TOPACIO
"19Y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, calcedonia; el cuarto, esmeralda; 20el quinto, sardónica; el sexto, sardio; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisoprasa; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista". Apo. 21:19-20.
Noveno cimiento del muro de la Nueva Jerusalén
Vamos a la palabra del Señor considerando otros puntos más, otra de las piedras preciosas que son usadas para hablar. Dios usa estas piedras con sus apóstoles y con las tribus de Israel; estas asociaciones las usa Dios para hablarnos; realmente Dios nos habla cuando nos fijamos en la historia de sus tribus, en la historia y el carácter de esos apóstoles, y en la composición y características de esas piedras. Vamos al libro del Apocalipsis 21:20; vamos a la quinta frase, allí donde dice: "el noveno, topacio". Con la ayuda del Señor vamos a considerar hoy el noveno cimiento del muro de la Nueva Jerusalén que es topacio, en el cual está escrito el nombre del apóstol Jacobo hijo de Alfeo.
Hermanos, hoy nos corresponde considerar el topacio; ese nombre "topacio" se ha aplicado no solamente a una piedra, sino que en la historia el nombre topacio se ha aplicado a varias clases de piedras; bueno, Dios escogió ese nombre y Dios conocía la historia; alguna cosa nos quiere decir Dios. Más adelante vamos a entender un poquito; es interesante ver cómo cada piedra y su composición coincide con cada apóstol, con cada tribu, y también con su situación.
Este noveno es Jacobo el hijo de Alfeo; en todas las cuatro listas de los doce apóstoles en el Nuevo Testamento, ya sea en Mateo, ya sea en Marcos, ya sea en Lucas, ya sea en Hechos de los Apóstoles, donde están las cuatro listas, en todas las cuatro listas Jacobo hijo de Alfeo, porque hay otro Jacobo hijo de Zebedeo, pero Jacobo hijo de Alfeo aparece en todas de noveno; no creo que esto sea casualidad; esto tiene que tener un significado, porque si no, podría aparecer de primero, de octavo, de décimo; pero no; en todas aparece de noveno. Eso es muy significativo.
Significado de los números en la Biblia
En la Biblia los números también tienen significado. Por ejemplo, el número 1, ¿a quién se le puede aplicar sino al mismo Dios? A nuestro Padre; el 2, el número de testimonio, se le aplica al Testigo fiel y verdadero, que es el Hijo de Dios; el 3 es ya la Trinidad completa, incluido el Espíritu Santo; el número 4 es el número de la creación, porque después de Dios, Dios quiso que además de Él existiera también la creación. Pero como Él es el 1, el 2 y el 3, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, a la creación le corresponde el número 4; los 4 ángulos de la tierra, los 4 rostros de los querubines; Dios es adorado en el capítulo 4 de Apocalipsis por la creación; el número 4 es el número de creación; el número 5 es el número de la gracia, porque ¿cuál es la otra obra que ha hecho Dios, después de la creación? Como la creación cayó, vino el Señor a salvar la creación; el número 5 es el número de la gracia; el altar de bronce que representa la cruz de Cristo, donde eran sacrificados el cordero y los animales expiatorios, tenía cinco codos de ancho y cinco codos de largo, mostrando que el número 5 es el número de la gracia. El número 6 es el número del hombre. Dios creó al hombre al sexto día; aparece ese número aplicado al hombre. Número 7: por toda la Biblia aparece el número 7, número de completación, número de perfección del trabajo de Dios. Dios, 3 + 4 = 7, Dios trabajando con su creación; el número 7, siete candeleros, siete estrellas, siete ángeles, siete sellos, siete trompetas, siete copas, siete bienaventuranzas, siete, siete, siete. Número 8, número de la resurrección, porque el Señor resucitó al octavo día, o sea, después del 7; el primer día es el 8; número 8 es el número de resurrección. El número 10, número de la generalidad de la humanidad. La tabla de las naciones aparece en el número 10, las vírgenes que esperan al Señor son 10 vírgenes, los dedos de la estatua del reino dividido final son 10; 10 cuernos; número de la generalidad de las naciones; hasta el número 11 lo usan los cabalistas para decir que hay 11 sefirot o emanaciones. El número 12, número de completación final de la obra de Dios; al final en la Biblia todo es 12; los doce apóstoles, las doce piedras, los doce fundamentos; 12 x 12 = 144, altura del muro de la Nueva Jerusalén.
La singularidad del número nueve
Los números del 1 al 12, con excepción del 9, son números muy explícitos en la Biblia. Uno ve en la Biblia y ve que aparecen claramente los significados de estos números en la Biblia; pero cuando tú llegas al número 9, empiezas a decir: Bueno, y ¿qué significa el número 9? el noveno parece que no aparece, parece que como que no está bien perfilado. ¿Qué significa el número 9? A primera vista, es decir, para afuera, parece que el número 9 no apareciera; y justamente el apóstol que menos aparece en la historia, el apóstol con el cual más se confunden, del que menos se sabe, es justamente Jacobo el hijo de Alfeo.
Hermanos, en ese librito que escribí sobre "Isagogia Jacobea", que está en Coletánea I, escribo yo más de Jacobo hijo de Alfeo que la propia Enciclopedia Británica. Revisé la Enciclopedia Británica, y encontré dos renglones, y para colmo con errores. Busco la otra enciclopedia, la Hispano-Americana, y no se refieren a él, se refieren a otro, confunden a Jacobo hijo de Alfeo con Jacobo el Menor o con Jacobo el Justo. Hermanos, hay acerca de Jacobo una confusión en la historia, en los historiadores, en las enciclopedias; parece que no se sabe bien quién es, no se sabe bien qué hizo. Aun se dice que murió parece que por orden de Ananías, un sumo sacerdote de Jerusalén, pero ni siquiera saben cómo fue que murió; de los otros se sabe, bueno, a éste lo crucificaron cabeza abajo, al otro lo crucificaron en una equis (X), al otro lo decapitaron, al otro lo colgaron, al otro lo apedrearon, al otro lo alancearon; pero de Jacobo casi no se sabe nada; no creo que esto sea casualidad. Dios nos quiere hablar algo con esto; hay cosas que los hombres no vemos, cosas que los hombres no entendemos, cosas que los hombres no captamos, cosas que los hombres no tenemos en cuenta, y por eso no valoramos; en cambio Dios ve y valora, y para Dios tiene sentido; lo que para nosotros es desconocido no es desconocido para Dios; y lo curioso, hermanos, es que esa misma confusión existe acerca de Jacobo hijo de Alfeo.
Un Jacobo de bajo perfil
Cuando tú empiezas a leer los documentos de la misma iglesia primitiva y los historiadores, hay una confusión; están hablando de Jacobo hijo de Zebedeo, y de pronto dicen cosas de Jacobo hijo de Alfeo; y cuando parece que están hablando de Jacobo hijo de Alfeo, resulta que era Jacobo el Menor; y lo de Jacobo el Menor se lo aplican a Jacobo el Justo. Porque había cuatro Jacobos en el Nuevo Testamento: el hermano de Juan, hijo de Zebedeo; el hijo de Alfeo como se llamaba también el papá de Mateo; posiblemente Jacobo hijo de Alfeo sea hermano de Mateo, porque alguna tradición vaga dice que él como que era colector de impuestos como Mateo. Mateo aparece claramente llamado en la Biblia como el publicano, el colector de impuestos, pero posiblemente tenía un hermano de bajo perfil, y subrayo la frase "bajo perfil", porque esa es la característica de hoy: bajo perfil. Dios tiene siervos que para Él son tan preciosos, que los simboliza con el topacio, los pone en la Nueva Jerusalén, y sin embargo, para los hombres son de bajo perfil; no todos los siervos de Dios salen en primera plana. Dios necesita muchos siervos de bajo perfil para poder hacer Su obra; a veces nosotros quisiéramos tener un puesto preponderante y estar allá en el frente, estar frente al micrófono, estar en los periódicos, es decir, ser una persona con programa por televisión, con programa por la radio; pero las personas que están ocupadas en esas cosas, no pueden hacer otras cosas muy necesarias; y Dios necesita personas de bajo perfil de las cuales se sabe muy poco, a lo mejor se confunde uno con ellas, pero sin embargo Dios no se confunde, Dios sí sabe.
Si somos vencedores, claro, cada uno tendremos una piedrecita blanca con un nuevo nombre escrito que ninguno conoce sino nosotros mismos, pero Jacobo el hijo de Alfeo, uno de los de menos perfil, no solamente tiene una piedrecita blanca con un nombre que sólo él conoce, su nombre está en el noveno cimiento del muro de la Nueva Jerusalén; ninguno de nuestros nombres está allá, ninguno de los grandes de la historia de la iglesia está allá, pero este apóstol Jacobo, del cual casi no se sabe nada, Dios lo escogió y lo tiene en ese lugar tan preponderante; alguien que era tan de bajo perfil para los hombres, no para Dios. Dios sabe por qué lo escogió; Dios hizo su obra con él; del que menos sabemos de todos los doce apóstoles es de éste, del noveno, Jacobo el hijo de Alfeo. Y esa misma confusión existe entre los historiadores, entre la misma iglesia primitiva, acerca de quién fue este apóstol, cómo vivió, cómo murió; son tan pocas las cosas que se saben de él.
Características del topacio
Esa misma confusión se refleja en las piedras preciosas que se llaman topacio; es curioso. Hay varias piedras que se llaman topacio; son piedras diferentes. Aquí tengo algunos datos que les quiero pasar acerca del topacio, los dos topacios principales; digamos que hay dos piedras principales, cada una con sus variedades, a las que se les ha llamado topacio; los dos son silicatos, pero uno, digamos el topacio moderno, el topacio que les voy a mostrar aquí en la foto, es un topacio muy bonito, es un fluorsilicato de aluminio. La fórmula es Al2F2SiO4, fluorsilicato de aluminio. Otra piedra a la que se le llamaba también topacio es a la llamada peridoto; claro, los expertos en piedras ya no le quieren llamar topacio a la que antes se le llamaba topacio; entonces le llaman peridoto, que es una palabra parecida a la palabra hebrea con que se significa topacio; la palabra hebrea para topacio es pitheda; ustedes lo tienen en las hojitas que les di.
Antes de hablar de la piedra, quiero hablarles del nombre de la piedra; porque respecto del mismo nombre que se le da a varias piedras, hay confusión para aplicar el nombre topacio; entre los mismos joyeros hay confusión. Así como para descubrir quién es Jacobo Alfeo hay confusión, lo mismo sucede con la piedra topacio; unos dicen: éste es el topacio; otros dicen: no, el topacio es éste; otros dicen: es éste; eso sucede con el topacio, así como sucede con Jacobo hijo de Alfeo. Eso es curioso. La palabra topacio, les va a parecer raro, viene del verbo topar, o sea de encontrar, pero no porque se encuentre, sino porque es difícil de encontrar; tanto al fluorsilicato, como al silicato de magnesio y hierro, que es la forma del peridoto, cuya fórmula es (MgFe)2SiO4, es silicato de magnesio y hierro; a esa piedra preciosa que se le llama peridoto, parecido a pitheda, a esa piedra se le llamaba topacio; y a la otra piedra, esa que les dije, el fluorsilicato de aluminio, Al2F2SiO4, también se le llama topacio.
El nombre topacio viene de una isla donde se encontró una de estas piedras preciosas, precisamente la que le llaman hoy peridoto, pitheda, traducida también topacio. Esa isla, que es la fuente principal de esta piedra preciosa, queda en el Mar Rojo frente a Egipto, frente al puerto que se llamaba Berenice, a unas treinta y cinco millas adentro del mar; ahí quedaba esa isla; y a esa isla la llamaron Topacio porque no la podían encontrar; es una isla que por el lugar, la mayor parte del tiempo está nublada; entonces como está nublado, los marineros no sabían cómo llegar a esa isla, cómo encontrar esa isla, cómo toparse con la isla; entonces en esa isla encontraron esta preciosa piedra y la llamaron con el nombre de la isla: Topacio; a la isla se le llamó Topacio; hoy se le llama con otro nombre a esa isla; hoy el nombre de la isla es Ziberguet, y también se le ha llamado la isla de San Juan. Todavía existe esa isla, y ahí es donde están las minas del topacio, de la que se llamó Topacio en el tiempo antiguo, en el tiempo de los apóstoles; es una piedra rara, es una piedra difícil de encontrar; incluso la isla es difícil de encontrar. Es una cosa interesante, lo mismo que pasa con Jacobo Alfeo. Tú empiezas a buscar la historia de él y no encuentras casi nada; les digo, la Enciclopedia Británica tiene dos renglones. ¡Dos renglones la Enciclopedia Británica! Se sabe poco de Jacobo Alfeo, pero se saben unas pocas interesantes que las vamos a decir después. La isla Topacio queda en el Mar Rojo, y precisamente se sabe que Jacobo Alfeo trabajó en Egipto.
El topacio es duro y frágil a la vez
Les quiero dar las características de estas piedras. Primero se las voy a mostrar. Aquí hay unas fotografías donde aparece, en la misma foto a mi mano izquierda, lo que es la turmalina, y a mi mano derecha lo que es el topacio; las de este lado, las que son de esta mitad para acá, son topacios, ustedes las pueden ver; hay algunos en bruto como éste, precioso, y otros bien talladitos; entonces ustedes se dan cuenta de que esta es la piedra llamada topacio; la que está al lado es la turmalina; esta de este lado es el topacio; son piedras preciosas. El topacio tiene unas características que me llaman mucho la atención; y yo no me puse de acuerdo con Alejandro Pacheco para que él leyera ese Salmo antes de que yo pasara a predicar; pero el Espíritu Santo sabía lo que yo iba a decir, y nos puso a leer ese Salmo 113 que tiene que ver mucho con este perfil bajo, pero útil, necesario y precioso para Dios, de Jacobo Alfeo, y de los que son como él.
El topacio tiene las siguientes características: la dureza del topacio es la número 8. La escala de Mohs muestra la dureza de las piedras; comienza desde la más suave, 1) el talco; 2) el yeso; y va subiendo hasta la más dura que es el diamante, que es el número 10; la número 9 es la del corindón, como el zafiro y el rubí, que son corindones; y la número 8, la dureza del topacio; el topacio tiene número 8 de dureza; es una piedra dura, fuerte, y sin embargo, a esto quiero llamarles la atención, es una piedra frágil; el topacio es duro y al mismo tiempo es frágil. El topacio se talla en forma de gota de agua, y les voy a mostrar aquí unas fotos, y les voy a mostrar aquí un dibujo para que ustedes lo entiendan. Ustedes vieron primero la foto del topacio, aquella en bruto, como aquel prisma, porque es ortorrómbico su sistema de cristalización; entonces este que está pintado aquí grande es el prisma grande; y luego se va tallando, y va saliendo esta gota; cuando se talla queda de esta manera; todo esto se le va quitando hasta que queda así, queda como una gota de agua con muchas caras; se le talla en escalera y ovalado, una talla mixta; parte en escalera es lo duro, y en parte suave, la parte curva; en parte es en escalera; pero resulta que este prisma tiene lo que se llama una línea muy acentuada de exfoliación. ¿Qué quiere decir eso? La exfoliación en las piedras preciosas es en aquella línea por donde se puede cortar la piedra, se puede separar la piedra de lo que tiene alrededor y de otros pedazos de ella misma. Los átomos están entrelazados muy fuertes en otros lugares, pero en esos lugares de la línea de exfoliación, los enlaces son débiles, y la piedra se rompe más fácil por la línea de exfoliación.
Dios también escoge a los frágiles
Resulta que como ustedes ven aquí en este dibujo del topacio, pueden ver aquí esta línea, esta línea abajo que se corta aquí; digamos que tienes una gota de agua, y en la horizontal del último tercio de la gota de agua es la línea de exfoliación; dos tercios desde la punta de la gota para abajo y un tercio desde la línea de exfoliación para el final de la gota; ésta que está aquí; entonces por ahí por esa línea de exfoliación es por donde se quiebra el topacio; el topacio se quiebra por la línea de exfoliación; es una roca muy dura, porque el topacio es duro, pero por la línea de exfoliación se quiebra. Para tallar un topacio se necesita un cuidado tremendo; se hacen cosas hermosas del topacio; el topacio se puede tallar muy bien, pero un pequeño descuido del tallador fractura la piedra, la rompe; por eso les decía, qué cosa curiosa, hay dureza y al mismo tiempo hay fragilidad; y Dios escogió esta piedra, una piedra con fragilidad, y que sin embargo aparece en el fundamento del muro de la ciudad eterna; eso es muy significativo; yo me alegro de que Dios escoja piedras para su ciudad que son débiles; porque si Dios va a escoger sólo a los fuertes, la mayoría nos quedaríamos por fuera, ¿verdad? La mayoría no somos tan fuertes que no nos quebremos, la mayoría tenemos nuestras debilidades, la mayoría tenemos puntos frágiles.
Yo les quiero llamar la atención a un versículo que ustedes conocen que está en 1ª a los Corintios 1. Vamos a leer allí desde el verso 25; observen lo que dice aquí la Palabra desde el 25: "25Porque lo insensato de Dios (parece que esa es la línea de exfoliación, ese es el punto débil) es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios (ahí está el punto de exfoliación del topacio) es más fuerte que los hombres. 26Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, (la mayoría de los hijos de Dios no son sabios, no son eruditos, son hermanos de bajo perfil, ¿se dan cuenta?) ni muchos poderosos, (sí, hay alguno que otro hijo de Dios que son poderosos, pero no son muchos los que son poderosos) ni muchos nobles; (sí, puede ser que el conde Zinzendorf, el rey Luis IX, Alfonso X, reyes poderosos, creyentes, sean de la nobleza, pero no es la mayoría; no son muchos los poderosos, ni los sabios, ni los nobles) 27sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil (lo débil, lo que se quiebra, lo que se fractura) escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte".
Hermanos, a mí esto me habla. Dios cuando vio a quién escogía, no dijo: éste es muy lindo; como se sabe, nosotros empezamos a escoger flores; pero no, no, no. Dios escogió lo que no es, lo débil, lo vil, lo menospreciado, para con eso hacer su trabajo. Hermanos, a mí me alegra que Dios no haya escogido sólo a los fuertes; sí, tampoco Él hizo acepción de personas; a alguno que otro poderoso escogió, a alguno que otro noble, a alguno que otro sabio; pero la mayoría no; no son muchos los poderosos, los sabios y los nobles. La mayoría de los hermanos somos viles, la mayoría somos débiles, la mayoría somos flacos, la mayoría nos podemos quebrar fácil si el Señor no nos talla con cuidado, la mayoría somos de perfil común y corriente; a lo mejor nadie va a saber nada de nosotros, como hasta hoy no sabemos del gran apóstol Jacobo, hijo de Alfeo; pero el Señor sabe quién es; y es un gran apóstol. Miren el puesto que Dios le dio, y sin embargo, ni siquiera la iglesia primitiva tenía claro quién era. ¿Amén, hermanos? Eso me alegra mucho de este apóstol.
Una línea de exfoliación muy frágil
"27Sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29a fin (aquí está el objetivo por el cual Dios escoge personas que se pueden partir, personas que se pueden quebrar, personas que pueden tener fallas) de que nadie se jacte en su presencia". La hermana Madame Guyón decía que Dios, inclusive a sus siervos más cercanos, más queridos, más maduros, más semejantes a Cristo, les permitía un errorcito, una faltita, un problemita, como a Pablo, un aguijoncito que lo desinflaba; siempre Pablo era usado por Dios, sanaba enfermos, resucitaba muertos, predicaba el evangelio, hizo una obra tremenda, incluso más que otros apóstoles, pero el Señor no le quitó el aguijoncito; tenía una debilidad, un punto de fractura, una línea muy pronunciada de exfoliación muy frágil por la cual se podía quebrar. Pablo le dijo: Señor, quítame esto; y el Señor le respondió: "Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad". El Señor dejaba que fuera débil porque cuando era débil ahí era cuando se agarraba del Señor. El Señor escogió lo débil para por medio de lo débil hacer cosas grandes, ¿amén? Entonces eso pasó con Jacobo y eso pasa con muchos.
El hermano Branham fue un hermano a quien Dios usó tremendamente en milagros; había milagros tremendos en la vida de él, y yo creo que quizá no ha habido alguien con tantos milagros como en la vida de él; sin embargo, él tenía una enfermedad, y él oraba por otros y otros se curaban; hasta resucitó muertos y todo, cosas maravillosas; pero él tenía una enfermedad, y no se curaba de esa enfermedad; y oraba por su enfermedad; y así como el Señor le dijo a Pablo que le bastara su gracia y no le quitó el problema que Pablo tenía en los ojos, sin embargo, Dios estaba con Pablo y usaba a ese Pablo débil que llegaba a ser fuerte cuando era débil porque ya no se basaba en sí mismo; porque era débil y era frágil, se basaba en el Señor. El Señor con el débil hacía cosas grandes porque Su poder se perfecciona en la debilidad. Lo mismo hizo con el hermano Branham; el Señor sanaba a través del hermano Branham a mucha gente, pero él no se sanaba de esa enfermedad. Un día el Señor lo sanó y le dijo: Te sano; y lo sanó; fue sano, y a la semana murió. No murió de esa enfermedad; esa enfermedad lo molestó todo el tiempo para que él estuviera agarrado del Señor. Cuando el Señor lo iba a llevar a descansar, lo sanó; la última semana fue libre de la enfermedad, fue sanado, y se murió de otra cosa, de un accidente.
La autocomplacencia es peligrosa
Conocí a un hermano en Sao Paulo, Brasil; este hermano tiene un ministerio tremendo de echar demonios; discierne los demonios, y los demonios empiezan a temblar y salen. El hermano expulsa demonios a diestra y a siniestra, pero su hijo está endemoniado y respecto a él no le obedecen los demonios; en su propia casa tiene un hijo endemoniado; los demonios de todos los demás salen en el nombre del Señor, pero el Señor le permite al demonio que está en su hijo que no salga, ¿por qué? porque esa es la manera del Señor tratar con él; ¿se dan cuenta? Es una debilidad interna, es una fractura; si todo le saliera bien, difícilmente se apoyaría en el Señor; pero entonces el Señor permite un punto débil para que nos apoyemos en El, y cuando El nos esté usando de pronto nos empezamos a hinchar; entonces viene el aguijoncito y nos desinfla otra vez. ¡Ay! no soy tan fuerte como creo; ¡ten misericordia de mí y sálvame de mí mismo, Señor! pero mientras más contentos estemos con nosotros mismos, más peligroso es. La autocomplacencia es muy peligrosa; es mejor decirle: ¡Señor, ten piedad de mí y líbrame de toda autocomplacencia; líbrame, Señor! Eso es un gran peligro. Eso fue lo que le pasó a Satanás; fue la autocomplacencia lo que lo volvió diablo; ¡ah, pero qué sabio soy, qué lindo soy! Soy superior a los demás ángeles, soy un gran querubín; se infló, quiso hacerse Dios, y ahí fue desinflado; fue enviado directo abajo y ahí sigue cayendo, ¿verdad?
Vamos a ver unos detalles más de estas piedras que se les llama topacio, porque Dios nos habla con ellas. Ya vimos en la foto ese detalle de la exfoliación. El topacio se forma en rocas ígneas muy ásperas; por ejemplo, para tratar con el ónice, con la sardónica, se le mete en azúcar derretido; en cambio, el topacio es todo lo contrario. El topacio crece metamórficamente; una roca metamórfica es donde en un proceso de lava otra sustancia se mete, o algunos gases. Los gases de flúor se meten en rocas ígneas y allí se van formando dentro de esa roca; cuando la roca magmática o ígnea se enfría, entonces quedan adentro los elementos que forman el topacio; forman lo que hoy se llama topacio, o sea, el fluorsilicato de aluminio; el gas y el flúor se depositan dentro de la roca magmática; por eso se le llama una roca metamórfica; cuando hay una combinación de una con otra, allí en ese contexto. Como casi la mayoría de las piedras, ésta se forma en situación de calor, en situación de presión, y con ácido; las piedras que lo rodean son ácidas.
Nosotros a veces quisiéramos que nos fuera bien con todo, que no tuviéramos problemas en la casa, la esposa con el esposo, el esposo con la esposa, con los hijos, o con los vecinos. A veces quisiéramos que todo fuera color de rosa, pero a veces hay ácidos. Ya hemos visto cómo se purifican otras piedras; se purifican en el ácido; pero ésta desde el principio se forma en ácido y en fuego, en rocas ígneas y ácidas; ahí se forma el topacio; se deposita por gases de flúor allí; también a veces el topacio aparece incrustado entre arcilla o caolín.
Dios no escogió los diamantes para la Nueva Jerusalén
Pero hay una cosa curiosa del topacio que me llama la atención y que les dije desde el principio; dije al Señor: ¿cuál es la palabra clave para esto? bajo perfil; esa es la palabra clave. El topacio se suele encontrar, cuando se le encuentra, cerca de otras piedras más preciosas, más duras, que los hombres valoran más, especialmente en las chimeneas de kimberlita donde se forman los diamantes; ahí hay también topacio. Claro, la gente que está buscando los diamantes, dicen: ¡Ah! un topacio; lo dejan de lado; sin embargo, tú no encuentras el diamante en la Nueva Jerusalén, pero sí encuentras el topacio en la Nueva Jerusalén; las cosas no son como aparentan a los ojos de los hombres; los hombres están buscando otras piedras que para ellos son más preciosas, son las más duras, el diamante; y claro, por ahí cerca al diamante están los topacios, pero Dios no escogió los diamantes para aparecer en la Nueva Jerusalén, en cambio si escogió a los topacios. ¡Qué curioso! El punto del bajo perfil.
Hay hermanos que son topacio, que a lo mejor están al lado de hermanos que parecen más dotados, a lo mejor apóstoles más famosos, y los hermanos parecen que son de bajo perfil, parece que no sabes quiénes son; sin embargo, Dios los usa y para Él son preciosos.
Hermanos, yo pienso que de aquí tenemos que aprender una lección, de aquí tenemos que sacar unas conclusiones. Dios necesita a las personas como Él las ha preparado; nosotros no tenemos que hacernos ilusiones de ser grandes y apóstoles famosos, tener programas de televisión, salir en el periódico, ser entrevistados y quedar en los libros de la historia patria o de la historia eclesiástica; les aseguro que están en el libro de la vida y en el libro de las obras; ahí sí quedan, porque es que la historia, como decía el hermano Rick Joyner, la historia que se escribe en el cielo, es muy distinta a la historia que se escribe en la tierra; aquí en la tierra nosotros escribimos historias de lo que nosotros consideramos grande; ¿verdad? Y aparecen los grandes papas por allá arriba, pero los grandes santos casi no aparecen. Usted oye hablar de Alejandro VI, Rodrigo Borgia, ese gran papa del renacimiento; casi no oye hablar de Jerónimo Savonarola, pero Savonarola era más precioso que Alejandro VI; yo creo que en el día del juicio el que va a juzgar a Alejandro VI es Jerónimo Savonarola; ocurrirá todo lo contrario.
Entonces, hermanos, nosotros debemos amar aquello que Dios nos dio aunque nos parezca simple, porque Dios no juzga según las apariencias como el hombre juzga.
Dios no juzga por las apareciencias
Samuel, tan pronto vio a los hermanos mayores de David, dijo: ¡Ah! éste debe ser el ungido, grande, bonito; no, no era. ¡Ah! debe ser el otro más o menos parecido; tampoco era; y ya pasaron todos los siete, y no era ninguno; justamente, ni el papá había tenido en cuenta a David; estaba por allá cuidando las ovejas. ¡Ah! va a venir el profeta a almorzar y va a ungir a uno de mis hijos; no se acordaba del último. ¡Ese qué va a ser! a ese lo mandó a cuidar las ovejas; pero ese era, David era; el que los otros pensaban que no era, ese era. Entonces, hermanos, Dios no juzga por la apariencia, Dios mira lo que hay en el corazón; puede ser que ahora sepamos la historia de Pedro, la historia de Juan, la historia de Pablo, la historia de Tomás, y no sepamos la historia de Jacobo el hijo de Alfeo; pero allá en la gloria conoceremos la historia de Jacobo hijo de Alfeo, y conoceremos muchos héroes anónimos que a los ojos de los hombres y de la historia humana son desconocidos, pero a los ojos de Dios no son desconocidos. Hermanos, no tengamos temor de nosotros ser desconocidos, o de ser personas de bajo perfil; lo importante es servir a Dios en aquello que Él nos dio; eso es lo importante; si nos dio un trabajo simple pero necesario, hay que hacer ese trabajo; no hay que pretender luchar por aparecer; lo que hay que luchar es por hacer aquello que el Señor nos dio.
El hermano Angel Negro, un apóstol de Argentina, que fue uno de los que me ayudó cuando yo era nuevo, él me decía una cosa: Fíjate en los puentes que llevan de un lado a otro a las personas; descansan en pilastras escondidas debajo del barro; nadie recuerda que debajo del barro hay pilastras escondidas; pero si no estuvieran esas pilastras en el barro, no podía haber puente; todo mundo ve el puente, pero nadie se acuerda de las pilastras allá debajo del barro; pero esas pilastras debajo del barro son las que permiten que haya puente. Entonces a veces nosotros hacemos sólo de pilastras para otros; parece que el otro era más importante que nosotros, nosotros sólo hicimos el portal. Bueno, llegó Felipe y habló, pero mandaron a Pedro y a Juan; y cuando yo, Felipe, prediqué no vino el Espíritu Santo, en cambio cuando vinieron Pedro y Juan ahí sí vino el Espíritu Santo. Pero ¿qué tal que no hubiera ido Felipe? no podría venir el Espíritu Santo. ¿Se dan cuenta? Entonces, hermanos, aceptemos el perfil que Dios nos dé, no importa que sea visible, o mediano, o pequeñito, o escondido, difícil de encontrar así como el topacio, difícil de topar, escondido. Sin embargo, cuando pesas el diamante y el topacio, el topacio también tiene el mismo peso que el diamante.
Otra característica del topacio, que la tengo aquí subrayada en mi cuaderno, se la voy a mostrar a Marlene, que es testigo: el topacio es resbaladizo, es una piedra resbaladiza, es una piedra que si tú no la aseguras bien, se te escapa de la mano; hay otras piedras que no, pero con el topacio sucede que se te escapa de las manos; pero cuando tú lo sostienes con la mano tiene otra característica, el topacio se electriza; cuando tú lo agarras con el dedo índice y el pulgar, y lo aseguras para que no se te resbale, porque se resbala fácil, cuando tú lo aseguras, se carga eléctricamente el topacio; es una cosa curiosa; es una característica del topacio. El topacio moderno que les mostré en la foto se carga en la mano y conserva la electricidad por un buen tiempo; cosa curiosa de esta piedra; es una piedra que tiene esa característica. Jonás se quería escapar, pero cuando lo agarró Dios en Sua manos, funcionó perfectamente, como Moisés y como Jeremías, que también eran resbaladizos.
Dios es nuestro tallador
Otra característica del topacio moderno, el que les mostré en la foto, porque también al peridoto se le llamó topacio; el topacio moderno es pleocroico; quiere decir que tiene diferentes colores desde donde se le mire; pero el pleocroísmo del topacio es débil; o sea que aunque muestra distintos colores, esos colores son parecidos uno con el otro. Les voy a mostrar aquí otros topacios que hay aquí en este atlas; estos de abajo, son los topacios, ustedes los ven; algunos son como amarillo vinoso; estos tres de abajo son topacios; no todos los topacios son del mismo color, éste es como amarillo vinoso, éste es como verdoso; al peridoto que también le llaman topacio y se llamaba pitheda, topacio, es como el que les mostré la vez pasada con el crisólito, como el olivino, así como aceite de oliva; y este otro también es topacio; todos estos son topacios, entonces ahí los alcanzan a ver; esa piedra es preciosa; tiene esas características; la piedra es pleocroica; cuando tú la miras de un ángulo te da un color, y cuando la miras de otro ángulo te da otro color; cuando la miras de un tercer ángulo te da otro color; pero esos tres colores no son muy diferentes, son parecidos; es un pleocroismo débil, de bajo perfil.
Otras cosas curiosas que suceden con el topacio son las siguientes: miren, esta cuestión hermosa me llama la atención a mí. El topacio, como es pleocroico, también la luz se refleja en tres direcciones; entonces los que tallan el topacio, analizan el topacio y miran por dónde es que brilla; es decir, qué dirección toman los tres rayos, y tallan el topacio según la línea de los rayos; el tallador conoce por dónde sí va a brillar; si lo talla de otra manera no va a brillar; lo talla por donde brilla; y así eso muestra cómo es Dios con nosotros. Nosotros somos personas comunes y corrientes, pero el Señor lo que está buscando de nosotros es lo bueno, qué puede hacer de nosotros; nosotros somos comunes y corrientes, llenos de debilidades, de vileza, pero el tallador mira el topacio y le ve por dónde es que los rayos salen, porque si lo talla por otro lado no se va a ver el fulgor, el brillante del topacio. El topacio llega a ser muy brillante, pero no va a aparecer brillante si no se le talla según la línea de refringencia de los rayos; el tallador tiene que ver cómo sacar algo lindo de algo común; y así nos mira Dios; somos personas comunes, personas de bajo perfil, pero Dios nos está mirando a ver cómo nos talla, a ver cómo saca lo más bonito que pueda hacer en nosotros; así nos mira Dios; no importa que seamos nada, el Señor nos está mirando para ver qué cosa buena puede hacer de lo que es nada; ¿para qué? para avergonzar a lo fuerte con lo débil, avergonzar a lo grande con lo chico. ¡Qué maravilla! Eso lo puede hacer Dios.
Cuando el Señor nos transforma en piedras preciosas
Otra cosa que sucede con este topacio del que estamos hablando, el fluorsilicato de aluminio, es que cuando tú lo sometes a calor le pasan tres cosas curiosas: no se le puede someter a calor de golpe porque es muy frágil, sino que al topacio se le coloca entre la arena, en medio de la arena, como decir en un desierto, y allí se le calienta en medio de la arena, y no se le calienta de golpe, sino de a poquito; se le va calentando de a poquito, de a poquito, hasta que va llegando a 300, 400, 450 grados de calor. Si se les mete de golpe no aguanta, pero si se le pone poquito a poquito llega a un punto en que empieza a adquirir un color bellísimo, como un rojo salmón brillante; los que conocen el salmón es difícil describirlo, pero se le dice rojo salmón; y hay esa piedra que era incolora mientras estaba en la prueba, mientras estaba en la soledad, y esas eran pruebas de largo alcance, porque nosotros pensamos: Señor, mi vida es común y corriente, no hay sino sufrimiento, tengo que trabajar y volver a la misma cosa, problemas en la casa, problemas en el trabajo, y el salario no me alcanza, y parece que no me comprenden, parece que eso dura mucho, como que nada está pasando; más bien como que se volvió pálido; ¿verdad? Como que se volvió incoloro; pero cuando ya alcanzó el punto que tiene que alcanzar, porque el topacio es muy delicado, hay que tratarlo con cuidado, para pulirlo es con cuidado, para calentarlo es con cuidado, no se puede calentar de golpe, se le va calentando de a poco; cuando se le calienta se pone incoloro, pero los expertos no se asustan porque se puso incoloro; saben que era necesario que pasara por esa prueba; pero tan pronto empieza a bajar la prueba, empieza a enfriarse, empieza a adquirir ese color rojo salmón brillante; a veces también toma colores azules, toma distintos colores; pero el que más toma es este color rojo salmón, un color precioso; es decir que la prueba lo hace precioso; en el momento en que está siendo probado no aparece lo que Dios está haciendo, pero ya Dios hizo el trabajo. Quizá la persona sufrió mucho, pero después, cuando se empieza a enfriar poco a poco, empieza a aparecer la obra interna que Dios había hecho con esa piedra preciosa, con esa persona. ¿Amén, hermanos? Eso es muy precioso.
Cada gota mantiene su propia identidad
Otra cosa que tiene el topacio, este topacio fluorsilicato de aluminio, este topacio tiene inclusiones; es decir, cuando se mira adentro bien cerca con aparatos, con filtros y con microscopios y todo, resulta que tiene unas inclusiones; y así como se le tiene que tallar por fuera en forma de gota, al topacio se le talla en forma de una gotita, y las partes de afuera se suben en escalera, y la parte de arriba se le hace curva, es un tallado mixto, no es ni totalmente curvo como el ojo de gato, por ejemplo, ni es totalmente en escalera como la esmeralda, no; tiene algo del tallado de la esmeralda, algo del tallado curvo o concoide; entonces sucede lo siguiente con el topacio: cuando lo miras, tiene también adentro unas gotitas, unas incrustaciones de gotitas de líquido; pero hay algo curioso que sucede con el topacio; no sucede con otras piedras; esas gotitas que tiene adentro el topacio, dentro de esas gotitas tiene otras gotitas, y las dos gotitas no se mezclan, cada una mantiene su identidad. ¡Qué cosa interesante!
No se mezclan las dos gotita. Tú cuando lo miras por dentro, tú lo miras de cerca, y las inclusiones de topacio son varias gotitas, son líquidos que tiene adentro; pero dentro de esos líquidos tiene otros líquidos, y ese otro líquido no se mezcla con el líquido dentro del cual está; es una gota dentro de otra gota; por fuera se talla en forma de gota, por dentro tiene gotitas, y dentro de las gotitas tiene otras gotitas, y esas gotitas no se mezclan la una con la otra. ¡Qué disposición interna tan curiosa la del topacio! Bueno, Dios conoce a las personas que tienen el perfil del topacio, cómo son por dentro. Fíjense en que no mezclan las cosas, aunque esté una al lado de la otra; cada una está en su lugar. ¡Qué interesante! Cada gotita está junto con la otra pero no se mezcla, ninguna pierde su identidad; cada gotita tiene su identidad y la otra está allá adentro y tiene su identidad; el agua a un lado y el aceite al otro lado; son personas que saben dónde están paradas, son personas que no confunden las cosas; esto es esto, y esto es lo otro. Miren que los españoles pensaban que los indios eran bobos, pero ellos no eran bobos; eran diferentes; ellos sabían; los otros los miraban por fuera y los menospreciaron; no los conocían por dentro. ¿Verdad?
Esas cosas preciosas y misteriosas que tienen por dentro, no se ven por fuera, sino cuando las analizas; cuando las analizas ves cosas especiales que sólo ellos tienen; cosas puestas en su lugar, sin confusiones, sin mezclas, con claridad y con belleza, lo que no se ve por fuera. A veces nosotros menospreciamos personas comunes y corrientes, y no estamos viendo la belleza que está Dios está viendo. No estamos viendo lo que ellos tienen por dentro. ¿Amén, hermanos?
Vamos a decir otra cosa acerca de esta primera clase de topacio. Las piedras preciosas se prueban por el peso; entonces los expertos en gemología, en gemas, ellos tienen determinados líquidos con determinada viscosidad que concuerda con el peso de la densidad de la piedra.
El topacio verdadero entra en la profundidad
La vez pasada les hablé del bromoformo; hay otro de esos líquidos densos que se llama ioduro de metileno, que se utiliza para probar si se trata de un topacio verdadero, o si es un topacio falso, fabricado; entonces lo mismo que sucedía con la piedra que vimos la vez pasada, sucede con el topacio, pero en ioduro de metileno; se coloca el topacio en ese líquido viscoso que tiene exactamente la densidad que se necesita para hacer flotar al topacio que es falso y dejar hundir al verdadero; entonces el topacio verdadero, cuando lo colocas en ioduro de metileno, desciende hacia el fondo; en cambio cuando colocas un topacio falso que por fuera parece que es, por dentro no tiene las mismas características, ni tampoco se hunde a las profundidades cuando se le coloca en ioduro de metileno, sino que se queda flotando, y se queda en la superficie, no va a la profundidad; el que se queda en la superficie no es verdadero, es falso; el topacio también tiene esa clase de prueba; cuando se le prueba va a lo profundo, en cambio el otro se queda en lo superficial. Además, como ya les dije: el topacio tiene el mismo peso del diamante.
Permítanme, hermanos, unos minutos más, porque no quería terminar lo del topacio sin completarlo. Puesto que como les dije, así como hay confusión acerca de Jacobo hijo de Alfeo, que le dicen que es Jacobo el Menor, o es el Justo, lo mismo pasa con el topacio; hay otra piedra que no es el fluorsilicato de aluminio, sino que es el silicato de magnesio y hierro, al que se decía también topacio; hoy en día, para diferenciarlo le dicen peridoto; pero era el mismo topacio, era el que tomó el nombre de la isla Topacio; ese topacio tiene, como les dije, unos elementos diferentes; en vez de tener flúor, tiene magnesio y tiene hierro; el hierro del peridoto es el que determina el color de ese peridoto; el hierro es el que le da el color, y el color es el que le da la belleza; es decir, la belleza depende de la luz que absorbe y que refleja; pero la absorción y reflexión de la luz depende del elemento hierro; el elemento hierro es el que produce la absorción y la reflexión con un determinado color; ya sabemos lo que significa el hierro, que representa la autoridad.
Cuando la persona se somete a la autoridad del Señor, cuando absorbe la luz del Señor, cuando el hierro que representa la autoridad está adentro, cuando se sujeta a la autoridad del Señor, recibe y refleja; si no tuviera hierro adentro, es decir, si no reconociera la autoridad del Señor, no lo podría reflejar; solamente cuando nos sometemos al Señor es que lo podemos reflejar. El río de Dios fluye de debajo del trono; cuando usted ve la descripción del trono allá en Ezequiel, ese río precioso sale debajo del trono; es decir, cuando nosotros nos colocamos debajo del trono, debajo de la autoridad de Dios, ahí es cuando tenemos el río. Si no nos sometemos a la autoridad de Dios, estamos secos; sí; podemos estar activos en nosotros mismos, pero espiritualmente estamos secos. Cuando nos humillamos, y nos sometemos a la autoridad de Dios, ahí viene el fluir de Dios. Cuando te humillas eres exaltado, cuando nos exaltamos, somos humillados; nos humillamos, inmediatamente nos colocamos debajo del trono, inmediatamente el río de Dios fluye de debajo del trono. Hay fluir de Dios, hay fluir del Espíritu cuando hay sumisión a Dios, reconocimiento de la autoridad de Dios. Por eso este otro topacio, el peridoto, tiene hierro, y es el hierro el que determina la absorción de la luz, el color y la reflexión de la luz; el hierro representando la autoridad.
Este otro tipo de topacio tiene una característica; el otro topacio, porque como les dije, hay varias clases de piedra a las que se les llama topacio, estamos hablando del topacio peridoto, el que antiguamente se le llamaba topacio que en hebreo es pitheda; este topacio tiene birrefringencia; es decir, que si por aquí miras a la luz, al otro lado aparece doble; se ve doble; aquí se ve uno y al otro lado se ven dos; entonces esta birrefringencia que tiene es curiosa; hace que las aristas del topacio se vean dobles, no son dobles, pero debido a su estructura se ven dobles. Pero también este otro tipo de topacio es raro, difícil de encontrar como el otro. También tiene una debilidad; este otro topacio no tiene la misma dureza que el otro; su debilidad es por otro lado; es un topacio en que las puntitas se le desportillan; entonces, para que no se desportille, no se le puede colocar en lugar de mucho movimiento, sino en lugares quietos.
Miren que las personas que Dios escogió, que tengan bajo perfil, es porque quizás en otro lugar se harían daño. La Escritura dice que Dios ordenó el cuerpo dando más abundante honor al que le faltaba; porque los otros no tenían necesidad de ese honor; entonces al que no tenía honor, lo puso en honor; pero al otro no lo pone allá, porque más bien le conviene estar acá; a aquel le conviene estar allá, y a este le conviene estar acá; a este topacio, el topacio antiguo peridoto, pitheda de la isla de Mar Rojo que tiene esta característica: Tú no te lo puedes poner en un anillo, ni te lo puedes poner en un brazalete, porque tú mano se mueve mucho; entonces lo gastas; no puede tener tanto movimiento ni en un anillo porque está exponiéndose demasiado y lo perjudica esa exposición y ese movimiento; entonces hay que ponerlo en un pendiente, en lugares donde no se mueva tanto, donde no corra tanto peligro, en un lugar más protegido, no tan activo, sino en un lugar donde no se desportille, donde no se dañe. Miren cómo nos habla Dios a través de esta piedra preciosa, ¿verdad? Hay personas que cuando están en la normalidad están bien, pero tan pronto se vuelven famosas, se le suben los humos a la cabeza y empiezan a tirar bala al aire; y no voy a decir nombres; pero entendemos lo que significa, ¿verdad? Porque el Señor a veces nos tiene que mantener en un perfil modesto para que no nos hagamos daño a nosotros mismos.
La tribu de Simeón
Permítanme decirles algo: el topacio es la piedra de la tribu de Simeón; la segunda piedra de la primera hilera del pectoral del sumo sacerdote es la tribu de Simeón. Vamos a buscar aquí en Génesis primeramente lo que quiere decir Simeón. Simeón fue el segundo hijo de Jacob por Lea. Génesis 29:33; dice: "33Concibió otra vez (eso fue Lea) y dio a luz un hijo, y dijo: Por cuanto oyó Jehová que yo era menospreciada, me ha dado también éste. Y llamó su nombre Simeón". Concibió otra vez. Las piedras aparecen en el orden del nacimiento; la primera hilera tiene las tres piedras que nacieron primero: Rubén, Simeón y Leví; entonces el segundo es Simeón. Vamos a ver el contexto donde aparece el nombre de Simeón. ¿Por qué? porque la que le gustaba a Jacob era Raquel; Raquel era la bonita a los ojos de Jacob; la que era puesta de lado era Lea; entonces Dios le dio a Lea lo que no le dio a Raquel para hacer el equilibrio, honrando a quien lo necesita. ¿Se dan cuenta?
Dios oyó a la necesitada
Entonces dice: "Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Por cuanto oyó Jehová que yo era menospreciada, me ha dado también éste. Y llamo su nombre Simeón". La palabra Simeón viene de la palabra hebrea shema, Shimeón; en hebreo se dice: "Shema Israel, Yavheh Elojenú, Yahveh ejad". "Oye Israel, Jehová nuestro Dios, Jehová uno es". Oye: shema; Dios me oyó; le voy a poner a mi hijo que Dios me oyó, Shema, Shimeón, Simeón; pero noten, el nombre Simeón era para prefigurar la vindicación al menosprecio; a los ojos de Jacob Lea era menospreciada; parece que era tenida por inferior; entonces Dios la honró. El primer hijo se llamó Rubén; y la palabra Rubén es ben; quiere decir hijo; Rubén quiere decir: Ved un hijo; y ahora ya no dice ved un hijo, sino me oyó Dios. Ver y oír. El segundo hijo Simeón; Dios me oyó.
Vamos ahora a la profecía acerca de Simeón en Génesis 49, que mencionamos cuando estuvimos viendo a Leví. Aquí viene Simeón; la bandera de Simeón es de color verde, así como varios peridotos son de ese verde olivino hermoso; es de color verde la bandera de Simeón; le corresponde el noveno mes; el mes de kisleu, que va de la segunda mitad de noviembre a la primera mitad de diciembre; ese es el mes de kisleu, que es el noveno mes bíblico y astronómico; no astrológico, sino astronómico. Entonces la piedra de topacio está representando la constelación de piscis; la constelación astronómica, no astrológica; la bandera es verde; tiene en la bandera la torre de Siquem; porque resulta que en Siquem fue que él vengó la deshonra de Dina su hermana, la hija de Jacob, que fue violada por Siquem; entonces Simeón se juntó con Leví e hicieron desastres allá, y se vengaron de la violación de su hermana; ellos siempre fueron identificados con aquel incidente, y la torre de Siquem aparece justamente en la bandera verde de Simeón, y la profecía está junto con la de Leví. La piedra es el topacio, junto con Jacobo el hijo de Alfeo. Génesis 49:5: "5Simeón y Leví son hermanos; armas de iniquidad sus armas. 6En su consejo no entre mi alma, ni mi espíritu se junte en su compañía. Porque en su furor mataron hombres, y en su temeridad desjarretaron toros. 7Maldito su furor, que fue fiero; y su ira, que fue dura". Entonces ¿cómo va a corregir Jacob por el Espíritu Santo esa actitud dura? Dice: "Yo los apartaré en Jacob, y los esparciré en Israel". Entonces ya la vez pasada vimos que con Leví aconteció eso. Leví fue esparcido, Leví no tiene tierra, sino que Leví fue esparcido entre las demás tribus; y las demás tribus le tenían que dar ciudades, y las de refugio, para que los levitas trabajaran esparcidos; ya estaba profetizado por Jacob; pero no sólo de Leví se profetizó eso, sino también de Simeón. Vamos al libro de Josué a ver allí una cosa muy curiosa que tiene que ver con este perfil que estamos hablando.
Dios está formando piedras para la Nueva Jerusalén
Vamos a Josué 19:1: "1La segunda suerte (porque la primera fue a Rubén, que era el primogénito, el segundo era Simeón) tocó a Simeón, para la tribu de los hijos de Simeón, conforme a sus familias; y su heredad (nótese esta frase) fue en medio de la heredad de los hijos de Judá". La tierra se le dio a Judá; y lo que le sobró a Judá, lo fue ocupando, donde había huequitos, Simeón. ¿Se dan cuenta del perfil? Fue esparcido. Somos protegidos del orgullo y de la violencia por medio de una asignación modesta.
Miren lo que les dije del diamante y del topacio; el topacio sale en minas de diamante, donde están esas chimeneas, donde el magma sube y trata de abrir volcán, y a veces no lo puede abrir; entonces le queda todo eso incrustado; a eso se le llama chimeneas; allí donde están esas chimeneas de kimberlita, donde se forman los diamantes, ahí también se forman los topacios; y fíjense en que aparece Judá como la principal tribu, de donde vino el Señor Jesús; y Simeón aparece entreverado con Judá. ¿Se dieron cuenta? La palabra clave de esta piedra: bajo perfil. A veces Dios pone a personas de bajo perfil junto con otras personas como más notorias.
Dios sabe por qué lo hace, y lo hace de esa manera; aquí aparece Simeón: "su heredad fue en medio de la heredad de los hijos de Judá". ¿Se dieron cuenta? Y al final del verso 8 dice: "Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Simeón conforme a sus familias. 9De la suerte de los hijos de Judá fue sacada la heredad de los hijos de Simeón, por cuanto la parte de los hijos de Judá era excesiva para ellos; así que los hijos de Simeón tuvieron su heredad en medio de la de Judá". Como había dicho Jacob que los esparciría; lo que le sobraba a Judá, era lo que le tocaba a Simeón. ¿Verdad que eso retrata muchas situaciones de nuestra vida privada? No nos desanimemos por eso; miremos dónde colocó Dios a Jacobo hijo de Alfeo; lo colocó en el noveno puesto del muro de la Nueva Jerusalén como cimiento, lugar que para Dios es precioso. No valoremos a las personas ni a las posiciones según los hombres las valoran, sino según Dios las valora. Dios sabe cómo nos tiene que tratar para que no nos hagamos daño, sino para que seamos formados y para que Cristo sea formado en nosotros; entonces nos ubica en la chimenea que sea, en el ácido que sea, por allá en un rinconcito donde sea. ¿Pero qué esta haciendo Él? Formando una piedra preciosa para la ciudad eterna. ¿Amén, hermanos?
Últimas noticias de Jacobo
Jacobo Alfeo que era el noveno apóstol, cuyo nombre está en el topacio, él trabajó principalmente en Palestina. La Biblia no menciona de él con nombre propio obras, pero dice que sobre los doce apóstoles había abundante gracia, que hacían milagros y señales; lo dice en general; claro, eso cobija a Jacobo hijo de Alfeo; pero el Talmud, que es el libro de los judíos, da noticias de él; cuenta el Talmud, contrario al cristianismo, pues ellos no creían a Cristo, y rechazaban a Cristo, sin embargo el mismo Talmud dice que Jacobo hacía milagros y curaba personas, y que el sobrino de un famoso rabino de Israel, que era el rabino Ismael, autor de la Mekiltá y de las reglas de hermenéutica, este sobrino de Ismael estaba enfermo y mandó llamar a Jacobo porque sabía que Jacobo oraba por los enfermos y sanaban; y mandó llamar a Jacobo para que orara por él; entonces el rabino Ismael no quiso recibir a Jacobo, ni quiso permitir que orara por el sobrino, y le dijo que no, que eso era una herejía, y no le permitió que orara; entonces se murió el sobrino. Ese dato aparece en el Talmud mencionando a este Jacobo. Cuando escribí Isagogia Jacobea en 1996, asigné este incidente a Jacobo el Justo, pero realmente era Jacobo Alfeo, pues al Justo se le llama en el Talmud: Sekanites, pero al de Alfeo: Jacobo de Kefar Soma, es decir, Cafarnaum, la ciudad también de Mateo hijo de Alfeo.
Otra cosa de Jacobo hijo de Alfeo es que él bajó a Egipto y evangelizó Egipto. La tribu que juzga él es Simeón; y cuando tú ves en la Biblia, por ejemplo, en Ezequiel 48, ahí aparecen tres puertas de tribus del sur; y justamente los apóstoles que corresponden a esas tribus fueron los que evangelizaron el sur, entre ellos Mateo que estuvo en Egipto, y también este Jacobo y Matías; entonces ahí está en Ezequiel 48:33: "Al lado del sur, cuatro mil quinientas cañas por medida, y tres puertas: la puerta de Simeón, una; (que esa era la de Jacobo Alfeo) la puerta de Isacar, otra; (que fue la de Matías) la puerta de Zabulón, otra"; que fue la de Mateo. Estos tres apóstoles evangelizaron en el sur; y justo aparecen en las puertas del sur; la puerta de Jacobo hijo de Alfeo era la de la tribu de Simeón; él evangelizó en Egipto. En Egipto había comenzado el trabajo Bernabé con Marcos; Bernabé viajó y quedó Marcos en Alejandría. La iglesia de Alejandría es donde está la catedral de San Marcos hoy en día; eso es como decir, el Vaticano de los coptos, la llamada iglesia copta que toma Egipto, Eritrea, Etiopía, Sudán; o sea, el África oriental. Ahí fue donde estuvo evangelizando también Jacobo hijo de Alfeo. El trabajo que había iniciado Marcos fue confirmado por Jacobo hijo de Alfeo.
Desde Antioquía era que les llamaban "cristianos", pero allá, como ellos sanaban enfermos, les llamaron "los terapeutas". Hasta el día de hoy hay grupos medio esotéricos que se ponen el título de terapeutas; pero Eusebio de Cesarea en la Historia Eclesiástica, y también Filón en su libro "La Vida Contemplativa", dan noticias de estos terapeutas, que eran cristianos y sanaban a los enfermos; eran los que habían en Egipto, que fue el fruto del trabajo de Marcos y Mateo, y luego continuado por Jacobo hijo de Alfeo. Otra cosa que también se atribuye a Jacobo hijo de Alfeo, fue que Mateo, que también estaba allí en Egipto, él había escrito el evangelio en arameo-hebreo; Bartolomé lo llevó a la India y lo pasó al sánscrito; pero el que pasó al griego el evangelio de Mateo, dicen fue Jacobo hijo de Alfeo. Esas son las noticias de la iglesia primitiva; Jacobo hijo de Alfeo pasó al griego el evangelio de Mateo; entonces hoy lo tenemos en griego; no tenemos sino pedacitos en hebreo; pero tenemos el texto entero en griego. Entonces este fue Jacobo; murió por orden, como les dije la vez pasada, de Ananías el sumo sacerdote de Jerusalén; también murió mártir, igual Tadeo murió mártir, y casi todos murieron mártires. Vamos a orar hermanos.
Perdone pero Jesucristo resucitó en el 3er dia, no en el octavo. Pregunta a cual Salvador ustd cree?... Sorry pero dsps d eso no pude leer mas.
ResponderEliminarLA REFERENCIA AL OCTAVO DÍA SE REFIERE AL DOMINGO DE RESURRECCIÓN, PUES CONFORME A LA TIPOLOGIA DE LAS PRIMICIAS DE LA RESURRECCIÓN EN LEVITICO 23 LA GAVILLA MECIDA DE LAS PRIMICIAS SE PRESENTABA A DIOS UN DIA DESPUÉS DEL SÉPTIMO, O SEA EL DOMINGO DESPUÉS DEL SÁBADO, CUANDO RESUCITÓ JESUCRISTO, PERO CLARO ESTÁ TAMBIÉN QUE ESE DOMING DE RESURRECCIÓN TAMBIÉN AL TERCER DÍA DE SU MUERTE. mURIÓ EL VIERNES, REPOSÓ EL SÁBADO Y RESUCITÓ EL DOMINGO AL TERCER DÍA,SIENDO TAMBIÉN EL DOMINGO ES EL DIA SIGUIENTE DEL SÁBADO, POR LO CUAL EN LA NUMEROLOGÍA BÍBLICA SE LE IDENTIFICA TAMBIÉN CON EL 8. lA NIMEROLOGIA DEL GRIEGO BÍBLICO DA PARA EL NOMBRE DE JESÚS EL NÚMERO 888, COMO DECIR TRES OCHOS, A DIFERENCIA DEL ANTICRISTO QUE ES 666. nO DECIA QUE JESUCRISTO RESUCITÓ 8 DIAS DESPUES DE MUERTO SINO EN DOMINGO, PERO CLARO, AL DIA TERCERO DE SU MUERTE. COMO EN MUCHOS ESCRITOS Y PUBLICACIONES LO SOSTENGO ASÍ COMO LO NORMAL DE LA CONFESIÓN CRISTIANA, SI SE LEEN LOS CONTEXTOS INMEDIATOS, MEDIATOS Y GENERALES, SE DISIPA LA CONFUSIÓN DEL ENTENDIMIENTO. QUERIDO HERMANO, INVOQUEMOS AL SEÑOR JESUCRISTO NUESTRO SALVADOR Y SEÑOR, EL HIJO DIOS, DIOS Y HOMBRE, Y SIGAMOS DE SU MANO CONFIANDO EN ÉL.
EliminarRecién comenzando a leernos y es hermoso, están llenos de revelación, que nuestro único Maestro por excelencia, El Espíritu Santo siga mostrándoles sus misterios. Los bendigo. Gracias por ser obedientes a Él.
EliminarPerdone pero Jesucristo resucitó en el 3er dia, no en el octavo. Pregunta a cual Salvador ustd cree?... Sorry pero dsps d eso no pude leer mas.
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