LA QUINTA TROMPETA
EL PRIMER AY
“Y el quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo”. Apocalipsis 9:1.
Crítica textual
Vamos a estudiar la palabra del Señor en esta noche, hermanos; vamos a continuar estudiando este precioso libro que Jesucristo, el Señor, después de haber muerto Pablo, se apareció a Juan y le dio estas palabras para sus siervos, y nos prometió que sería bienaventurado considerar este libro, y que quitarle una parte sería cosa seria, y más seria sería quitarlo todo. Tengamos este libro con la reverencia que el Espíritu nos conceda. Hoy estamos considerando, con la ayuda del Señor, la quinta trompeta: el primer ay. El primer ay se corresponde a la quinta trompeta. Eso está descrito por Juan en el capítulo 9:1-12. Voy a hacer una primera lectura inicial con el breve comentario de crítica textual para que nos acerquemos lo más posible al texto griego. Todos los versículos del 1 al 10 comienzan con la palabra griega kai (kapa, alfa, iota), que quiere decir: “y”; todos los versos en el griego comienzan con letra “y”, ahora en español, y en el verso 11, donde en esta traducción aparece, realmente no aparece en el griego. Entonces ese es un comentario. Voy a leer basado en Reina-Valera pero haciendo unas modificaciones para ajustarlo más al texto griego: “1Y el quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo.
2Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo. 3Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra. 4Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes. 5Y les fue dado, no que los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su tormento era como tormento de escorpión cuando hiere al hombre. 5Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos. 7Y el aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas tenían como coronas de oro; sus caras eran como caras humanas; 8y tenían cabello como cabello de mujer; sus dientes eran como de leones; 9y tenían corazas como corazas de hierro; la voz de sus alas era como la voz (foné) de muchos carros de caballos corriendo a la batalla; 10y tienen (presente perfecto) colas como de escorpiones, y aguijones; y en sus colas tenían poder para dañar a los hombres durante cinco meses. 11Tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en helénico, tiene nombre Apolión (aquí el traductor lo hizo muy simple, dice: “y en griego, Apolión”; dice helénico, y dice otra vez: onoma eti, quiere decir: nombre tiene, Apolión). 12El primer ay pasó; he aquí, vienen aún dos ayes después de esto”. Los detalles de crítica textual son pues, la letra “y” al comienzo de todos los versículos, desde el versículo 1 hasta el 10; al comienzo del versículo 11 no aparece la palabra “kai” en el griego; es “tienen por rey”; el comienzo del verso 10 dice: “tienen colas como de escorpiones”; en el verso 7 donde dice: “como coronas de oro”, hay algunos manuscritos que lo dicen en singular y otros que lo dicen en plural; o sea unos dicen: “coronas doradas” en plural y otros dicen: “corona de oro”, singular; la mayoría y los más antiguos dicen: “corona de oro”, singular. En el pasaje del verso 12, los manuscritos más antiguos terminan así, algunos: “El primer ay pasó; he aquí, vienen dos ayes después de esto”. Recuerden que los manuscritos más antiguos eran unciales; se escribían todos con palabras mayúsculas y de seguido; por eso hay algunos manuscritos que el verso 12 lo terminan después de la palabra ayes: “12El primer ay pasó; he aquí vienen aún dos ayes”; y dicen: “13Después de esto el sexto ángel...” Existen esas variedades, pero así como aparece en esta traducción es la más acertada: “El primer ay pasó, he aquí vienen aún dos ayes después de esto”.
Estrellas espirituales
Comencemos a considerar ahora paso por paso, verso por verso, esta revelación del Señor a sus siervos, que ha querido manifestar a sus siervos esto: “1Y (este “y” es siempre la continuidad) el quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo”. Por lo que dice el contexto y todo el resto del pasaje, nos damos cuenta de que esta estrella no es una estrella común; aquí se le dio a esta estrella la capacidad de abrir el pozo del abismo. En la Biblia los poderes espirituales son comparados con estrellas; por ejemplo, ustedes pueden ver aquí en el capítulo 12 que el dragón aparece con una cantidad de estrellas en su cola, refiriéndose a sus ángeles. Cuando aparece la guerra del dragón, en el verso 4 ustedes lo pueden ver cuando dice: “y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra”; pero en el verso 7 dice: “Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles”. Aquí los ángeles son considerados como estrellas.
También cuando el Señor vio a Satanás cayendo del cielo, en Lucas 10:18, allí el Señor vio una visión y se las contó a sus discípulos, los setenta, cuando regresaron de su misión: “Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo”. En Apocalipsis 12:13 también se ve la caída de Satanás del cielo. “Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra”. El verso 9 dice: “Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él”; o sea que estaba profetizada una caída de Satanás del cielo a la tierra.
En el libro de Job vemos cómo Satanás se presentaba con los hijos de Dios y hablaba con Dios, y Dios le decía: ¿De dónde vienes? De recorrer la tierra y andar por ella; y le dice: ¿Y has visto a mi siervo Job? Y hay allí aquel diálogo. Satanás tiene acceso a la presencia de Dios. Vemos en el Antiguo Testamento cuando incluso Dios le da permiso a los mismos espíritus de dar sus opiniones y pregunta Dios a todos esos espíritus delante de él: ¿Qué haremos? El podría decirlo, pero qué haremos para que la palabra que dijo mi siervo Elías acerca de Jezabel y Acab se cumpla; y cada uno de los espíritus, buenos y malos, daban su opinión; y un espíritu del infierno dio su opinión: Yo voy a ser espíritu de mentira en la boca de sus profetas; tú lo conseguirás, le respondió el Señor. ¿Se dan cuenta de que esos espíritus tenían acceso a la presencia del Señor? Unos, antes del diluvio, habían sido puestos en prisiones de oscuridad, otros quedaron teniendo acceso incluso a la presencia del Señor, como el caso de Satanás, como el caso de aquel espíritu de mentira; y dice la palabra del Señor que el diablo es el príncipe de la potestad del aire; o sea, que ellos están en los aires, y en regiones celestes; pero hay una profecía de que Satanás caería, sería lanzado a la tierra. Ustedes se dieron cuenta de que la serie de las trompetas tiene dos partes: la primera parte se divide de la segunda parte por medio del anuncio de los tres ayes; el águila anuncia los tres ayes, separando las cuatro primeras trompetas, que son el inicio de tribulación, los principios de dolores bien acentuados; pero la segunda parte de las trompetas, los tres ayes: la quinta, sexta y séptima trompetas, ya son tribulación pura; de manera que a partir de la quinta trompeta ustedes ven la caída de Satanás a la tierra; este ángel es Satanás; éste es el que da inicio a la gran tribulación en el sentido más propio; como si dijéramos la segunda mitad de la semana setenta de la profecía de Daniel. Daniel profetizó setenta semanas; a la mitad de la última semana aparece el desolador, y ahí comienza la gran tribulación en el sentido más propio. Entonces estas tres últimas trompetas, los tres ayes, se dan en lo más propio e intenso de la gran tribulación. Este ángel que cae, esta estrella que cae es Satanás.
Dos cosas acontecen: una, Satanás cae del cielo a la tierra; segundo, el pozo del abismo es abierto para que suban una serie de criaturas diabólicas para hacer daño a la tierra; la bestia también sube del abismo. En 11:7 dice: “Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo...”; lo mismo dice en el 17:8: “La bestia que has visto, era, y no es, y está para subir del abismo”. Por una parte Satanás cae, por otra parte, la bestia sube del abismo, porque es abierto el pozo del abismo en esta quinta trompeta.
Satanás cae y se abre el pozo del abismo
Vamos a poner cuidado a lo que dice aquí en el capítulo 9:1: “Y el quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; (esta es la caída de Satanás sabiendo que le queda poco tiempo, y viene a hacer grande destrucción) y se le dio la llave del pozo del abismo”. Él no la tiene; quien tiene las llaves del abismo y de la muerte es el Señor Jesús; esto no podría suceder si Dios no lo permitiera. Dios es el que da permiso y pone una barrera hasta dónde tiene límite ese permiso. Dice que se le dio autoridad a estos espíritus malignos, a estas langostas diabólicas que salen del humo del pozo del abismo, pero no se les dio autoridad para matarlos, sino solamente para atormentarlos. “5Y les fue dado”; noten, si no fuera porque Dios permite, esto no sucedería, pero Dios tiene que permitir esto. Dios tiene que permitir que para que la gente no se vaya al infierno eternamente, vivan un poco del infierno sin poder morir en la tierra; pero la gente en vez de arrepentirse prefiere morirse, prefiere matarse; pero Dios no permite que la muerte ayude o libere esas personas, porque ellos no se liberarían si mueren, sino que irían al tormento eterno y nunca tendrían oportunidad; así que inclusive en esta terrible trompeta se ve la misericordia de Dios. Dios permite que sean atormentados pero no muertos. Dios quiere que conozcan a dónde van a ir, conozcan un poquito del infierno aquí en la tierra para que se arrepientan a tiempo y no que vayan a parar allí definitivamente; aun hay misericordia de Dios aquí en esto. “Se le dio la llave del pozo del abismo”. Esta palabra hay que considerarla más detenidamente; la palabra en griego es “freatos”, de donde vienen las capas freáticas de la tierra. Freatos es una palabra que, mejor que pozo, se puede traducir hendidura o grieta; o sea que para entender mejor lo que quiere decir el abismo, tenemos que tomar todos los versículos de la Biblia, desde el primero hasta el último, para poner tener claro el asunto del abismo. El abismo tiene, como decir, dos partes: la parte de arriba, que es el mar, los océanos, y la parte inferior, que es el Abadón. El Abadón es la parte inferior, la parte más baja, es un aspecto espiritual, pero su boca está cubierta por el mar, por el océano; por eso se habla de muertos en el mar, y por eso el Señor Jesús también bajó al abismo, y no sólo al Hades; el Señor Jesús bajó al abismo. Veámoslo en Romanos 10:7: “O, ¿quién descenderá al abismo? Esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos)”. Significa que el Señor descendió al abismo. La prisión de los ángeles es en el abismo en su parte inferior, que es el Abadón.
También se le llama abismo a la parte del mar, y también se le llama abismo al Abadón; las dos cosas son el abismo. Así que el abismo tiene un aspecto del mar y otro aspecto debajo del mar, y una comunicación desde el fondo del mar, por lo que se llama aquí el pozo o la hendidura o la grieta. Generalmente la palabra abismo está relacionada con las aguas, pero en algunos pocos versículos está también relacionada con fuego, y está relacionado con prisión de espíritus; o sea que el abismo equivaldría al Tártaro, lo que se llama prisión de los ángeles caídos. Isaías nos dice que el abismo está al lado del Seol; el Seol bajo la tierra, y el abismo bajo el mar.
Revelación sobre el abismo
Vamos a ver los versículos que nos hablan del abismo para entender esto con mayor claridad. Empecemos mirando desde Génesis; vamos a seguir los versos que nos hablan del abismo para que se den cuenta de que en parte se refiere al mar y en parte se refiere al Abadón; así como, antes de la venida de Cristo, había secciones en el Seol: el seno de Abraham, donde estaban descansando Abraham y los justos, y la sección de tormento, donde estaba aquel rico, que la Biblia le llamó lugar de tormento. Lo mismo sucede con el abismo; una parte corresponde al mar, y otra parte, la parte maligna de los espíritus encarcelados corresponde al Abadón. El rey del abismo, tiene ese nombre, Abadón, y también Apolión. Hagamos el seguimiento para entender esto en todos los versos de la Biblia que nos hablan del abismo.
Génesis 1:2: “Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”. El segundo pasaje que habla sobre el abismo es Génesis 7:11: “El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas”. Vemos que el cataclismo del diluvio no solamente fue de arriba para abajo, sino también de abajo para arriba; habla de las fuentes del gran abismo; el gran abismo tiene unas fuentes inferiores; aunque también, al hablar de la faz del abismo en Génesis 1:2 implica las nebulosas de que se formó la tierra y los astros; por lo tanto las fuentes del abismo pueden ser también superiores, y no sólo inferiores. Pasemos al 8:2, ya después del diluvio: “Y se cerraron las fuentes del abismo y las cataratas de los cielos; y la lluvia de los cielos fue detenida”. Aquí vuelve a hablar de las fuentes del abismo.
Pasemos al 49:25; allí aparece una profecía de Jacob, Jacob está bendiciendo a José y al bendecir a José dice: “Por el Dios de tu padre, el cual te ayudará, por el Dios Omnipotente, el cual te bendecirá con bendiciones de los cielos arriba, con bendiciones del abismo que está abajo”. Aquí la palabra “abismo” se refiere a los mares. Las bendiciones del abismo abajo es el aspecto de los mares.
Pasemos a Éxodo 15:4-5,8. Es el cántico de Moisés. Ahí hablando del mar, hablando de cuando los Egipcios fueron enterrados en el mar, dice Moisés: “4Echó en el mar los carros de Faraón y su ejército; y sus capitanes escogidos fueron hundidos en el Mar Rojo. 5Los abismos los cubrieron; descendieron a las profundidades como piedra”. Aquí los abismos se refieren al mar, específicamente al Mar Rojo. “8Al soplo de tu aliento se amontonaron las aguas; se juntaron las corrientes como en un montón; los abismos se cuajaron en medio del mar”. Este aspecto de los abismos aquí es el mar.
Deuteronomio 33:13. Aquí están las bendiciones finales de Moisés, aquella despedida de Moisés; está bendiciendo a las tribus, a la tribu de José. Siempre es a José al que se le bendice con los abismos, con el mar. “13A José dijo: Bendita de Jehová sea tu tierra, con lo mejor de los cielos, con el rocío, y con el abismo que está abajo”. Aquí la palabra abismo se refiere al mar.
Pasemos ahora al libro de Job. Recuerden que Job es un libro de la época patriarcal entre Abraham y Moisés. Es muy interesante ver cómo Job se refiere al abismo con el lenguaje de la época patriarcal. Leemos Job 28:14: “El abismo dice: No está en mí; y el mar dijo: Ni conmigo”. Ahí vemos que el abismo y el mar reconocen que la sabiduría no está allá; viene hablando de dónde estará la inteligencia, dónde estará la sabiduría, cuál es su lugar; el mismo abismo dice: aquí no está; si hubieran sido sabios no estarían allá. El mar dice que no está allá. En Job 38:16, Dios le pregunta a Job; noten estas son palabras de Dios. Dios le habló en un torbellino a Job; Dios es que el usa este lenguaje, por eso debemos respetar el lenguaje porque es lenguaje de Dios; incluso Job es anterior a Moisés, que escribió el Génesis. Dios le habla a Job desde un torbellino: “16¿Has entrado tú hasta las fuentes del mar, (noten, Dios habla de las fuentes del mar como hablaba allí en Génesis de las fuentes del abismo) y has andado escudriñando el abismo? 17¿Te han sido descubiertas las puertas (no una, sino mínimo dos) de la muerte, y has visto las puertas de la sombra de muerte?” Está hablando de esas dimensiones profundas.
Pasemos a Job 41:32, donde sigue siendo Dios el que habla. Dios está hablando aquí del leviatán y de behemot. “32En pos de sí hace resplandecer la senda, que parece que el abismo es cano”. Está hablando de este animal, al que describe como un dragón que ha salido del fondo del mar, y dice que hace resplandecer la senda, que parece que el abismo es cano; o sea el fondo del mar suele ser oscuro, pero se aclara por este animal descrito aquí como un dragón.
Que parece que el abismo es cano; aquí este abismo es lo profundo del mar.
Libro de los Salmos. Vamos al 18:15; este es un Salmo de David, aquí es David el que está hablando en el contexto de la liberación de parte de Dios. “Entonces aparecieron los abismos de las aguas, (el abismo relacionado con el mar) y quedaron al descubierto los cimientos del mundo, a tu reprensión, oh Jehová, por el soplo del aliento de tu nariz”. Salmo 33:7; este es un Salmo anónimo sumamente interesante; dice allí de Dios: “El junta como montón las aguas del mar; él pone en depósitos los abismos”. Aquí habla en plural, “en depósitos los abismos”; también está relacionado con los mares: “El junta como montón las aguas del mar”. Salmos 36:6; este también es de David; aquí sí se ve el aspecto serio del abismo, ya no solamente el aspecto de aguas, sino como el juicio de Dios. Satanás va a ser echado en el abismo, allí están encarcelados unos espíritus, y dice aquí David de Dios: “Tu justicia es como los montes de Dios, tus juicios, abismo grande”. Los juicios de Dios son abismo grande; allí estará Satanás, allí están espíritus que están a punto de salir temporalmente para volver allá. Salmos 42:7; este es de los hijos de Coré: “Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas; todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí”. Siempre relaciona abismos, y habla de ondas y de olas. El abismo tiene esos dos aspectos: un aspecto físico del mar y un aspecto también de prisión de espíritus encarcelados. Salmo 69:2,15; éste también es de David. “2Estoy hundido en cieno profundo, donde no puedo hacer pie; he venido a abismos de aguas, y la corriente me ha anegado”. Aquí él toma la figura de una inundación, de un ahogamiento físico para expresar un ahogamiento espiritual y emocional. “15No me anegue la corriente de las aguas, ni me trague el abismo, ni el pozo cierre sobre mí su boca”. Ahí habla de las aguas del abismo y del pozo del abismo. Salmo 71:20, este es anónimo, es de un anciano. “Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males, volverás a darme vida, y de nuevo me levantarás de los abismos de la tierra”. Miren la esperanza de un anciano: “Me levantarás de los abismos de la tierra”; el mar entregó los muertos que había en él. Salmo 77:16; éste es de Asaf. Asaf también habla y relaciona estas cosas de esa manera: “Te vieron las aguas, oh Dios; las aguas te vieron, y temieron; los abismos también se estremecieron”, ante Dios. Salmo 78:15: “Hendió las peñas en el desierto, y les dio a beber como de grandes abismos”. Si lees el contexto, está hablando cuando Israel no tenía que beber y el Señor golpeó la roca, y dice que esas aguas provinieron como de grandes abismos, es decir, del fondo de la tierra; estas no eran aguas saladas, sino dulces.
El abismo y el mar
Salmo 104:5-6: “5Él fundó la tierra sobre sus cimientos; no será jamás conmovida. 6Con el abismo, como con vestido, la cubriste; sobre los montes estaban las aguas”. En el principio, todavía en el segundo día cuando Dios reunió las aguas en un lugar y las llamó “mares”, todavía no había aparecido la tierra, las aguas estaban encima; después Dios dijo: descúbrase lo seco, y apareció lo seco que es el primer continente, pangea, como lo llaman hoy los hombres a un continente que después se partió y vino la deriva de los continentes de lo cual también habla la Biblia. “Con el abismo, como con vestido, la cubriste”; aquí le llama abismo al mar. Salmo 106:9; éste es un aleluya anónimo: “Reprendió al Mar Rojo y lo secó, y les hizo ir por el abismo como por un desierto”. Ese es el Mar Rojo; aquí el abismo es relacionado con el mar. Salmo 107:25-27; aquí está hablando de cómo Dios libra de la aflicción, y está hablando de aquellos marineros que están en esas terribles tormentas, como nos cuenta Alejandro, allí en Cabo Háteras. “25Porque habló, e hizo levantar un viento tempestuoso, que encrespa sus ondas. 26Suben a los cielos, descienden a los abismos; sus almas se derriten con el mal. 27Tiemblan y titubean como ebrios, y toda su ciencia es inútil”. Eso es cuando en el mar se está a punto de naufragar, subiendo, y de esa bajada dice: descienden a los abismos; aquí abismos se refiere al mar. Seguimos en los Salmos haciendo el seguimiento del concepto de abismo como progresivamente ha sido revelado, pero tenemos que tener todos los versos para tener la visión completa; si tomamos un solo verso decimos que es sólo el mar; si tomamos solo Apocalipsis decimos que es algo espiritual, pero aquí vemos que tiene los dos aspectos. Salmo 135:6: “Todo lo que Jehová quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares, y en todos los abismos”.
El abismo y el fuego
Salmo 140. Salmo de David. Aquí por primera vez se relacionan los abismos con fuego. Hasta aquí había sido con las aguas. Salmo 140:10: “Caerán sobre ellos brasas; serán echados en el fuego, en abismos profundos de donde no salgan”. Aquí se refiere a esa parte terrible de prisiones. Ahora, lo normal es que sea prisiones de ángeles, pero también la Biblia habla de muertos en la muerte, muertos en el Hades y muertos en el mar. Hay personas que tienen relaciones con los espíritus y van a parar a esos lugares. Dios no hizo el lago de fuego para los hombres sino para Satanás, pero los hombres van tras Satanás, a donde Satanás está, y aquí vemos que está hablando de los rebeldes. Y de los perseguidores y dice: “Caerán sobre ellos brasas; serán echados en el fuego, (sigue la misma idea) en abismos profundos de donde no salgan”. Es la primera vez que aparece el fuego también asociado con los abismos. Salmo 148:7; aquí se refiere otra vez a los mares: “Alabad a Jehová desde la tierra, los monstruos marinos y todos los abismos”.
Ahora pasemos al concepto de Salomón; ya vimos el de Job, vimos el de Moisés, el de David, el de Asaf, el de los hijos de Coré, ahora el de Salomón. Proverbios 1:12; aquí están hablando los perversos, y este es el concepto de los perversos que escribe Salomón: “Los tragaremos vivos como el Seol, y enteros, como los que caen en un abismo”. Proverbios 3:20; este es otro versículo sumamente interesante. Recuerden que al principio dijo: Reúnanse las aguas en un solo lugar; luego: descúbrase lo seco; luego la tierra fue dividida en tiempos de Peleg; entonces si la tierra fue dividida, también los abismos de los mares fueron divididos, y esto lo dice este versículo: “Con su ciencia (con la de Dios) los abismos fueron divididos, (estaban en un solo lugar, pero fueron divididos) y destilan rocío los cielos”. Proverbios 8:24,27-28; aquí habla la sabiduría de Dios, aquí habla Cristo, Cristo hablando como la sabiduría a través de Salomón: “24Antes de los abismos fui engendrada. 27Cuando formaba los cielos, allí estaba yo; cuando trazaba el círculo sobre la faz del abismo”. Dice Génesis que el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas, pero dice que ese movimiento era en círculo. “28Cuando afirmaba los cielos arriba, cuando afirmaba las fuentes del abismo”. Vuelve a hablar como en Génesis de las fuentes del abismo; no sólo habla del abismo, sino de fuentes del abismo. Proverbios 23:27: “Porque abismo profundo es la ramera, y pozo angosto la extraña”.
Aquí aparece en forma figurativa, es decir, como alguien que te lleva a las profundidades de la perdición. “Porque abismo profundo es la ramera”.
Ahora pasemos a la enseñanza del Espíritu por los profetas. Vamos a Isaías 14:15, donde aparece lo que les dije al principio. Aquí dice el Señor a este rey de Babilonia poseído por Satanás: “Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo”. Vemos que el Seol y el abismo están lado a lado; el Seol debajo de la tierra y el abismo en los mares y debajo de los mares. Vamos haciendo el seguimiento de este concepto para tenerlo completo. En Isaías 51:10, le pregunta el profeta al Señor: “¿No eres tú el que secó el mar, las aguas del gran abismo; el que transformó en camino las profundidades del mar para que pasaran los redimidos?” Aquí se refiere al Mar Rojo, o sea, a los mares. Isaías 63:13: “¿...el que los condujo por los abismos, como un caballo por el desierto, sin que tropezaran?” Aquí nos damos cuenta de que es otra vez el mar, cuando Dios condujo a Israel a través del Mar Rojo.
Pasemos a Ezequiel 26:19: “Porque así ha dicho Jehová el Señor: (esto fue cuando Tiro iba a ser destruido) Yo te convertiré en ciudad asolada, como las ciudades que no se habitan; haré subir sobre ti el abismo, y las muchas aguas te cubrirán”. Este fue el maremoto que asoló a Tiro: “haré subir sobre ti el abismo”. Ezequiel 31:4,15; aquí habla ahora de Egipto: “Las aguas lo hicieron crecer, lo encumbró el abismo; sus ríos corrían alrededor de su pie, y a todos los árboles del campo enviaba sus corrientes”. Aunque claro está que Egipto como cabeza de la bestia se corresponde con una de las cabezas del dragón que son siete. “15Así ha dicho Jehová el Señor: El día que descendió al Seol, hice hacer luto, hice cubrir por él el abismo, y detuve sus ríos, y las muchas aguas fueron detenidas; al Líbano cubrí de tinieblas por él, y todos los árboles del campo se desmayaron”.
Pasamos a Amós 7:4; aquí está relacionado el abismo por segunda vez con el fuego; ya lo vimos una primera vez, ahora una segunda vez, un segundo testigo de la relación del abismo también con fuego: “Jehová el Señor me mostró así: He aquí, Jehová el Señor llamaba para juzgar con fuego; y consumió un gran abismo, y consumió una parte de la tierra”. Aquí aparece el fuego en relación con el abismo, Jehová juzgando con fuego y consumiendo el abismo, los que están en el abismo con fuego, ya no sólo con agua; con fuego.
Pasemos a Jonás 2:5, donde aquí el abismo se refiere al mar, cuando Jonás fue echado al mar. “Las aguas me rodearon hasta el alma, rodeóme el abismo; el alga se enredó a mi cabeza”. Aquí aparece el abismo como el mar.
Habacuc 3:10; habla el profeta de Dios: “Te vieron y tuvieron temor los montes; pasó la inundación de las aguas; el abismo dio su voz, a lo alto alzó sus manos”. Aquí está hablando del juicio de Dios, “y el abismo dio su voz”; es la gritería de los réprobos en el abismo.
El abismo: prisión de demonios
Ahora pasamos al Nuevo Testamento. Recuerden que la revelación se completa con el Nuevo Testamento; comienza en el Antiguo pero se completa en el Nuevo. No podemos tener el Nuevo sin el Antiguo, ni el Antiguo sin el Nuevo, la integridad; es el Nuevo el que justifica el Antiguo, y el Antiguo el que predice el Nuevo. En el Nuevo pasamos a Lucas, para que nos demos cuenta de que los abismos son prisiones de demonios. Lucas 8:30, cuando el Señor estaba reprendiendo a los demonios de aquel endemoniado, de aquella legión que poseía ese hombre, verso 30: “Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él. 31Y le rogaban que no los mandase ir al abismo”. Porque el abismo es donde los espíritus malignos son aprisionados, los demonios, aquellos ángeles que pecaron, que dice Judas 6 que fueron arrojados en prisiones eternas. Ya leímos cómo en Romanos aparece que el Señor fue también al abismo; dice: ¿Quién hará subir a Cristo del abismo? Él fue al Hades y fue también al abismo. Él predicó a los espíritus encarcelados que pecaron en los días de Noé, o sea, aquellos ángeles caídos, y también predicó a los muertos; dice Pedro que fue predicado el evangelio a los muertos. Cuando el Señor murió, Él predicó en el Hades a los muertos porque esperaban al Mesías; ahora conocieron quién era el Mesías, y tomó cautiva a la cautividad; pero no sólo fue el Señor a predicar al Hades, también fue y predicó en el Tártaro, donde estaban los espíritus que pecaron antes de Noé, aquellos hijos de Dios que tomaron mujeres y engendraron gigantes, que fueron arrojados al Tártaro, que se corresponde también con el abismo. Entonces el Señor predicó también a estos espíritus; y por eso Romanos 10 habla de que Él también fue al abismo.
Entonces después de haber visto lo relativo al abismo, volvamos a Apocalipsis. Esos son todos los versos que hablan del abismo, con excepción de los de Apocalipsis que leímos al principio en los capítulos 9, 11, 17, y en el capítulo 20 aparece el abismo como la prisión en la cual Satanás estará durante el Milenio. Dice en el 20:1: “1Vi un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. 2Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; 3y lo arrojó al abismo, (primero fue arrojado del cielo a la tierra, luego es arrojado de la tierra al abismo, luego después del Milenio sale otra vez a engañar y es arrojado al lago de fuego; o sea, él va cayendo del cielo a la tierra, de la tierra al abismo y luego al lago de fuego) y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que se fuesen cumplidos mil años”. Vemos que el abismo es prisión de Satanás, prisión de ángeles caídos, prisión de demonios; pero hasta allá hay hombres que lo siguen. La Biblia habla de muertos en el mar, no sólo en el Hades, y en la muerte, sino también en el mar. El mar los entregará para ser juzgados ante el juicio del trono blanco. Y la bestia sube del abismo; es decir, como si fuera poseída por el mismo Apolión.
Demonios como langostas
Volvemos a Apocalipsis 9. Era necesario todo ese trasfondo para poder entender bien estas palabras; después veremos las relativas al Abadón cuando lleguemos al verso 11: “1Y el quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; (esta es la caída de Satanás para lo peor de la gran tribulación) y se le dio (porque no la tiene, es Dios el que le dio) la llave del pozo del abismo (la hendidura del abismo, aquello que debajo del mar conduce a la prisión de esos espíritus). 2Y abrió el pozo (el freatos) del abismo, (la palabra abisal es de los abismos del mar) y subió humo del pozo como humo de un gran horno; (aquí está el aspecto del fuego del fondo del mar; debajo del fondo del mar también hay fuego, debajo de la tierra hay fuego y debajo del fondo del mar también hay fuego; o sea, de la parte del fondo de mar, es decir, del Abadón, de la prisión de los espíritus es que sube este humo) y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo (esto realmente es una cosa terrible: gran tribulación). 3Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra”. Ahora, estas langostas no son las langostas naturales; ya la plaga de langostas naturales como la que hubo en Egipto, no la habrá más; tiene que ser otro tipo de langostas diabólicas. Veamos que las langostas de la plaga de langostas era apenas una figura pálida de lo que será la realidad de la gran tribulación. Joel 2:30 menciona también el humo de esta quinta trompeta; columnas de humo. Pedro lo cita en Hechos 2.
En Éxodo 10:14 aparecen estas langostas. “Y subió la langosta sobre toda la tierra de Egipto, y se asentó en todo el país de Egipto en tan gran cantidad como no la hubo antes ni la habrá después”. El Señor dice aquí por el Espíritu Santo a través de Moisés que así como la plaga de aquellas langostas que comen hierba, no la habrá después como la hubo en Egipto; de manera que esta plaga de langostas de la quinta trompeta es otro tipo de langostas; por eso dice que de las de Éxodo no habrá más después; ya lo hubo y eso fue apenas una figura.
Ahora ¿éstas de dónde vienen? Vienen del Abadón, del lado profundo de las prisiones del abismo; o sea, éstas son diabólicas, son espíritus malignos guiados por el ángel del abismo, por el destructor. Démonos cuenta de la descripción, y veamos que no son langostas comunes y corrientes.
Los hombres deseando la muerte
Dice Apocalipsis 9:3: “Y se les dio poder (a las langostas), como tienen poder los escorpiones de la tierra”. Las langostas son una especie, y los escorpiones son otra. Solamente en Babilonia, en Irak y en Bagdad existe una especie de langostas que tiene cola como de escorpión; solamente allá existe, hasta hoy, una especie de langostas con aguijón en la cola, pero eso solo existe allá, y acá dice: “y se les dio poder”. Fíjense en estas palabras, porque estas palabras nos van a explicar los detalles de estas langostas. Primero, se le dio la llave del abismo a esta estrella que cayó del cielo, a Satanás; se le dio permiso de sacar de la prisión a esos espíritus atados allá. Y dice: “Y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra. 4Y se les mandó (vemos que no son animales, son conscientes) que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes”. El sello del Dios vivo es el Espíritu Santo; tenerlo en la mente es pensar con la mente de Cristo. Los que piensan según el mundo están bajo el gobierno del enemigo, el príncipe de la potestad del aire que opera en los hijos de desobediencia; sólo la persona que está en Cristo, su mente es renovada, y quiere decir que está sellada con el sello del Dios vivo, con el Espíritu Santo. El que no piensa conforme al Espíritu es pasible del ataque de estas langostas diabólicas. “5Y les fue dado, (subrayo esa frase; ya lo menciona varias veces) no que los matasen, (Dios no permite que mueran; los únicos que Dios permite que mueran son los santos. Dice: “Bienaventurados de aquí en adelante los que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen” (Ap. 14:13), o sea, los siervos de Dios. Dios permite que mueran así sea en martirio, pero mueren durante la tribulación, descansan de sus trabajos, sus obras con ellos siguen, o sea que eso es una bienaventuranza, de esa manera escapan de la hora de la prueba, en cambio los que quieren morir no pueden morir) sino que los atormentasen cinco meses; (ustedes saben que cinco meses duran las langostas) y su tormento era como tormento de escorpión cuando hiere al hombre. 6Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos”.
Esta es la misericordia de Dios. A los santos Dios les permite que sean torturados, mueran y descansen y siguen sus obras, pero a los hombres no les deja morir porque les está haciendo vivir un poquito el infierno en vida como para que se arrepientan y no vayan allá definitivamente. ¡Qué locos querer morir! Si mueren sin arrepentirse, sin creer en el Señor, ¿a dónde van a ir? Pero el Señor, por amor, les permite conocer un poquito del infierno en la tierra para que se arrepientan; y aun así no lo hacen.
La verdadera intención de Dios
En Job 3:20,21, dice una frase interesante. Preguntaba Job al principio, porque no entendía lo que le pasaba: “20¿Por qué se da luz al trabajado, y vida a los de ánimo amargado, 21que esperan la muerte, y ella no llega, aunque la buscan más que a tesoros?” Job al principio preguntaba: ¿Por qué se les da vida? pero luego el mismo libro de Job en el capítulo 33 nos da la respuesta; allí dice que Dios está amonestando a los hombres a través de estos sufrimientos. Job 33:12: “12He aquí, en esto no has hablado justamente; (le habla aquí Eliú a Job) yo te responderé que mayor es Dios que el hombre.
13¿Por qué contiendes contra él? (una de las contiendas era la pregunta: ¿pero por qué se le da vida al que quiere morir?) Porque él no da cuenta de ninguna de sus razones. 14Sin embargo, en una o en dos manera habla Dios; pero el hombre no entiende. (Una de las maneras por las que habla Dios) 15Por sueño, en visión nocturna, cuando el sueño cae sobre los hombres, cuando se adormecen sobre el lecho, 16entonces revela al oído de los hombres, y les señala su consejo, 17para quitar al hombre de su obra; y apartar del varón la soberbia. 18Detendrá su alma del sepulcro y su vida de que perezca a espada”. Esa es una de las maneras por las cuales Dios habla; la otra manera como Dios habla es como está hablando en la quinta trompeta: el primer ay. “19También (de la otra manera) sobre su cama es castigado con dolor fuerte en todos sus huesos, 20que le hace que su vida aborrezca el pan, y su alma la comida suave. 21Su carne desfallece, de manera que no se ve, y sus huesos, que antes no se veían aparecen. 22Su alma se acerca al sepulcro, y su vida a los que causan la muerte. 23Si tuviese cerca de él algún elocuente mediador muy escogido, (ese es Cristo) que anuncie al hombre su deber; 24que le diga que Dios (noten en pleno dolor, en plena prueba, en cama) tuvo de él misericordia, que lo libró de descender al sepulcro, que halló redención; 25su carne será más tierna que la del niño, volverá a los días de su juventud. 26Orará a Dios, y éste le amará, y verá su faz con júbilo; y restaurará al hombre su justicia.
27Él mira sobre los hombres; y al que dijere: Pequé, y pervertí lo recto, y no me ha aprovechado, 28Dios redimirá su alma para que no pase al sepulcro, y su vida se verá en luz. 29He aquí, todas estas cosas hace Dios dos y tres veces con el hombre, 30para apartar su alma del sepulcro, (aquí ya está la causa de ese tormento) y para iluminarlo con la luz de los vivientes”. Entonces, hermanos, vemos por qué Dios permite esto; es pura misericordia, es amor; es terrible, porque el hombre es terrible; entonces conforme a lo terrible del hombre tiene que ser el trato.
Descripción de las langostas
Volvamos Apocalipsis 9:7; allí describe estas langostas: “7Y el aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; (no son langostas naturales) en las cabezas tenían como coronas de oro; (¿por qué corona de oro? El oro representa la autoridad que les fue dada de parte de Dios. Dios les dio autoridad para atormentar cinco meses a los hombres; por eso tienen coronas de oro, y porque los hombres adoran a los demonios como si fueran dioses) sus caras como caras humanas; 8y tenían cabello como cabello de mujer; (porque ellos tienen un ángel que los gobierna, o sea, representa la sujeción al ángel del abismo) sus dientes eran como de leones; (Satanás mismo es como león rugiente) 9y tenían corazas como corazas de hierro; (los hombres harán lo posible para defenderse de ellas, pero Dios les dio autoridad) la voz de sus alas era como la voz de muchos carros de caballos corriendo a la batalla; 10y tienen colas como de escorpiones, y también aguijones; y en sus colas tenían poder para dañar a los hombres durante cinco meses. 11Tienen por rey sobre ellos (por eso aparecen con cabello como de mujer mostrando que siguen la autoridad de este espíritu maligno) al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, (aquí Abadón es como decir la personificación del lugar, porque Abadón es un lugar, pero es personificado por su rey) y en helénico nombre tiene, Apolión”.
Vamos a ver los versículos que nos hablan del Abadón. El Abadón es aquella parte del abismo donde están presos aquellos espíritus que saldrán en la quinta trompeta. Empecemos a ver los versos que nos hablan del Abadón. Comencemos por Isaías para tener un concepto claro del Abadón. Job nos habla de Abadón. Job 26:6 es la más antigua mención del Abadón en época patriarcal de la cual era Job.
“6El Seol está descubierto delante de él, (delante de Dios) y el Abadón no tiene cobertura”; eso quiere decir que Dios ve perfectamente esas cosas. Job 28:22; aquí, así como había hablado del abismo, habla del Abadón: “22El Abadón y la muerte dijeron: Su fama hemos oído con nuestros oídos”. En el Abadón y en la muerte hay seres que oyen y que hablan. Job 31:9-12; aquí está hablando que si Job pecara, el fuego del juicio de Dios descendería hasta el Abadón; aquí vemos otra vez el fuego relacionado con el Abadón. Hasta aquí era sobre el abismo, pero estamos viendo que el abismo tiene la parte de la tapa de afuera que es el mar y lo que está debajo que es el Abadón, prisión de espíritus. “9Si fue mi corazón engañado acerca de mujer, y si estuve acechando a la puerta de mi prójimo, 10muela para otro mi mujer, y sobre ella otros se encorven. 11Porque es maldad e iniquidad que han de castigar los jueces. 12Porque es fuego que devoraría hasta el Abadón”. Aquí vemos inclusive, fuego en el Abadón, no sólo agua, sino fuego.
El Seol y el Abadón son lugares diferentes
Salmo 88:11; este salmo es escrito por uno de los grandes sabios antiguos; es escrito por Hemán ezraita; es un masquil “11¿Será contada en el sepulcro tu misericordia, o tu verdad en el Abadón?” Aparece mencionado el Abadón.
Proverbios 15:11. Dice Salomón: “El Seol y el Abadón (¿se dan cuenta que son dos cosas? El Seol es prisión de muertos y el Abadón prisión de demonios, espíritus malignos, ángeles caídos) están delante de Jehová”. 27:20 vuelve a hablar de lo mismo: “El Seol y el Abadón nunca se sacian”. Esos son los versículos que nos hablan del Abadón, y aquí aparece el pozo del abismo, o sea la grieta del abismo debajo del mar, una comunicación hacia más abajo donde están esos espíritus encarcelados.
Volvemos a Apocalipsis 9:11 que dice: “Tienen por rey (estas langostas diabólicas, que son espíritus inteligentes con rostros humanos, son obedientes a su demonio líder) sobre ellos al ángel del abismo, (y aquí relacionamos al abismo con el Abadón, la parte del abismo que es el Abadón, que sería también el Tártaro) cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en helénico nombre tiene Apolión”. La palabra Apolión viene del verbo griego apoluni, que quiere decir “destruir”; la palabra divorcio es también el mismo verbo, apolumi, mostrando que destruye o deshace el matrimonio. Aquí se habla de Apolión como destructor. De este destructor, que es como decir el ángel del abismo que sube para expresarse a través de la bestia, a través del desolador, del anticristo, aparece llamado como destructor en varios versos.
Vamos a Isaías 16:4, donde aparece el destructor. Ustedes recuerdan que Dios dice en Daniel 11 que habrá dos provincias que escaparán del anticristo, que son Edom y Moab y la mayoría de los hijos de Amón; lo que hoy es Jordania. Aquí Isaías dice lo mismo: “Moren contigo mis desterrados, oh Moab; (huyan allí los israelitas perseguidos) sé para ellos escondedero de la presencia del devastador”. Por eso en Daniel dice que escaparán del anticristo estas personas de Moab. Veámoslo en Daniel 11:31; ahí va describiendo al anticristo; desde ese versículo se habla de la abominación desoladora, es decir, de la gran tribulación, la segunda mitad de la semana setenta de Daniel. “31Profanarán el santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación desoladora”.
Desde aquí, desde la abominación desoladora comienzan los últimos tres años y medio de la semana setenta de la profecía de Daniel.
El anticristo es el ángel del abismo encarnado
Daniel 11:33 habla de los sabios, habla de lo que pasará en la caída de ellos; luego el 36 habla de ese anticristo: “Y el rey hará su voluntad, y se ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre todo dios; y contra el Dios de los dioses hablará maravillas, y prosperará, hasta que sea consumada la ira; (se consuma con las siete copas) porque lo determinado se cumplirá”. Y luego sigue hablando de él, y después dice en el verso 41: “Entrará a la tierra gloriosa, (Israel) y muchas provincias caerán; mas éstas escaparán de su mano: (¿cuáles escaparán de la mano del anticristo?) Edom y Moab, y la mayoría de los hijos de Amón”; lo que hoy es Jordania y el sur de Israel. Eso mismo que dice Daniel es lo que está diciendo aquí Isaías 16:4: “Moren contigo mis desterrados, oh Moab; sé para ellos escondedero de la presencia del devastador; (ese es Apolión, ese es el anticristo, o sea el ángel del abismo encarnado en este personaje final) porque el atormentador fenecerá, el devastador tendrá fin, el pisoteador será consumido de sobre la tierra”.
En Jeremías 4 veremos algunos versos interesantes: “5Anunciad en Judá, y proclamad en Jerusalén, y decid: tocad trompeta”, aquí está la quinta trompeta. “Tocad trompeta en la tierra, pregonad, juntados, y decid: Reuníos, y entrémonos en las ciudades fortificadas”. ¿Qué dice el verso 6?: “6Alzad bandera en Sion, huid, (ahí es cuando huye a Moab) no os detengáis; porque yo hago venir mal del norte, y quebrantamiento grande. 7El león sube de la espesura, y el destruidor de las naciones está en marcha, (ese es Apolión en el anticristo) y ha salido de su lugar para poner tu tierra en desolación; tus ciudades quedarán asoladas y sin morador”. El verso 19 dice: “Porque sonido de trompeta has oído”; el 21: “¿Hasta cuándo he de ver bandera, he de oír sonido de trompeta?” Esta trompeta es la quinta trompeta, el primer ay, donde habla de este desolador. Jeremías 6:26: “Hija de mi pueblo, cíñete de cilicio, y revuélcate en ceniza; ponte luto como por hijo único, llanto de amarguras; (esta es la angustia final para Israel) porque pronto vendrá sobre nosotros el destruidor”. De este destruidor nos habla Daniel en los capítulos 8, 9 y 11.
Vamos otra vez a Daniel para ver lo que se nos habla de este destruidor, que es lo que significa Apolión en helénico. Daniel 8:24-25: “24Y su poder se fortalecerá, mas no con fuerza propia; (sino con la del dragón y el dragón le dará su poder y autoridad) y causará grandes ruinas, y prosperará, y hará arbitrariamente, y destruirá a los fuertes y al pueblo de los santos (a Israel y a los cristianos que estén allí). 25Con su sagacidad hará prosperar el engaño en su mano; y en su corazón se engrandecerá, y sin aviso destruirá a muchos, y se levantará contra el Príncipe de los príncipes, (por eso se llama anticristo) pero será quebrantado, aunque no por mano humana”. En el capítulo 9 de Daniel, hablando de la semana 70, nos dicen los versos 26 y 27: “26Y después de las setenta y dos semanas (las siete primeras con las sesenta y dos segundas ya son sesenta y nueve) se quitará la vida al Mesías, (cuando murió Cristo en la cruz) mas no por sí; (sino por nuestros pecados) y el pueblo de un príncipe que ha de venir (ese es Roma, ese es el imperio romano de los césares, continuaron los papas, y coronará el anticristo, que surge de entre los diez cuernos que le salen a esa cuarta bestia, que es Roma) destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones (y semana final). 27Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana (los tres años y medio finales) hará cesar el sacrificio y la ofrenda (como lo habíamos leído en el capítulo 11). Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, (eso es cuando la bestia sube del abismo, los tres años y medio de la gran tribulación) hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador”. Porque dice que sube del abismo, pero vuelve otra vez al lago de fuego; y en el capítulo 11 allí se habla otra vez de este destruidor. Hay varios versículos que los estuvimos viendo ahora, que es todo lo que decía que destruirá: hará esto, hará aquello, que ya lo leímos, de manera que ya no lo voy a leer más, quizá sólo el verso 44: “Pero noticias del oriente y del norte lo atemorizarán, y saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos”. Por eso se llama el destruidor, o sea, Apolión en el anticristo. La estrella caída, el dragón, libera a Apolión para dar poder a la bestia.
Hermanos, terminemos haciendo una lectura de toda la quinta trompeta y el primer ay, ya sin interrupción: “1Y el quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo. 2Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humano de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo. 3Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra. 4Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguno, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes. 5Y les fue dado, no que los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su tormento era como tormento de escorpión cuando hiere al hombre.
6Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos. 7Y el aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas tenían como coronas de oro; sus caras eran como caras humanas; 8y tenían cabello como cabello de mujer; sus dientes eran como de leones; 9y tenían corazas como corazas de hierro; la voz de sus alas era como la voz de muchos carros de caballos corriendo a la batalla; 10y tienen colas como de escorpiones, y también aguijones; y en sus colas tenían poder para dañar a los hombres durante cinco meses. 11Tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón y en helénico nombre tiene, Apolión. 12El primer ay pasó; he aquí vienen aún dos ayes después de esto”. Vamos a orar. ☐
Apolión es Juan Pablo II.
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http://www.youtube.com/watch?v=WKXh04fkHhc
El libro de la Verdad revelando el Apocalipsis dado al séptimo ángel, que aumenta el conocimiento de quien lo lee. www.elgranaviso-mensajes.com
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