y sin embargo dice acá). “Y los otros hombres (las dos terceras partes que quedaron) que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de sus obras”; es decir, es como si Dios dijera: lo que yo buscaba era que se arrepintieran, pero ni siquiera así, después de esa tremenda mortandad, de esa terrible guerra; es decir, que lo que Dios buscaba era el arrepentimiento; “ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos”; es decir, que lo que los hombres hacen con las manos, es malo; Dios nos dio las manos para hacer lo bueno, para trabajar el bien, pero si aquí Dios está pidiendo que se arrepientan de las obras de sus manos, quiere decir que la mayoría de los hombres están usando sus manos en el trabajo para el mal; o sea que cada vez los hombres van a trabajar más para el mal que para el bien; por eso habla así: “ni aún así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, (o sea, que habrá en el tiempo del fin adoración demoníaca; siempre la hubo, pero hacia el tiempo del fin se aumentaría la adoración a los demonios; y fíjense, ni siquiera con esto dejaron de adorar a los demonios, ni la idolatría) y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, (es decir, el Señor no dejó excepción; lo normal de las estatuas son estos materiales, y los hombres siguieron adorando estas estatuas, estas imágenes) las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar”. Ahora, fíjense en que estas frases son frases parecidas a la que aparece en el Salmo 115, ¿verdad? Pero hay una diferencia. Vamos a comparar el Salmo 115 para ver la diferencia.

Lo inútil de los ídolos
Vamos a ver cual es la diferencia. Salmo 115:4-7, dice así: “4Los ídolos de ellos son plata y oro, obra de manos de hombres. 5Tienen  boca, mas no hablan; tienen ojos, mas no ven; 6orejas tienen, mas no oyen; tienen narices, mas no huelen; 7manos tienen, mas no palpan; tienen píes, mas no andan; no hablan con su garganta. 8Semejantes a ellos son los que los hacen, y cualquiera que confía en ellos”.

Aquí en Apocalipsis 9:20 dice: “Y las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar;” pero no dijo que no pueden hablar. ¿Por qué el Espíritu Santo calló diciendo que estas imágenes no podían hablar? Porque a la imagen de la bestia se le dio poder para hablar y para hacer matar a todo el que no la adorase; entonces por eso el Espíritu Santo no dijo que no podían hablar, porque se le va a dar permiso, como lo vamos a ver después, a la imagen de la bestia para que hable; por eso es que aquí dice en plena tribulación: “no pueden ver, ni oír, ni andar”, pero no dice nada de hablar, porque ahí sí van a hablar; la imagen de la bestia va a hablar; por eso aquí no dice que no va a hablar; esa es la diferencia.


Las drogas y el satanismo
Luego dice el versículo 21: “Y no se arrepintieron de sus homicidios”. Tan común que se ha vuelto matar, especialmente aquí en Colombia, que es el país más violento del mundo, tan fácil que es matar. Allá en la región de Urabá, Antioquia, hay unas historias terribles: A cinco muchachos porque tenían aretitos los paramilitares los mataron; por cualquier cosa se mata; con qué facilidad se mata, y la gente actúa como si eso fuera lo normal. “21Y no se arrepintieron de sus homicidios, (¿qué estaba buscando Dios con todo este Armagedón que fue iniciado acá? que se arrepintieran) ni de sus hechicerías”; pero la palabra “hechicería” es traducción del griego pharmacón, de donde viene la palabra: farmacia o drogas. Antiguamente la palabra pharmacón o farmacia se usaba en relación a los encantamientos; pero como para hacer encantamientos se hacían menjurjes con plantas y con cosas, entonces ahí empezó a surgir la farmacia, y los curanderos usaban los menjurjes junto con espiritismo o espiritualismo, invocando espíritus y haciendo pócimas.

Después poco a poco se fue separando la parte del conocimiento químico de las propiedades de las plantas; sin embargo, fíjense en que en Pérgamo existía la adoración al dios Esculapio, que era una serpiente, y esa serpiente es la que aparece en los escudos de los hombres que estudian farmacia y también los que estudian medicina; es una serpiente; y otros tienen dos, refiriéndose a Esculapio; y fíjense en cómo en el tiempo del fin habrá hechicería, satanismo por todas partes, utilizando también drogas y plantas. Por ejemplo, uno de los grupos satánicos es el grupo Wicca, y ellos utilizan plantas; y ahora aquí en Bogotá circula ese libro por las casas; se lo ofrecen en su casa, el libro de las plantas Wicca; es decir, para hacer hechicerías, para retener amores, para hacer daño a personas a través de la ecología, de las plantas, de la madre tierra, etc. Están llevando a la gente 
Negritaa la hechicería, al uso de las drogas, de los poderes de las plantas, para mantener a las personas sometidas o para hacer maleficios. Eso es terrible. Recuerde, por ejemplo, el caso de la escopolamina tomada da la burundanga.

Estaba viendo en un programa que presentaban Pacheco, Adriana y el hermano de Margarita Rosa de Francisco en la televisión, y estaba ella trayendo a una danzarina de danzas hindúes, y ella le estaba enseñando la danza hindú, invocando a todos los dioses, diciendo que esa danza era para todos los dioses y todas las divinidades; o sea que directamente están metiendo el politeísmo a través de la televisión, y ellos no se dan cuenta; los mismos que hacían el programa no entendían lo que estaban haciendo, dirigido a las divinidades. Nos damos cuenta de cómo la nueva era está metiendo la hechicería, y cómo se está usando las drogas para la hechicería.


La ceguera de los hombres
Dice el verso 21: “Y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, (generalizando todas sus variedades; vemos que en el último tiempo, hasta el final de la tribulación, habría todavía hechicería; ¿quién pensaría? una sociedad que se dice moderna, incluso algunos que se dicen ateos, y sin embargo, practicando hechicería) ni de sus fornicaciones, (eso es lo común ahora) ni de sus hurtos”.

Entonces fijémonos en cuáles son las cosas de que Dios esperaba que se arrepintieran: Primero, las obras de sus manos, o sea, de hacer ídolos y el mal en general; no dejaron de adorar a los demonios, ni a los ídolos; aquí la palabra: “imágenes” son ídolos, o sea, la idolatría. Segundo, habla entonces del homicidio; tercero, la hechicería, la fornicación y los hurtos; o sea, esto era lo que Dios buscaba que parara a través de este inicio del Armagedón, que es la sexta trompeta, que es el segundo ay.


Aquí en el versículo 21 no termina el segundo ay, ni la sexta trompeta. Tengamos en cuenta que la séptima trompeta comienza en Apocalipsis 11:15; quiere decir que la sexta trompeta va hasta el verso 14. Recordemos que la trompeta y el ay son equivalentes. Eso significa que en la sexta trompeta aun está incluido el capítulo 10, donde acontece el anuncio de la consumación que tiene que hacerse antes de la séptima trompeta. La séptima trompeta es la consumación, pero antes se anuncia que el fin está ya encima; se anuncia justamente en medio del Armagedón, en medio de la sexta trompeta, en medio del segundo ay; y luego aparece el capítulo 11 donde continua describiendo lo que va a pasar en Jerusalén, cómo la ciudad fue entregada y solamente fue reservada una parte del templo; eso continúa en Armagedón; y aparece la descripción de los dos profetas que también predicarán durante ese período. Vemos, pues, que la sexta trompeta corresponde a la gran tribulación, a la segunda mitad de la semana setenta; e incluye no sólo lo que acabamos de ver hoy hasta el verso 21, sino todo el capítulo 10, el capítulo 11 hasta el versículo 14. Como esto es bastante largo y vale la pena considerarlo mejor, vamos después a considerar esta segunda y tercera parte del segundo ay de la sexta trompeta. Por hoy vamos a parar aquí. Vamos a dar gracias a Dios. Amén. ☐

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